Adiós a Microsoft en este país: millones perdidos y una quiebra que hace historia
El declive operativo fue paralelo a un endurecimiento de las sanciones internacionales y a la caída del negocio digital en el país

Archivo – Logo de Microsoft.
La filial rusa de Microsoft ha solicitado oficialmente el proceso de quiebra en el país, acelerando así una retirada que lleva gestándose desde 2022. El Tribunal de Arbitraje de Moscú ha admitido a trámite la petición y la tecnológica estadounidense acumula más de 1.500 millones de rublos de deuda (alrededor de 16 millones de euros), envuelta en decenas de litigios con bancos, empresas estratégicas y proveedores rusos.
El caso simboliza el progresivo “divorcio digital” entre Rusia y las multinacionales occidentales impulsado por las sanciones, el conflicto en Ucrania y una política estatal de sustitución tecnológica.
La clausura completa de Microsoft Rus LLC, la principal filial de la multinacional en Rusia, se produce tras meses de caída de ingresos, morosidad y la imposibilidad de cumplir compromisos contractuales. La crisis se agravó por varias vías:
- Deuda millonaria: entre los principales acreedores figuran Gazprombank, VTB, Megafon, Aeroflot o Lenta, empresas emblemáticas del país y el propio Kremlin.
- Más de 30 litigios judiciales abiertos: los bancos estatales han reclamado indemnizaciones y ejecuciones de deuda, mientras Microsoft ha intentado negociar pero se topa con bloqueos judiciales y el embargo de cuentas bancarias.
- Presión institucional: el presidente Putin pidió en mayo restricciones severas contra los proveedores extranjeros como Microsoft o Zoom, coincidiendo con la solicitud de quiebra de la tecnológica. El gobierno ruso exige la sustitución urgente de software occidental por soluciones 100% rusas y ya presiona para elevar el IVA del 20% al 22% para cubrir agujeros presupuestarios, penalizando aún más a las empresas extranjeras.
El caso tiene precedentes recientes, la filial rusa de Google (Alphabet) declaró la bancarrota en 2022 tras la congelación de cuentas y la imposibilidad de pagar a trabajadores y proveedores.
Otras gigantes como IBM, SAP y Oracle han abandonado o reducido al mínimo su actividad, en sintonía con las sanciones impuestas tras la invasión de Ucrania.
Microsoft y el éxodo empresarial occidental
Tras la invasión de Ucrania, Microsoft fue una de las primeras multinacionales tecnológicas en anunciar el cese de ventas y nuevas licencias en Rusia. Aunque mantuvo durante meses algunos servicios esenciales para empresas con licencias ya contratadas, cerró progresivamente oficinas en 13 ciudades y despidió a más de 400 empleados entre 2022 y 2023.
El declive operativo fue paralelo a un endurecimiento de las sanciones internacionales y a la caída del negocio digital en el país. Entre las principales consecuencias:
- Caída de ingresos: el negocio local se desplomó, sin posibilidades de repatriar beneficios ni mantener flujos normales de pagos.
- Embargos y procesos concursales: paralización de activos, imposibilidad de realizar transferencias internacionales y de mantener operaciones ordinarias.
- Aislamiento de la economía rusa: casi un millar de multinacionales han abandonado el país, sobre todo en el sector tecnológico (Apple, Amazon, IBM, Intel) siguiendo el camino de Microsoft y Google.
El proceso se acelera ante la iniciativa estatal rusa de crear un ecosistema digital propio como alternativa a las grandes plataformas occidentales, aunque los analistas advierten que la autosuficiencia tecnológica será compleja y no inmediata.
En el plano macroeconómico, el Kremlin reacciona con propuestas para aumentar el IVA, limitar proveedores tecnológicos extranjeros y controlar aún más la circulación de capitales, como parte de una respuesta ante el creciente agujero presupuestario y la erosión de ingresos derivados del bloqueo internacional.