Cataluña deja pasar la oportunidad millonaria del negocio solar

Las renovables tienen un ritmo de penetración muy distinta entre comunidades autónomas, y eso supone perder oportunidades de negocio

Aragonès en su época de vicepresident

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La transición energética es una necesidad medioambiental, pero también puede convertirse en una gran oportunidad de negocio; sobre todo, para la creación de empleo. En Cataluña no lo han interpretado así, al menos por ahora. Así, en los últimos años la adición de capacidad instalada es puramente testimonial. Una situación radicalmente distinta a la de otras comunidades, donde se ha convertido en algo esencial. 

Esta situación se refleja en el ‘Informe Anual Unef 2022’ que ha presentado esta semana la patronal fotovoltaica y que, entre otras cuestiones, refleja las severas diferencias que existen en España entre las distintas regiones. En estos momentos, y a la espera de revisión del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), la carrera por la instalación de capacidad fotovoltaica deja a Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía como las CCAA que más han apostado. 

Los datos son evidentes. Según indica el informe de Unef, en 2021 Cataluña apenas añadió unos pocos MW, mientras que Extremadura sumó 1.312 MW; la región manchega 1.036 MW, y Andalucía 375 MW. 

Es cierto que hay regiones con peor punto de partida, como la Comunidad de Madrid, cuya estrategia energética es diferente. En el caso de Cataluña, apenas suma una potencia acumulada de 282 MW, cuando hay aspiraciones de llegar a las 7.000 MW antes de 2030. Algo que empieza a parecer imposible.  

Y es que, en esas odiosas comparaciones, Extremadura ya tiene instalados 3.881 MW de fotovoltaica, por 3.018 MW de Andalucía; o los 1.589 de Aragón, una de las zonas donde Cataluña tiene que importar gran parte de la energía que consume. 

En Cataluña se vende lo contrario 

Curiosamente, los regidores catalanes no tienen la percepción de que exista un problema. De hecho, el presidente Pere Aragonès lideró hace unas semanas la expedición de la Generalitat que estuvo presente en la ‘Climate Week’ de Nueva York.  

«Estamos plenamente comprometidos en retos globales como la emergencia climática y la transformación verde, que es urgente e improrrogable», aseguraba Aragonès en Estados Unidos. Pero la realidad, a raíz del informe de Unef, parece bastante distinta. Algo que incluso ha reconocido el director general de la patronal, José Donoso. 

Una de las caras más visibles de la asociación fotovoltaica ha explicado a los medios de comunicación que no hay dudas sobre las diferentes visiones que existen entre comunidades autónomas a la hora de abordar esta cuestión. Y ha puesto el ejemplo de la región bellotera frente a Cataluña. 

«Extremadura lo tiene muy claro: es un tren que no puede perder, y hay una visión política de que es una oportunidad económica de las cuales no hay muchas. Por eso hay una gestión administrativa que ha tratado de optimizar la gestión y apoyar a las empresas. Eso los ha llevado a un proceso de codiseño entre empresas y administración. Todo eso es prueba de una visión clara de que es una oportunidad que tiene sentido industrial», explica Donoso. 

Ante este escenario, el director general de Unef deja claro que «para Extremadura habrá un antes y un después«, Sin embargo, frente a este modelo está el problema de Cataluña que, no obstante, «hay que señalar que ha evolucionado», explica Donoso. 

«En este último año han empezado a moverse; pero tenemos un problema con determinados actores que piensan que es mejor comprar la electricidad a la comunidad de al lado. No lo perciben como una oportunidad económica para su región, o no tienen cierta visión de solidaridad con las demás regiones. Son dos modelos contrapuestos, evidentemente», aclara con rotundidad el directivo de Unef. 

España en su conjunto 

Por lo que respecta a España en su conjunto, 2021 fue un año histórico para el sector fotovoltaico. En plantas en suelo, la capacidad instalada alcanzó los 3,5 GW, un crecimiento del 21% frente a los 2,9 GW incorporados el año 2020. El autoconsumo tuvo un año récord, la potencia aumentó hasta los 1.203 MW, suponiendo un aumento de más del 100% respecto al 2020 donde aumentó en 596 MW. 

En potencia instalada anual, se trató del segundo mejor año de la historia de nuestro país, demostrando de nuevo que hay un sector empresarial preparado para desplegar grandes cifras de capacidad, como las requeridas para cumplir los objetivos del PNIEC. 

La tecnología fotovoltaica en 2021 aumentó su contribución al mix hasta el 8,1% y los primeros meses de invierno de 2022 se mantuvo en un 8%, por lo que se superará este porcentaje en el cierre del año. En cuanto al conjunto de las renovables, en 2021 incrementó su peso alcanzando el 20% de generación renovables, cuando tradicionalmente giraba en torno al 7%.

Raúl Masa

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