CatalunyaCaixa valora en 10 millones las mejoras no previstas obtenidas hasta ahora
La fusión de Vueling permitió ganar 70 millones en 2009 a la entidad
El resultado positivo de un proceso de fusión otorga valor añadido a la empresa resultante. Así, en el caso de Vueling, la sociedad fruto de la unión entre Vueling y Clikair, los beneficios fueron tangibles: 70 millones de euros, según manifestó el consejero delegado de la aerolínea, Álex Cruz. Este mismo resultado lo espera obtener en el año actual, dijo Cruz en el transcurso de una jornada sobre fusiones organizada por Esade Alumni, The Boston Consulting Group, Cuatrecasas y Gonçalves Pereira.
En la misma jornada se expusieron otros casos paradigmáticos de fusiones, como la protagonizada por las cajas de ahorros que han formado: CatalunyaCaixa: Caixa Catalunya, Caixa Tarragona y Caixa Manresa. El director general adjunto de la nueva entidad, Jaume Massana, explicó que en el tiempo en que lleva funcionando la entidad financiera ha tenido mejoras no previstas de 10 millones de euros durante los primeros meses del proceso.
Masana ha abogado en su intervención por la anticipación en la reestructuración del sector. En el caso de CatalunyaCaixa sostiene que “supimos ver hacia dónde iba el sector”, lo que permitió acelerar el proceso y realizar una ejecución rápida. Algo “clave”, bajo su punto de vista. “Tenemos la sensación de ir a velocidad de vértigo”, ha exclamado. Así, el 1 de septiembre, más de 1.000 personas ya se acogieron al plan de prejubilación de la entidad y 340 más a bajas incentivadas. Además, ha explicado que el 4 de agosto ya habían cerrado 165 oficinas, cifra que subirá a 220 a finales de este mes, matizó.
Finalmente se analizó el caso de Comsa Emte, el proceso de integración también fue rápido. Su vicepresidente, Carles Sumarroca, explicó que la decisión fue motivada principalmente para complementar actividades entre las dos compañías, para adquirir dimensión en el mercado internacional, así como para obtener mayor solidez financiera y mejorar las capacidades tecnológicas. Para ello, consideró como elemento básico la visión compartida de los accionistas: “si esto no existe, es posible que la fusión esté condenada al fracaso”, ha sentenciado.