El Gobierno planea pagar las pérdidas ocultas de la banca con deuda del Fondo de Garantía
Elevaría sustancialmente los recursos del FGD para poder cubrir parte del agujero del sector y evitaría también engordar el déficit público
El plan de saneamiento de la banca que diseña el Gobierno provocará que varias entidades entren en pérdidas. Para evitar posibles quiebras y dar tiempo a que se fusionen con otras entidades, el Gobierno planea inyectar a los bancos más frágiles dinero del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), al que autorizaría a emitir deuda.
De este modo, elevaría sustancialmente los recursos limitados con los que cuenta actualmente este instrumento. también se evitaría engordar el déficit público ya que el fondo se financia con las aportaciones anuales que hacen los propios bancos, que han sido incrementadas recientemente tras un pacto entre PSOE y PP.
El equipo del ministro de Economía, Luis de Guindos, trabaja a marchas forzadas para presentar el 15 de febrero el plan de reestructuración del sector financiero. Conocida la cifra de saneamiento que va a pedir al sector vía provisiones, al menos 50.000 millones de euros, lo que se diseña ahora es cómo pueden financiar los propios bancos esa cantidad y bajo qué criterios se fijarán las provisiones que debe hacer cada banco.
Parece evidente y existe consenso en el sector que las entidades no tiene capacidad para digerir la enorme provisión. Incluso aunque se permita dotarla en un plazo de dos años, que es la opción más probable.
Capacidad limitada de absorber pérdidas
Los expertos estiman que la banca podría absorbe cerca de la mitad de esa partida gigantesca si empieza a asumirla este mismo año, tal y como acaba de hacer Banesto, y extiende el saneamiento hasta 2013. La filial del Santander ha incluido ya en los resultados de 2011 una dotación extraordinaria de 400 millones para cubrir “el previsible deterior del mercado inmobiliario en los próximos meses”.
La otra mitad de las pérdidas del sector tendrá que ser cubierta por el Estado o por terceros. Por ello, Economía busca fórmulas que liberen al presupuesto de esa carga. La opción del FGD como emisor de deuda tiene la ventaja de que el servicio de la misma y la eventual amortización corren a cargo de los propios bancos, que son los que lo nutren anualmente, según fuentes del sector.
En todo caso, la misión principal del fondo, como su propio nombre indica, es garantizar los depósitos de los clientes ante la eventual insolvencia de alguna entidad. Actualmente están cubiertos 100.000 euros por depositante y cuenta.
En el Ministerio de Economía ni confirman ni desmiente los planes y se limitan a señalar que trabajan con varios esquemas y que el principio general es que no suponga coste alguno para el erario público.
También se podría recurrir a una fórmula mixta. Es decir, que el FGD sufrague una parte de las pérdidas que no cubre la banca y que, al mismo tiempo, se articule la recepción de fondos provenientes del mecanismo europeo de estabilidad financiera. Incluso se podía hacer de la partida que ha puesto a disposición de países con problemas de déficit el Fondo Monetario Internacional.
Precedente en la CAM
De momento ya existe un precedente en el uso del FGD para sanear una entidad: la CAM. Los más de 5.000 millones que se han puesto por ahora para reflotar la caja alicantina proceden del fondo. Esa decisión, que evitó que engordara el déficit público, fue pactada entre el gobierno saliente del PSOE y el PP.
Previamente, y también con el consenso de los dos partidos, el ejecutivo socialista elevó la aportación máxima legal de las entidades al fondo del 2 al 3 por mil para poder hacer frente al agujero de la CAM y a los que pudieran arrojar los otros bancos nacionalizados.
La modificación en las aportaciones al FGD es efectiva desde este año y los ingresos del fondo se elevarán en unos 1.600 millones anuales. Al cierre de 2010 contaba con unos recursos de 6.000 millones de euros sin incluir los costes derivados de la caja alicantina.