Jordi Balagué: «Hay promotores que encuentran créditos para construir en zonas con precios razonables»
Presidente del Institut Gaudí de la Construcció
El presidente del Institut Gaudí de la Construcció, Jordi Balagué, afirma que el sector de la construcción, empieza, poco a poco, a recuperar su pulso, gracias al esfuerzo y la insistencia de muchos empresarios, que no desfallecen a la hora de buscar financiación. Este arquitecto es optimista respecto al futuro del ladrillo en nuestro país, pero advierte: sin formación, el sector no podrá arrancar con fuerza otra vez. Para concienciar a la sociedad de la importancia de la formación, el Institut Gaudí de la Construcció organiza el lunes 23 de marzo la jornada La formación, una salida a la crisis, que contará con la presencia del Ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, y del president de la Generalitat, José Montilla.
Parece que el sector de la construcción está parado, porque durante muchos años ha tenido un crecimiento muy fuerte. Ahora hay muchos pisos por vender, pero poco dinero. La situación es tan grave como parece o no?
Yo soy arquitecto. El trabajo me ha bajado de forma importante pero tengo suficiente como para poder mantener mi estructura. Mis clientes lo han parado todo porque los pisos que tienen a la venta no se venden desde hace un año y medio y, por otra parte, los bancos han cortado los créditos a los compradores, pese a que hay mucha gente que querría comprar un piso, porque lo necesita. Por eso, las empresas buscan salidas. Hay gente que se ha marchado fuera a trabajar. Hay otros que intentan aguantar la situación, y luchan día a día para que los bancos les den créditos para empezar obras en zonas donde los precios pueden ser muy razonables. También cambian la tipología de la vivienda para convertirla en protegida y poder ir hacia estos precios. Algunos empiezan a encontrar créditos para empezar este tipo de obra.
Pero deben ser obras a la segura. Deben aportar muchas garantías y los bancos deben tener claro que recuperarán el crédito que conceden…
Son ubicaciones en el territorio con unos precios base de venta que permiten garantizar a los bancos que los pisos se venderán. Atención, el promotor tampoco los haría si no pensara que se venderán. Ya se empiezan a recibir encargos. Por ejemplo, si en una zona se pueden hacer 100 viviendas, se están empezando a hacer 25. Y se están empezando a tramitar pequeños bloques de 10 o 15 viviendas. He notado un cierto espíritu de empezar a luchar, de empezar a hacer algo. Los promotores también tienen la esperanza de que si ahora empiezan un bloque de 10 o de 20 pisos bien situado, cuando lo acaben, de aquí a un año y medio, la situación actual haya empezado a estabilizarse. Esto querría decir que en septiembre se deberían empezar a hacer obras de este tipo, especialmente los que tengan ganas de hacer negocio y siempre que los bancos les den dinero.
Qué ubicaciones son las más favorables al contexto que me explica?
En la zona del Vallès Oriental, algunas ubicaciones empiezan a tener vendidos los pisos antes de empezar pero no tienen financiación. Al sur de Reus y Tarragona, en Montbrió, Montroig y los pueblos del entorno, donde los terrenos se pudieron comprar a un precio correcto, también están arrancando despacio y están encontrando financiación. Se están viendo algunas cosas.
Algunas cosas que indican algo?
Para mí indican algo, quizá me equivoque. Pero yo creo que estas cosas se hacen con la voluntad de aguantar y luchar porque los promotores piden créditos a un banco y al otro, es una procesión y es muy duro. Y eso que los promotores que han hecho bien el trabajo tienen patrimonio y territorio para construir. Pero si no hay financiación, los promotores no pueden financiar toda la obra, porque si pudieran ya no trabajarían. Hablo de los promotores serios, claro.
Hablando de promotores, cuántos se han quedado por el camino. Los especuladores o también promotores serios?
La crisis ha arrastrado gente muy buena. Yo conozco a constructores de alta calidad que han quedado absolutamente colgados porque la gente no ha podido pagar y ha sido una cadena. Ahora se ha transmitido a la industria pero el primer descalabro se dio en la construcción. Hay otro factor: yo reclamaba muchos cursos de formación a la Generalitat porque, cuando vuelva a arrancar la actividad, la productividad y la competitividad deben tener un nivel muy alto porque acabamos con una mano de obra enferma. Cuando se empiece a salir de la crisis, los que podrán empezar a trabajar al día siguiente son los que comprando un ladrillo, contratando a diez personas y teniendo un terreno en un año ganarán dinero. La industria no tiene esta habilidad ni la tendrá nunca, necesita tres o cuatro años para recuperarse. El sector de la construcción se levanta en 48 horas.
Es un sector que se recupera rápido, pues…
Además, es un sector que representa el 14% del Producto Interior Bruto y no se debe perder de vista. No sé en qué porcentaje será, pero que será uno de los elementos que vuelva a removerlo todo también es cierto. Pero si no estamos preparados y continuamos teniendo una mano de obra nada formada y que no tiene una capacidad de trabajo importante en calidad, tampoco adelantaremos, porque lo que vendrá será más complicado a nivel europeo. Porque se pagarán la productividad y la calidad.
Es por esta razón que ustedes han organizado la jornada La formación, una salida a la crisis, que tendrá lugar el lunes 23 de marzo en el Hotel Hesperia Tower de Barcelona. De qué tratarán?
Teníamos previsto hacerlo en Construmat, pero el ministro Corbachoy el president Montilla sólo podían venir el 23. Todo el mundo habla de pesimismo, del problema del paro, del desastre, de la crisis que se nos come a todos. Entonces, nos planteamos hacer una lectura diferente para poder avanzar. Las crisis se solucionan avanzando, cuando te quedas quieto fracasas. El que no hace nada fracasa, pero ya ha fracasado antes de empezar. El que hace, si se equivoca puede equivocarse, y es comprensible.
En el Instituto Gaudí de la Construcció, tenemos entre 16 y 17 mil alumnos, que tienen, por término medio, 38 años, y familia. La mayoría vienen al Instituto a las seis de la tarde, cuando acaban de trabajar en las obras, y salen a las 10 de la noche. Esta gente demuestra que hay un futuro, que hay un camino que cuando todo se recupere que los permitirá tener un trabajo mejor. Muchos han visto que los trabajadores formados tienen una mejor ubicación, más espacio y más trabajo. Es gente que no tiene miedo a la crisis y creen que esto saldrá adelante y representan la parte más positiva de la sociedad preocupada. Por eso nos atrevemos a hacer unas jornadas, para decir que, con más formación, tenemos mucha menos crisis.
Esto es lo que quieren dar a conocer a todo el mundo…
Exactamente. Y los que no trabajan, los que están en el paro, tienen la ilusión de venir cada día aquí y de encontrarse con compañeros, de explicarse los problemas. Además les explicamos cosas que no sabían. Este es un factor que saca mucha problemática a las relaciones sociales del entorno.