La huelga de transportistas y la inflación amenazan la campaña del Black Friday y la Navidad

Los paros anunciados en el transporte por carretera podrían volver a impactar en la cadena de suministros

Un grupo de transportistas autónomos durante la huelga de marzo. EFE/Quique García

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En marzo, la huelga de transportistas dejó imágenes de supermercados y tiendas con estantes a medio llenar o, directamente, vacíos. Este escenario se podría repetir en las próximas semanas, si la nueva huelga convocada por la Plataforma Nacional en Defensa del Sector del Transporte tiene el mismo seguimiento. La ruptura de la cadena de suministros coincidiría, en esta ocasión, con las campañas del Black Friday y de Navidad, amenazando dos de las épocas claves para impulsar el gran consumo tras meses de estancamiento.

Este lunes, los transportistas de mercancías por carretera han anunciado paros indefinidos que comenzaran la medianoche del próximo 14 de noviembre para protestar por el incumplimiento por parte de los cargadores de la ley de costes, que prohíbe trabajar a pérdidas. Según ha lamentado el portavoz de la plataforma, Manuel Hernández, «no se respeta el precio de coste a los transportistas», por lo que cree que la situación es «una tomadura de pelo».

El objetivo es «dar una respuesta veraz en la calle», que los transportistas puedan trabajar «a unos precios que permitan hacer a sus empresas viables» y que los precios que el consumidor paga por el transporte «realmente lleguen a quien tiene el coste y no se lo queden los intermediarios como está pasando desde los últimos 20 años».

Esta organización, que agrupa en su mayoría a autónomos, ya organizó la huelga del pasado marzo que finalizó después de que el Gobierno se comprometiera a sacar adelante una ley que obliga a los cargadores a fijar un precio justo y suficiente para que a los transportistas le salga a cuenta realizar su trabajo. El Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC), el órgano consultivo que negocia con el Ministerio de Transportes, ya ha manifestado que un paro indefinido «no es la solución a estos problemas» y han insistido en continuar dialogando con el ejecutivo.

Escasez de productos básicos

La última convocatoria se alargó durante más de 20 días, provocando escasez de productos básicos como leche, yogur y pollo. Empresas como Danone o Heineken tuvieron que anunciar la interrupción temporal de sus actividades por los obstáculos en la cadena. Esta situación se podría volver a repetir, afectando a otros productos de alta demanda, aunque no sean básicos.

Con la Navidad y los descuentos del Black Friday a la vuelta de la esquina, muchos ciudadanos acostumbran a adelantar las compras navideñas. No obstante, esto nuevos paros podrían provocar escasez tanto de productos alimenticios que suelen consumirse durante las fiestas, como una reducción de stock de otras mercancías o problemas en el reparto de compras hechas por Internet.

Tras el anuncio de los nuevos paros, las principales patronales del sector no han tardado en rechazar la convocatoria. La Asociación del Transporte Internacional por Carretera (Astic) ha señalado que «no hay motivos para una medida como esa que perjudicará a todos dentro y fuera del sector». Por su parte, la Organización Empresarial de Logística y Transporte de España (UNO) ha calificado la huelga de «irresponsable» y ha alertado que «pone en peligro la cadena de suministro en un momento estratégico del año para miles de empresas que se juegan ahora su cuenta de resultados”.

La Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) ha ido más allá y ha advertido de que este conflicto podría incrementar aún más los precios de las mercancías. En este sentido, la huelga también aumentaría las tarifas del transporte por carretera, lo que acabaría repercutiendo en el precio final de los productos.

Un grupo de transportistas autónomos durante la huelga de marzo. EFE/Quique García

De hecho, en un artículo previo a la convocatoria de la huelga, el profesor de Economía y Empresa de la Univeristat Oberta de Catalunya (UOC) y experto en logística, Cristian Castillo, explicó que es “muy probable que la mayoría de empresas del sector aumenten los precios” en las próximas semanas. “Ya lo estamos viviendo ahora, y seguro que en el Black Friday o en la campaña de Navidad nos encontraremos con tarifas más elevadas”, concluyó.

Según datos de la Unión Internacional del Transporte por Carretera (IRU, por sus silgas en inglés), las tarifas medias de los contratos de transporte en Europa alcanzaron un máximo histórico en el tercer trimestre de 2022. Concretamente, aumentaron en un 5,4% intertrimestral y en un 19,6% interanual, por los precios del diésel, la escasez de conductores y la sequía en el continente. Los efectos de la huelga solo harán que hinchar estos precios.

El consumo, estancado

El alza de los precios de transporte en una época como la actual, solo puede que empeorar la situación del consumo en España: algunos de los principales indicadores ya apuntan a un estancamiento del gasto privado por la inflación. El BBVA Research ya ha revisado a la baja sus estimaciones y defiende que el consumo privado crecerá un 1% en 2022 y un 0,9% en 2023. El servicio de estudios de la entidad ha recortado el crecimiento para este año en 0,9 puntos porcentuales por el alza de precios, el descenso de la renta y de la riqueza financiera real, el encarecimiento de la financiación y el aumento de la incertidumbre.

En la misma línea, el centro de análisis Funcas mantiene que, con datos hasta agosto, el consumo no ofrecía señales de avance, tras registrar un repunte en el segundo trimestre. Este leve aumento “apenas contrarrestó la caída que sufrió en el trimestre precedente», de modo que, en tendencia, continúa en «una situación de estancamiento” desde hace varios trimestres.

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