Las SICAV en España: pequeñas y en peligro
Las Sociedades de Inversión de Capital Variable (SICAV) españolas son muy pequeñas, no superan de mucho los porcentajes de rentabilidad de los fondos de inversión y dependen excesivamente de las entidades financieras, algo que perjudica su competitividad. Y si además el gobierno finalmente decide aumentar los impuestos a estas sociedades puede provocar una fuga de capitales a países con normas más laxas. Estas son algunas de las conclusiones del estudio Las Sociedades de Inversión de Capital Variable en España, elaborado por Mayte Aguilar, Isabel de Juan y Christian Torre y publicado por la Fundació Catalana d’Analistes Financers.
Según el documento, las SICAV españolas gestionan volúmenes de capital muy modestos, a años luz de los que tienen entre manos sus competidoras europeas. Así, las 3.369 sociedades existentes en nuestro país mueven fondos por valor de 25.000 millones de euros, lo que significa que cada una dispone, de media, de siete millones de euros. Pero es que en el resto del continente, alguna de estas sociedades llega a gestionar hasta 100.000 millones de euros.
Por esta misma razón, las SICAV representan sólo un 4% de los 630.000 millones de euros que se mueven en la renta variable española, muy por debajo de los 170.000 millones de euros que suman los Fondos de Inversión, sus más directos competidores. Y, a la pregunta de quién gana la batalla de la rentabilidad, la respuesta es que se registra un empate entre ambas formas de inversión.
Los autores han calculado la rentabilidad a partir de varios factores, pero en la mayoría de ellos las diferencias son escasas. Así, por ejemplo, si se tiene en cuenta la rentabilidad en base a la volatilidad entre los años 2000 y 2008, las SICAV consiguieron batir a los fondos de inversión sólo en los tramos de volatilidad situados entre el 4-6%/ 6-8% y 10-12%. En el resto, ganaron los fondos.
Otro de los grandes peros de las SICAV españolas es que casi el 78% de ellas pertenece a alguna entidad financiera. De hecho, una cuarta parte de las sociedades de inversión españolas pertenecen al Grupo Santander. Para los autores del estudio, esto puede conllevar una falta de competitividad contraria a las tendencias propias del mercado, principalmente a nivel europeo.
Además de todo eso, el documento advierte que la legislación española podría poner en peligro el futuro de las SICAV por su excesiva rigidez. Si bien en el documento se reconoce que, gracias a las leyes actuales, los inversores y propietarios de SICAV estuvieron protegidos de la crisis financiera internacional, también afirma que si no se flexibilizan las normas y se evita un aumento de las tasas, los capitales españoles se trasladarán a mercados de países donde la carga sea menor.
Esto se traduciría, según Alberto Moro, presidente del Instituto Español de Analistas Financieros en Catalunya, “un fuerte impacto en la industria de la gestión”, lo que se traduciría en la pérdida de puestos de trabajo, «una menor recaudación de las arcas públicas y en una pérdida “de capacidad para tomar decisiones sobre nuestros ahorros”.
Pero, de momento, las SICAV españolas siguen teniendo un papel muy modesto en el mercado.