Mondelez, Lindt y Barry Callebaut buscan alternativas frente a la subida de precio del cacao
El contexto alcista del precio del cacao ha llevado a algunas de las empresas más grandes del sector a tomar medidas innovadoras para abaratar costes
El precio del cacao atraviesa máximos históricos, y con la campaña navideña en pleno auge, los grandes fabricantes de chocolate, según afirma el medio Expansión, exploran vías inéditas para mitigar el impacto de este encarecimiento sin precedentes, que poco a poco ha ido asfixiando a la industria chocolatera, incluso a las empresas más grandes.
Un contexto al alza sin precedentes asfixia al sector del cacao
Mondelez, Barry Callebaut y Lindt, entre otros gigantes del sector, han comenzado a apostar por sucedáneos vegetales, tecnologías de cultivo celular y nuevas materias primas para sortear la presión de los costes en un mercado golpeado por problemas climáticos, políticos y por el desgaste económico del consumidor. Y poco a poco, estas alternativas comienzan a ser cada vez más factibles para acabar con esta gran subida.
En la actualidad, los fabricantes de chocolate afrontan su pico de demanda anual en un momento en que los consumidores están exhaustos por la subida generalizada de la cesta de la compra. Tras meses intentando mantener los márgenes, muchas compañías se vieron obligadas a trasladar el incremento de costes al precio final del producto, aunque ahora buscan alternativas que reduzcan su dependencia del cacao.
Mientras tanto, el marco normativo europeo limita el uso de sustitutos: la directiva 2000/36/CE, incorporada a España mediante el Real Decreto 1055/2003, establece que un producto comercializado como chocolate debe contener al menos un 35% de materia seca total de cacao, con un mínimo del 18% de manteca de cacao y un 14% de materia seca desgrasada. Es decir, cualquier modificación vegetal obliga a cambiar la denominación y etiquetado del producto.
Barry Callebaut, Mondelez y Lindt, pioneros en alternativas para mitigar los precios
Entre las multinacionales que ya han activado su transición destaca Barry Callebaut, el mayor fabricante europeo de chocolate para marcas de distribución. La compañía ha anunciado un acuerdo con la empresa Planet A Foods para desarrollar una línea de chocolate sin cacao, dentro de su división ChoViva.
Esta alternativa se elabora con cultivos locales como semillas de girasol, a los que se añaden grasas vegetales y azúcar. La firma, además, también ha sellado un convenio con la Universidad de Zúrich para impulsar cacao cultivado en laboratorio, una tecnología que permitiría evitar la dependencia de los mercados internacionales, hoy afectados por crisis climáticas y tensiones geopolíticas.
Sin embargo, Barry Callebaut no es la única que se ha atrevido a innovar con las artes chocolateras. De hecho, la idea del cacao producido en laboratorio, a través de células sin necesidad de plantar ni cosechar, también ha captado el interés de Mondelez, propietaria de marcas globales como Oreo o Milka.
La empresa ha tomado una participación en Celleste Bio, compañía dedicada a la producción de cacao celular. Según la información facilitada por Celleste Bio, esta tecnología permite producir una tonelada de manteca de cacao a partir de una sola mazorca, una proporción que reduciría drásticamente la presión sobre las cosechas tradicionales.
No son los únicos gigantes del sector que han apostado por estas técnicas, son que otro gigante del sector, Lindt & Sprüngli, también ha dado el paso hacia el cacao de laboratorio. La compañía ha adquirido una participación en Food Brewer, empresa que trabaja con células vegetales cultivadas en interiores dentro de biorreactores alimentados con azúcares, vitaminas, minerales y otros nutrientes. Este sistema genera cacao sin necesidad de agricultura convencional, ofreciendo una alternativa estable frente a las perturbaciones globales de la cadena de suministro.
Otras alternativas en busca de una solución a un problema cada vez más evidente
Sin embargo, más allá de los grandes chocolateros tradicionales, otras compañías también están entrando en esta carrera. Cargill ha lanzado la gama NextCoa, productos con sabor a chocolate pero sin cacao, elaborados mediante una tecnología patentada por Voyage Foods. Este sistema consiste en tostar y procesar ingredientes como semillas de uva y girasol, logrando un sabor similar al del chocolate convencional.
No es la única opción por la que se apuesta, ya que, entre los diversos vegetales que emergen en este nuevo escenario, destaca la algarroba, un fruto históricamente asociado a épocas de escasez y que se utilizaba como sustituto del cacao en la posguerra europea. Aunque cayó en desuso, empresas pequeñas como WinWin o Foreverland han recuperado su potencial gracias al empleo de nuevas tecnologías y combinaciones de ingredientes, mejorando notablemente su calidad y percepción en el mercado.
Es una realidad irrefutable que la escalada del precio del cacao ha provocado un giro histórico en la industria chocolatera, obligando a los grandes fabricantes a diversificar sus fuentes de suministro e innovar en sus procesos productivos. Sucedáneos vegetales, cacao cultivado en laboratorio y tecnologías de fermentación o tostado alternativo se consolidan como las vías más prometedoras para garantizar la estabilidad del sector en plena turbulencia global.
Ahora, con la Navidad a la vuelta de la esquina y el mercado en plena tensión, los movimientos de Mondelez, Barry Callebaut, Lindt y Cargill revelan que el futuro del chocolate podría ser muy diferente al que conocemos hoy: más tecnológico, más sostenible y menos dependiente del cacao tradicional.