Abertis dispara su deuda pero se mantiene en modo compra

La compra de RCO eleva la deuda de Abertis hasta siete veces su ebitda pero la concesionaria tiene una caja de 4.400 millones y busca oportunidades

Marcelino Fernández Verdes, presidente de Abertis. EFE

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Abertis cerró este viernes la compra del 51,3% de la mexicana RCO por 1.500 millones de euros, operación que incrementa su ya alta deuda. Pero pese a este hándicap, la concesionaria española controlada por la familia italiana Benetton y Florentino Pérez sigue en modo compra y, tras el fracaso de la vía portuguesa, busca oportunidades con 4.400 millones en el bolsillo.

La compañía dirigida por José Aljaro, que desde la opa de Atlantia, ACS y Hochtief, en 2018, había optado por la contención de costes y el reparto de los beneficios para recuperar la inversión cuanto antes, se enfocó de nuevo hacia el crecimiento inorgánico con la oferta por Red de Carreteras de Occidente, propiedad hasta ahora de Goldman Sachs. También se interesó por la lusa Brisa, pero finalmente se vendió a la holandesa APG.

El fracaso en Portugal no hará desistir a la concesionaria catalana de seguir con las compras, según explican fuentes del sector. La pandemia de coronavirus ha frenado posibles ventas, pero buscará oportunidades de crecimiento, centrada en América y en Europa, para suplir la bajada de ingresos en España como fruto de las pérdidas de concesiones, como Aumar el 1 de enero pasado y Acesa en agosto de 2021. Se trata, respectivamente, de la segunda y primera concesionarias en beneficios del grupo Abertis en España.

Abertis busca oportunidades de crecimiento en Europa y América para paliar la pérdida de concesiones en España

En el anuncio de la compra de RCO, la empresa que preside Marcelino Fernández Verdes explicaba que cuenta con 4.400 millones de euros de liquidez, lo que no significa que tenga que ser toda para compras, pero sí que le da margen para hacerlo sin endeudarse más. Y es que los 1.500 millones de la entrada en México los ha sacado en parte de la caja pero sobre todo de líneas de crédito abiertas.

Según la versión oficial, esta compra no ha engordado el pasivo de Abertis pues no ha tenido que buscar nueva financiación. Pero lo cierto es que, al hacerse con más de la mitad de RCO y tener el control efectivo, lo consolidará en sus cuentas. No solo los 400 millones de ingresos y 300 millones de ebitda, sino también 2.000 millones de deuda.

Por tanto, la integración de RCO en el grupo supondrá en realidad un mayor endeudamiento, pues los ingresos de la mexicana no podrán paliar la pérdida de Aumar y el impacto del coronavirus, y la caída de tráfico que ha provocado, en las cuentas de Abertis.

La deuda de Abertis

La compañía española terminó 2019 con una deuda neta cercana a los 23.000 millones de euros, casi 10.000 millones más que el año anterior después de que los nuevos accionistas se repartieran un dividendo extraordinario precisamente de esa cantidad con el fin de recuperar una parte importante de la inversión de la opa. Esa cifra ya superaba la ratio de 6 veces el ebitda, alta pero que no condujo a Abertis al bono basura por parte de S&P y las agencias de rating.

En el primer trimestre del año, redujo su pasivo en unos 1.400 millones, hasta los 21.548 millones. Más de la mitad, unos 12.500 millones, no están ligados a ninguna concesionaria sino que se trata de deuda corporativa, por el crédito que solicitó para el macrodividendo.

Más de 5.500 millones de la deuda neta son de Sanef, la filial francesa que Abertis fue comprando en los últimos años de Francisco Reynés como consejero delegado, mientras que las concesionarias de Brasil (1.200 millones), Chile (1.000 millones) y España (500 millones) acumulan el resto de deuda.

La deuda neta de Abertis creció en casi 10.000 millones en 2019 por el macrodividendo para Atlantia, ACS y Hochtief

La compra de RCO engordará en unos 2.000 millones ese pasivo, ya de por si alto, pero se combinará con un beneficio bruto de explotación a la baja. Entre enero y marzo de 2020, el ebitda de Abertis cayó un 16,6%, y eso que el impacto del coronavirus en el tráfico se produjo de forma significativa solo en tres semanas de esos tres meses. También se notó la pérdida de Aumar, la tercera filial que más beneficios le aportaba tras Sanef y Acesa.

Teniendo en cuenta esta caída, que puede ser más alta en el segundo trimestre pero se prevé que se atenúe en el tercero y el cuarto, los 300 millones de ebitda mexicano en vena para Abertis serán insuficientes para compensarla. Por ello, la deuda respecto a ebitda se disparará y podría llegar a 7 veces.

Objetivo: mantener el ‘investment grade’

Según la compañía, nada de esto supondrá perder el investment grade, es decir, el aprobado de las agencias de calificación de riesgo, pues éstas ya han descontado el impacto de la operación en su último examen, llevado a cabo con la compra ya anunciada. Abertis está al borde del bono basura por la rebaja de su matriz, Atlantia, ante las posibles consecuencias económicas del hundimiento del puente de Génova en verano de 2018.

La empresa española sí ha demostrado cierta disciplina financiera pues no solo redujo la deuda en el primer trimestre sino también su coste, del 3,1% de interés al 2,8%. Además, más de la mitad de los créditos vencen a más de cinco años. Este 2020 solo tiene que devolver 700 millones, mientras que en 2021 y 2022 tiene que retornar algo más de 2.000 millones cada año.

Xavier Alegret

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