| Entrevista

Álvaro Pintado, el joven de 19 años que dejó la universidad para crear una app valorada ahora en 16 millones 

Hello.app aspira a desbancar a Google, Amazon o DropBox y a convertirse en unicornio en los próximos tres años

Álvaro Pintado. Foto: Cedida.

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El recorrido de Álvaro Pintado es inverso al que siguen la mayoría de los jóvenes en el país. Lejos de seguir el camino preestablecido, que pasa por estudiar y buscar un hueco en el mercado laboral, el catalán pisó a fondo el acelerador y comenzó a emprender negocios cuando apenas había terminado la educación secundaria obligatoria.

Al echar la vista atrás, Pintado ha dejado tras de sí un reguero de proyectos, desde una compañía para vender relojes importados hasta la publicación de un libro sobre tecnología o la creación de un chatbot de inteligencia artificial. «Soy un emprendedor, lo que he hecho desde siempre es montar negocios para generar un impacto», reconoce en una entrevista a Economía Digital.

Quién es Álvaro Pintado

«Estamos aquí para hacer cosas grandes, esa es la razón por la que he empezado emprender«, explica Pintado, quien se aventuró en su primer proyecto empresarial cuando tenía tan solo 16 años. En esa ocasión, fundó una compañía de e-comerce de venta relojes importados a España. Poco tiempo después creó una empresa de inteligencia artificial, Whisper, un chatbot parecido a Chat GPT, que posteriormente vendió por una cifra de cinco dígitos, sin concretar cual.

Durante esa etapa también publicó un libro, ‘El sistema financiero descentralizado’. El documento, en el que explica con ejemplos gráficos e ilustrativos conceptos relacionados con las criptomonedas, los NFTs, la tecnología blockchain o el metaverso, se publicó de forma independiente en Amazon y lleva más de 400 copias vendidas.

Sin embargo, la joya de la corona es la aplicación hello.app, que creó cuando estaba en bachillerato, mientras estudiaba para la selectividad. La aplicación, que paga al usuario por almacenar datos en su teléfono, está valorada en 16 millones de euros y ha levantado capital de 300.000 euros entre las redes de business angels de Esade, Iese, Castiventures y Bcombinator.

Su filosofía empresarial es clara. «Si quieres llegar a sitios distintos, haz cosas diferentes», afirma. Una clara muestra de ello es la compra del dominio de la aplicación por 107.000 euros. «Lo compramos únicamente para hacer ruido, teníamos el dinero y pensamos, podemos hacer lo que todo el mundo, ser uno más e invertirlo en publicidad, o comprar el dominio para vender una buena historia, ganar usuarios e invertir en un activo», confiesa.

Quizás esta ambición por romper moldes fue también la que le llevó a abandonar el grado de Ingeniería de Sistemas de Telecomunicación por la Universidad Politécnica de Cataluña (UPN). «Las personas vivimos en burbujas, imitamos a las personas de nuestro entorno», destaca y añade: «Vi que las personas con las que iba a compartir aula durante cuatro años no eran con quienes quería estar, yo quiero estar con quien piense en conquistar Júpiter o cualquier otra locura, y vi que ahí no iba a llegar a ese nivel».

«Si quieres ser médico tienes que estudiar medicina, pero en ámbitos como la empresa, o naces con ello o no se puede enseñar», incide para después poner como ejemplo: «No puedes enseñar que cuando no ves claro un contrato deberías exigir que te paguen un adelanto o que no puedes contar con muchas nóminas hasta que el negocio coja buena marcha».

Destronar a Google, Amazon o Dropbox

«Cambia internet y cambiarás el mundo». Este es el lema que llevó al joven emprendedor a buscar a un socio, Alexander Baikalov, con 20 años de edad, para impulsar su proyecto: una aplicación que paga a los usuarios a cambio de que le cedan espacio de almacenamiento en sus dispositivos móviles, tablets o portátiles. De esta manera, quienes la descargan obtienen una fuente de ingresos adicional, entre cinco y diez euros al mes.

En estos momentos, la aplicación cuenta con cerca de 200.000 usuarios en unos 150 países. «Contamos con usuarios de todo tipo, desde adolescentes hasta personas de entre 50 y 60 años», explica Pintado si bien después puntualiza que la gran mayoría tienen entre 20 y 25 años y están familiarizados con la tecnología.

Álvaro Pintado. Foto: Cedida.
Álvaro Pintado. Foto: Cedida.

Pintado asegura que el negocio es sostenible económicamente porque el almacenamiento obtenido lo destina a compañías, que le pagan a cambio. Al contar con una red descentralizada, supone una opción más barata que la presentada por las grandes compañías del sector tecnológico, en que la información va directamente al cloud, mientras que en hello.app se rompe en pedazos como si fuera un puzzle, lo que dificulta que un hacker pueda acceder, desgrana.

A corto plazo, en menos de tres años, el objetivo de la compañía es convertirse en unicornio, un concepto que hace referencia a aquellas empresas creadas hace menos de una década que, sin cotizar en bolsa ni haber sido adquiridas por un tercero, logran un valor de 1.000 millones de dólares o más a nivel mundial. «Queremos ser lo más grandes posible en el menor tiempo posible», reconoce para después considerar que convertirse en unicornio es la única forma de demostrar que la «compañía lo ha petado».

«Queremos ser una empresa que marque un antes y un después en internet»

No obstante, sus aspiraciones van mucho más allá: arrebatarle el trono a compañías como Google, Amazon o Dropbox, que actualmente monopolizan el negocio. «Quien domina el almacenamiento digital domina internet y quien domina internet domina la información», asevera Pintado. «Estas compañías, que tienen el poder, deciden quien, cuando y como se accede a la información, por lo que nuestros datos se convierten en su activo».

«Queremos ser una empresa que marque un antes y un después en internet, queremos poder decir que fuimos los que desbancamos a compañías centralizadas», indica antes de vaticinar: «No hay una empresa eterna, todas acaban muriendo, todas tiene un principio y un fin, es cuestión de que venga otra y que haga las cosas mejor».

Emprender en España

«España no es un país en el que sea complicado emprender o fundar una startup, a pesar de que hay muchos impuestos y trabas burocráticas, puedes obtener apoyo de foros de inversión y redes de business angels que están constantemente buscando oportunidades para invertir», indica y remarca que los proyectos «bien planteados» también pueden recibir ayudas y subvenciones públicas «muy potentes».

Sí reconoce que los jóvenes que se enfrascan en emprender un negocio a corta edad pueden encontrarse con algunas trabas. «Mientras que un inversor profesional sabe que los jóvenes también han montado cosas tops, el inversor de pie de calle desconfía de quienes no tiene experiencia», admite. «Al final todo tiene su punto bueno y malo, una persona de 30 años cuenta con experiencia, pero le falta esa capacidad para ignorar el riesgo y lanzarse», destaca.

«Todo lo que vemos a nuestro alrededor lo han levantado personas hace 20 años que no eran mejores que nosotros, es una cuestión de que los jóvenes se lo crean, piensen que pueden hacerlo y no se pongan límites, a pesar de que el entorno muchas veces incita a ponerlos», asegura.

El próximo paso que tiene pensado dar en su andadura como emprendedor es crear un fondo de inversión mixto para plantar cara a Blackrock o Blackstone. «Es triste pero quien domina el dinero manda», destaca para revelar que, a su parecer, «tener influencia es la única manera de tener impacto y de cambiar el mundo».

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