Las bicicletas eléctricas llevan a la quiebra a otra histórica marca de motos con una deuda de 136 millones de euros
La escudería sigue los pasos de KTM Sportmotorcycle AG, firma austriaca que entro en bancarrota, pero logró salir

Una famosa empresa vuelve a entrar en quiebra
Una histórica marca de motos se une a KTM y entra en quiebra después de cosechar una deuda de 136 millones de euros. La firma es Fantic, empresa de origen italiano que parecía estar viviendo una revolución en los últimos años. Todo hace indicar que su negocio de bicicletas eléctricas han sido el motivo de su entrada en bancarrota.
Fantic Motor se fundó en el año 1968 en Barzago, Lombardía, por Mario Agrati y Henry Keppel-Hesselink. La idea inicial era producir minimotos, go-karts y modelos que por aquel entonces estaban muy de moda, especialmente en el mercado estadounidense, aunque pronto llegó a Europa, donde logró expandirse.
Uno de los modelos clásicos más recordados es la Caballero. Su primera versión, de 49 cc con dos tiempos, apareció en los albores de la marca y se convirtió en símbolo, tanto por su estilo como por su capacidad de evocar el espíritu off-road y juvenil de los años setenta. Hubo también otros modelos icónicos como el “Chopper” con estética inspirada en la cultura americana, e incluso modelos carretera como la Strada.
Fantic como marca también participó en competiciones, se destacó especialmente en trial, ganando el Campeonato del Mundo en 1985, 1986 y 1988, con pilotos como Thierry Michaud. Sin embargo, la empresa atravesó dificultades y llegó a la quiebra en los años noventa, deteniéndose su actividad alrededor de 1995-1997.
Por suerte, en el año 2003 logró resurgir de sus cenizas cuando el empresario Federico Fregnan adquirió la marca. Luego, en 2014, Fantic fue comprada por el grupo VeNetWork, bajo la dirección del ingeniero Mariano Roman, lo que marcó una nueva fase orientada a la modernización, la diversificación, donde se incluyeron las bicicletas eléctricas, y el retorno de modelos clásicos adaptados a normativas y gustos contemporáneos.
Ahora vuelven a encontrarse en una situación límite, a punto de quiebra, siguiendo los pasos de KTM Sportmotorcycle AG, escudería austriaca que entro en bancarrota, pero logró salir gracias a que su plan de reestructuración ha sido aprobado por los acreedores. Además, lograron una inyección de 600 millones de euros.
Fantic Motor busca renacer para volver a salir de la quiebra
Fantic se encuentra atravesando uno de los momentos más delicados de su historia. Con una deuda que supera los 136 millones de euros, la compañía ha tenido que acogerse a una moratoria de seis meses aprobada por un tribunal de Venecia para ganar tiempo y llevar a cabo un ambicioso plan de reestructuración que pueda salvarles de la quiebra.
El golpe más duro llegó este verano, cuando sus 140 empleados aceptaron un acuerdo de solidaridad para no ser despedidos. Iban a trabajar menos horas y con un salario reducido con el objetivo de salvar la empresa y mantener vivo un legado de más de medio siglo. La medida no solo afecta a la planta principal, sino también a Minarelli, la histórica fábrica de motores de Bolonia adquirida a Yamaha en 2020.
La crisis no se gestó de la noche a la mañana, de hecho, todo comenzó en el año 2020 con la pandemia. Por el contexto, Fantic apostó fuerte por el mercado de bicicletas y patinetes eléctricos, un sector que parecía imparable. Sin embargo, tras el boom inicial, la demanda se desplomó y la compañía se encontró con almacenes llenos de productos sin vender. A su vez, la presión financiera le impidió responder a la gran demanda de motos como la popular Caballero 500, que sigue despertando pasiones en Europa.
Otros factores claves de la caída
A este escenario se sumó un factor externo: la insolvencia y quiebra de KTM, que desestabilizó a proveedores muy importantes en el sector. Muchos de ellos, para protegerse, comenzaron a exigir el pago inmediato a cualquier cliente, incluida Fantic, lo que provocó que la producción se paralizara en muchos casos.
Ahora bien, bajo el paraguas del consorcio VeNetWork, propietario desde 2014, Fantic ha contado con inyecciones de capital en 2023 y 2024, y se espera otra ampliación para finales de 2025. Además, la empresa ha fichado a Costantino Sambuy como nuevo CEO, un directivo con experiencia en Piaggio y Peugeot Motocycles. Su misión será liderar una reestructuración integral que abarque desde las gamas eléctricas hasta las motos de carretera, pasando por su presencia en competiciones internacionales como Moto2, motocross y Dakar.
Mientras tanto, la confianza de la plantilla en la entidad sigue intacta y en el horizonte ya asoman modelos presentados en EICMA, como la Stealth 500, la Imola 500 o la Scrambler Caballero 500. Si el plan avanza según lo previsto, saldrán de la quiebra y en 2026 podría marcar el año del regreso de Fantic como uno de los grandes referentes europeos del motor.