Caixabank amenaza a millones de clientes de Bankia sin pago con el móvil y smartwatch

El banco no es compatible con los servicios de Google Pay que si ofrece Bankia y permite el pago sin contacto en comercios físicos y online

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Caixabank debe aliarse con Google si quiere igualar el servicio de pagos que Bankia ofrece a sus 7 millones de clientes. Y debe hacerlo antes de la migración tecnológica, prevista para finales de año.

Cuando esto suceda, los 20 millones de clientes que reúnen los dos bancos ahora fusionados se conectaran a la misma app móvil y la misma web, es decir, operarán por los mismos canales digitales.

Asimismo, las tarjetas, las cuentas y demás productos financieros se unificarán durante estos meses. Pero lo que más preocupa es cómo van a ser los pagos sin contacto, más si cabe con lo que han crecido en el último año.

Actualmente, las tarjetas de Bankia se pueden integrar en Google Pay, que es la solución universal para Android. De esta manera, cualquier cliente del banco puede pagar con el teléfono o un reloj inteligente en comercios, apps y web.

Pero además, el banco ofrece Apple Pay, ampliando el rango a aquellos que tengan algún dispositivo de esta marca (como iPhone, Apple Watch, iPad u ordenadores Mac). También tienen alianza con Samsung Pay, el sistema de pago de Samsung o PayPal.

Asimismo, la entidad cuenta con Bankia Wallet, el billetero digital donde los clientes pueden incorporar tarjetas desde los billeteros electrónicos de estos gigantes digitales o desde la propia aplicación móvil de Bankia.

No ocurre lo mismo en Caxabank, la entidad tiene acuerdos con Samsung y Apple, y a su vez disponen de CaixaBank Pay, una aplicación propia compatible con el sistema operativo Android. Pero no es compatible con el servicio de Google.

Por esta razón, los clientes de Bankia empiezan a preguntarse si una vez llegue la integración tecnológica seguirán disfrutando de lo que antes tenía o por el contrario, perderán este servicio. Caixabank declina hacer comentarios.

Llegan los primeros los cambios

Aunque no será hasta noviembre cuando lleguen los cambios más significativos, ya se han empezado a ver algunos de ellos. Por ejemplo, las redes sociales de Bankia, como Twitter o Facebook, han dejado de publicar contenido y redirigen a los canales de Caixabank.

La web de Bankia, por ejemplo, ya luce el logo del nuevo banco, algo que también ocurre en algunas de las oficinas donde se está efectuando desde el pasado 5 de abril el cambio de rotulación interior y exterior de todas las sucursales, así como la personalización de la imagen de los cajeros.

La nueva Caixabank prevé que unificación de la marca en la red de oficinas esté terminada a principios de junio. De momento, no han detallado cuántas se han remodelado de las 2.127 sucursales que tenían Bankia a cierre de 2020.

Antes de centrarse en las oficinas, la entidad cambió la marca Bankia de las Torres Kio, lo hizo solo un día después cerrar su fusión. Después, cambió la imagen de los edificios corporativos.

Asimismo, la primera ventaja que obtuvieron los 7 millones de clientes de Bankia fue el acceso gratuito a los cajeros de Caixabank. En total, disponen de 14.000.

Las cuentas y tarjetas, el colofón final

El colofón final después de la absorción de Bankia por Caixabank llegarán con los cambios en las cuentas y tarjetas. Que es sin duda lo que la mayoría de clientes tiene contratado.

Los que proceden de Bankia tendrán a futuro un nuevo IBAN o número de cuenta. Es un proceso bastante habitual que se da en todas las fusiones. Lo normal es que sean los bancos protagonistas de la operación quienes hagan el cambio.

De esta manera, podrán seguir recibiendo ingresos y haciendo pagos sin problema. Sin embargo, para cuestiones como el ingreso de la nómina, es el cliente quien tiene que facilitar al pagador el nuevo número de cuenta.

Paralelamente, Bankia explica a sus clientes en su web que la fusión también puede implicar cambios en las condiciones de la cuenta. Algo que pueden hacer siempre que lo notifiquen con antelación. El Banco de España indica que el plazo para comunicarlo debe ser de dos meses.

Y si el cliente no está conforme con las nuevas condiciones, tiene derecho a cancelar la cuenta antes de que el cambio sea efectivo sin ser penalizado por ello. 

No ocurre lo mismo con los productos de una duración definida, como un depósito. Estos mantendrán las condiciones intactas en todos sus plazos fijos. Eso sí, si se renueva el depósito vencido en esos plazos, ya se tendrán las nuevas condiciones resultantes de la fusión.

Cristina Hidalgo

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