Comapa borra otra marca por el fraude del jamón polaco

Después de desaparecer todo rastro de su marca Trevedul por el escándalo del jamón polaco, Comapa también elimina su producto Sierra de la Alpujarra

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La nueva dirección de Comapa –el denunciado e imputado proveedor de ibéricos que Vall Companys controla desde abril– ha dejado de producir jamones bajo las marcas Trevedul y Sierra de la Alpujarra, fabricadas con cerdos criados y sacrificados en Polonia sin informar de ello a los consumidores. Este medio explicó el pasado viernes que la web de Trevedul había desaparecido, por las mismas razones.

El gigante cárnico catalán que gestiona Comapa desde el pasado mes de abril, cuando se impuso en el consejo de administración y echó a sus antiguos jefes, ha asegurado en declaraciones a Economía Digital que desde que asumió el control de la empresa se ha dejado de contratar jamón proveniente de Polonia y «todo pasó a ser nacional». Sobre las marcas en cuestión, «puede ser que aún queden en las salas de venta», pero van de salida.

Trevedul es una de las decenas de marcas que distribuye Comapa a supermercados como Consum, Eroski, Ahorramás y Makro. Su nombre irritó a los productores de Jamón de Trevélez, una Indicación Geográfica Protegida (IGP) cuyo consejo regulador afeó que el producto –además de hacer pasar jamón polaco como español– lleva un nombre que induce a engaño por su similitud con el del que se produce en el municipio de Granada.

Después de una serie de publicaciones de este medio, Comapa desactivó la web de Trevedul, en la que vertía falsedades como que el jamón se curaba en Trevélez a casi 1.500 metros de altura, cuando el verdadero secadero del producto se encontraba en Otura a no más de 900 metros sobre el nivel del mar. También decía la web que el jamón se producía «siguiendo la receta tradicional de Trevélez», pese a no estar adscrita a la IGP.

La confirmación de Vall Companys sobre la desaparición de este producto evidencia que tanto las denominaciones engañosas como el origen oculto de la materia prima forzaron a Comapa a cancelar esta marca y Sierra de la Alpujarra. La empresa catalana ha dicho que su intención ahora que controla Comapa es «corregir las anteriores prácticas comerciales e implementar nuevos estándares mercantiles de acuerdo con la realidad del sector».

El jamón Sierra de la Alpujarra, de Comapa
El jamón Sierra de la Alpujarra, de Comapa

Comapa también desaparece su marca Sierra de la Alpujarra

Sierra de la Alpujarra, la otra marca de Comapa que desaparece del mercado y que solía venderse a 25 euros la pierna entera en algunas promociones de Carrefour, todavía tiene su web en pie. Sin embargo, el portal de comercio electrónico de Carrefour (que vendía el jamón a 42 euros en las últimas semanas) dice que el producto está «agotado temporalmente», por lo que se entiende que la cadena de supermercados dejará de venderlo.

Al igual que sucedía con Trevedul, Sierra de la Alpujarra causó malestar no solo por no explicitar el origen polaco del jamón, sino también porque su nombre era capcioso. Jamón de la Alpujarra es una marca de garantía y colectiva protegida por la Junta de Andalucía, de la que la Asociación de Productores de Jamón de Trevélez es titular, y Comapa –naturalmente– utilizaba su nombre a la libre sin respetar los lineamientos de la organización.

La empresa llegó incluso a intimidar a los jamoneros de la Alpujarra por la vía judicial, demandándoles con el fin de anular su marca diferenciada para poder vender los jamones sin problemas. Esta marca también fue una de las inspeccionadas por la trama del jamón podrido que llegó a los juzgados en 2018 y sigue en proceso de investigación por la presunta venta de jamones caducados que eran reenvasados antes de llegar a las tiendas.

En declaraciones a este medio, Pilar Álvarez, la presidenta del consejo regulador de Jamón de Trevélez, afirmó que los jamoneros de la región sufren «una presión total» por parte de Comapa y que entendían que, con sus demandas, la empresa quería «tener el camino abierto para seguir ellos utilizando la marca Alpujarra y que no esté protegida». Una de las denuncias, ante el juzgado de lo mercantil número 11 de Madrid, sigue abierta.

Jamones de Trevedul y Sierra de la Alpujarra a los que tuvo acceso Economía Digital, y que seguían a la venta a inicios del mes de septiembre, escondían en una de las matrículas de trazabilidad sanitaria que los cerdos con los que se fabricaron habían sido sacrificados en el mismo matadero de Polonia. El etiquetado de ambas marcas, colmado de falacias y maquillaje, no alcanzó a Comapa para sincerarse sobre esta particularidad.

Jamones de Trevedul, una marca de Comapa, a la venta en Ahorramás. Los cerdos para producirlos se importan de Polonia, pero su etiqueta evita mencionarlo
Jamones de Trevedul, una marca de Comapa, a la venta en Ahorramás

Vall Companys quiere que Comapa deje de vender jamón barato

Vall Companys ha informado de que, además de borrar estas marcas para no confundir a los clientes con los productos protegidos de Trevélez y La Alpujarra, Comapa se dispone a abandonar la agresividad comercial que le caracteriza, con precios muy por debajo de la media del sector y contra los que poca competencia tiene recorrido, según fuentes de la empresa en declaraciones brindadas este martes a El Economista.

En este sentido, Comapa ya no vende jamones por 25 euros, como ha sucedido antes, y la nueva dirección ha elevado el precio mínimo de venta a 35 euros. La decisión ha sido tomada bajo la dirección de Enrique Gil, director del área de porcino de Vall Companys y desde abril consejero delegado de Comapa. Gil entró al frente de la empresa tras un consejo en el que se cesó a los antiguos jefes, los hermanos Jaime y David Álvarez Fra.

Comapa está en preconcurso de acreedores desde el pasado mes de mayo, afectada por múltiples deudas. Vall Companys le ha prestado más de 140 millones de euros para oxigenar sus cuentas, y ahora está a la espera del resultado del preconcurso para decidir cuáles pasos seguir. Comapa facturó más de 450 millones de euros en 2017, según las últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil.

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