Crónica de la caída de Toys ‘R’ Us: de firmar su venta al concurso de acreedores en tres meses

Los dueños de la compañía estuvo al borde de cerrar su venta al grupo de supermercados Family Cash, pero replantearon sus exigencias y se truncó la operación

Un establecimiento de Toys ‘R’ Us. EPA/Larry W Smith

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Toys ‘R’ Us anunció la pasada semana su entrada en concurso de acreedores. La compañía juguetera no ha podido superar los problemas logísticos y la crisis del coronavirus y tras dos años de resistencia se ha visto obligada a declararse en quiebra. Lo hace después de haber buscado durante meses un inversor que aliviase sus problemas financieras e incluso haber tenido prácticamente cerrada su venta al grupo de supermercados Family Cash.

La organización hizo oficial el jueves su concurso al no poder hacer frente los pagos exigidos por sus proveedores, que ya desde hace semanas le exigían pagar en cash ante los problemas que arrastraba. Elegimos este procedimiento para garantizar la continuidad de la mayor cantidad de puestos de trabajo. Las tiendas han estado cerradas mucho tiempo y las ventas por internet no han conseguido compensar las ventas perdidas», dijo en un comunicado Paulo Sousa, presidente de Toys ‘R’ Us Iberia.

La firma gana así tiempo para poder reestructurar su deuda, que le ahogaba desde este mes de enero. En diciembre creyó incluso que podría salvarse gracias a un buen inicio de campaña navideña, que se truncó en la segunda mitad, cuando empezaron los problemas logísticos y las tiendas empezaron a quedarse vacías.

Fue entonces cuando el conglomerado rechazó una oferta del grupo Family Cash. Cuando los términos de la venta parecían acordados –el comprador iba a hacerse cargo de la deuda y se comprometía a aportar aproximadamente 15 millones de liquidez–, Toys ‘R’ Us subió las exigencias. Sucedió en enero, y cuando quisieron rescatar el pacto ya era demasiado tarde al ser la situación mucho más complicada de lo previsto.

«Este paso legal es necesario para asegurar un futuro al mayor número de nuestros empleados y colaboradores. Confiamos en que, a través de este procedimiento, encontremos inversores que nos permitan dar un futuro a la marca Toys R Us”, aseguró la consejera delegada, Paloma Pérez.

La crisis mundial de Toys ‘R’ Us en 2018

El capital portugués se hizo con Toys ‘R’ Us España en verano de 2018 aprovechando la quiebra de la matriz estadounidense. El conglomerado americano había comunicado en marzo que iba a vender o cerrar todas sus tiendas en Estados Unidos y liquidó su negocio en el resto del mundo, incluidas las 53 tiendas de España, que daban empleo a 1.600 trabajadores.

El auge de Amazon y el desplome del retail en todo el mundo, que golpeó primero en Estados Unidos, impidieron que la empresa saliera de la protección por bancarrota (figura similar al concurso de acreedores) que presentó en septiembre de 2017 en su país de origen.

Las primeras tiendas en cerrar fueron las del Reino Unido, que bajaron la persiana a mediados de año. El lastre de la elevada deuda del grupo y los cambios en los hábitos del consumidor obligaron al gigante de la juguetería a poner punto y final a su trayectoria tras medio siglo de actividad.

En España, la empresa entró en concurso de acreedores hasta que fue adquirida por inversores portugueses con el apoyo del fondo de inversión Incus. El grupo estaba encabezado por el actual consejero delegado, Paulo Sousa.

Carles Huguet

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