Los economistas temen que el parche del BCE tensione más la deuda española  

Los expertos advierten, mientras el BCE siga comprando deuda, habrá un incentivo para que se siga gastando más en España

La presidenta del BCE, Christine Lagarde.

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Los economistas creen que el Banco Central Europeo ha dado ‘un pasito atrás’ este miércoles con el objetivo de calmar el mercado de bonos, sobre todo en países altamente endeudados como España o Italia. No comparten que se trate de homogeneizar la política social y economía de todos los países de la euro zona, porque no todos están en la misma situación. Y advierten, mientras el BCE siga comprando deuda, habrá un incentivo para que se siga gastando más.  

La deuda pública española ha marcado un nuevo récord de 1,4 billones hasta marzo, y el mecanismo antifragmentación que ha aprobado el BCE «es como decir a los países gastadores (España, Grecia, Italia y Portugal) te premio para que tu deuda pública no pague más que la de otros países que si se han ajustado el cinturón, como Alemania, Bélgica o Países Bajos», destaca Rafael Pampillón, consejero del Colegio de Economistas de Madrid.

El BCE quiere reinvertir parte de la deuda que ya compró en la pandemia, pero en los países con la prima de riesgo más alta, principalmente los países del sur de Europa, si ese vencimiento se renueva por la misma cuantía, «la deuda sigue siendo la misma», explica.

El economista cree que la subida de tipos de interés está más que justificada porque la inflación está disparada (cerró en el 8,7% en mayo), pero esta subida es un aviso de que se va a frenar el crecimiento económico y del empleo, por eso se ha desatado el pánico en los mercados. «Genera una situación de pérdida de poder adquisitivo en las familias porque, entre otras cosas, sube la hipoteca».

Aunque la situación es delicada, Pampillón opina que «se ha tardado mucho en regularizar y ordenar la política monetaria» y además, para combatir la inflación se necesitaría que el Gobierno, las Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos redujeran el gasto público. «Hay que ajustar el gasto, está desmadrado y a partir de hoy se pone peor», advierte.

En este sentido, comenta que si no se hace un pacto social, un acuerdo entre sindicatos, Gobierno y empresarios, la subida de precios «se irá de las manos». La previsión es que la inflación cierre el año en el 6%, de manera que se debe reconducir el dialogo social para que el mercado de trabajo no suba salarios, porque generaría una espiral inflacionista, donde los empresarios pagarían más y los mayores costes laborales provocarían más aumentos de precios.

Para ser España un país altamente endeudado «faltan medidas», asegura. No puede ser que teniendo un socio tan importante como Argelia en una crisis del gas, no se hayan tomados decisiones o que el Gobierno no tenga previsión de reducir ministerios. «Nunca habíamos tenido tanto gasto», insiste.

Se avecinan problemas para España, avisa. Las previsiones están claras, el tercer trimestre lo va a salvar la llegada de turistas y los problemas reales llegarán a partir del cuarto trimestre: la economía se va a estancar. Una opinión que comparte la economista Mercedes Ciria, quien asegura que los últimos seis meses del año «van a ser complicados». Cuando acabe el efecto turismo, en septiembre, la economía se va a desinflar y no llegaremos a la recuperación prevista tras la pandemia.

En su opinión, la respuesta del BCE, que tuvo que celebrar el miércoles una reunión de urgencia para calmar los mercados después de que la prima de riesgo española se disparara hasta los 133 puntos básicos y la italiana hasta los 242, ha sido un «golpe sobre la mesa» para que las turbulencias de los mercados se cerrasen. Pero el problema sigue ahí, sobre todo en España.

«España tiene un problema de deuda brutal por las ayudas de la pandemia»

«Tenemos un problema de deuda brutal por todas las ayudas que hemos dado en la pandemia, además tenemos problema de déficit y se podría haber frenado la línea de gasto». Ciria entiende que el dinero público debe ir a elementos que generen inversión y crecimiento. «Pero no caer en el cortoplacismo, que es lo que siempre nos pasa».

Ahora tenemos la inflación más alta de las grandes economías europeas y el BCE quiere frenarla (su objetivo es que baje al 2% en la eurozona) pero al tiempo intenta que con su política monetaria no exista fragmentación financiera. Algo casi imposible porque existe una disparidad enorme de unos países a otros.

En lo a respecta a España, apunta, «debemos ser conscientes de que nuestro sistema productivo está lejos de lo que debería ser, nos basamos en el sector terciario y por eso lo hemos pasado tan mal en la pandemia. Abogamos por la transformación tecnológica y creemos que con tener una web es suficiente, debemos seguir en la línea de innovación y el cambio, reforzar el sector productivo», concluye.

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