Gobierno y Generalitat plantean dar entrada a Goodman o Merlin para cubrir el fiasco con Nissan

El 'hub' de descarbonización es ahora el plan B para suplir la retirada de Great Wall Motors, pero su proyecto se complementará con una parte de actividad logística

Los trabajadores de Nissan en Barcelona se concentraron hace dos semanas a las puertas del Consorci de la Zona Franca (CZFB) para exigir a las administraciones y a la multinacional una alternativa industrial cuando el fabricante japonés abandone sus plantas el próximo 31 de diciembre. EFE/Enric Fontcuberta

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Con Great Wall Motors (GWM) fuera de combate, las administraciones, Nissan y los trabajadores de la fábrica de Barcelona deben decidir el nombre del inversor que se quedará con los terrenos de Zona Franca. El principal actor va a ser el llamado hub de descarbonización, que agrupará varios proyectos en la instalación, pero no ocupará la totalidad del espacio; varios miles de metros cuadrados se reservarán para otras ofertas, entre las que destacan las propuestas logísticas realizadas por la australiana Goodman y Merlin Properties.

Tras el no de la automovilística china, el proyecto del hub trata de rehacer un proyecto que había quedado limitado a la planta satélite de Sant Andreu de la Barca. El objetivo es ahora montar de nuevo una propuesta con varias compañías que habían sido contactadas antes de la aparición de GWM así como captar la inversión necesaria para financiar la operación, algo que debido a los vaivenes del procedimiento todavía no está cerrado.

Entras las firmas inmersas en el proyecto destacan Volta Trucks (que no comenzaría a fabricar hasta 2024), Tevva, Inzile o la productores de baterías Vale Mobility y de pilas de hidrógeno Sisteam. También recuperar la marca Ebro con una pick up basada en el Nissan Navara. Están implicados organismos participados por la Generalitat como Eurecat e Idiada, además de la empresa privada.

El objetivo: centrarse en la fabricación de series cortas de vehículos principalmente industriales electrificado. Así las marcas contarían ya con la infraestructura montada y podrían compartir costes logísticos, de mantenimiento o de seguridad.

Sin embargo, los impulsores del proyecto –la consultora Improva, QEV Technologies y BTech— así como el resto de las fuentes consultadas asumen que es prácticamente imposible que el hub se quede con la totalidad del centro de Zona Franca. Primero porque su proyecto es esencialmente a futuro, algo que hace dudar a algunos agentes de la mesa. Segundo por las presiones de algunos actores implicados.

El ‘hub’ y al menos un operador logístico «se tendrán que entender», sostienen las fuentes consultadas

Especialmente el Consorci de la Zona Franca –el propietario de los terrenos– siempre vio con buenos ojos que la antigua planta de Nissan se destinase a uso logístico. La aparición de Great Wall Motors frenó la operación, pero ya sin ningún gran fabricante detrás de la instalación sus deseos vuelven a ganar peso. Dos grandes nombres se posicionaron: la australiana Goodman, la consultora JLL y Merlin Properties de la mano del Port de Barcelona.

De este modo, las fuentes consultadas asumen que la propuesta del hub y al menos un operador logístico «se tendrán que entender». Más complicado parece que sea obtener el visto bueno de los trabajadores, siempre reacios a transformar la planta en un almacén. Todo cambia eso sí sin un gran fabricante detrás y con las dudas que pueden surgir de los proyectos incipientes del plan B industrial.

La próxima fecha clave: el viernes 17 de diciembre

A lo largo de esta semana están previstas diferentes reuniones con los potenciales inversores para llegar el próximo día 17 a la reunión oficial de la comisión de reindustrialización con las candidaturas ya clarificadas. Allí deberán presentar sus propuestas a Nissan, el Gobierno, la Generalitat y los sindicatos.

La negativa de Great Wall Motors se produjo después de que fuentes del Ministerio de Industria diesen por hecho un acuerdo al que, según las mismas voces, apenas le quedaban unos flecos técnicos para firmarse. Esto fue la semana pasada. Y en apenas cinco días, la automovilística china rechazó la contrapropuesta y dio un portazo a su aterrizaje en Barcelona.

A pesar del optimismo de la cartera dirigida por Reyes Maroto, lo cierto es que los intentos de concertar una reunión con la cúpula del fabricante de coches cayeron en saco roto una y otra vez.

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