Hemper, tras su liquidación, busca comprador para la empresa de moda sostenible
La marca madrileña especializada en cáñamo intenta una última oportunidad para evitar su desaparición definitiva

El concurso de acreedores está siendo la solución en muchos casos
La firma española Hemper, reconocida por su apuesta por la moda sostenible y el uso de fibras de cáñamo procedentes de Nepal, se encuentra en la recta final de su trayectoria tal y como se ha conocido hasta ahora. Tras declarar su liquidación el pasado junio, la empresa ha decidido sacar a subasta su marca, su propiedad intelectual y todo su contenido audiovisual en un intento por atraer a un comprador que mantenga viva la filosofía del proyecto original.
La cofundadora y actual consejera delegada, Gloria Gubianas, ha confirmado que ya existen conversaciones con varios interesados, en su mayoría particulares, que podrían estar dispuestos a hacerse con el legado de una de las marcas de moda sostenible más visibles de los últimos años en España.
Una subasta con valor simbólico frente a su pasado empresarial
La operación de venta contempla un precio de salida del 30% sobre un valor concursal fijado en 100.000 euros, una cantidad que contrasta con los 300.000 euros en los que se valoraba la empresa en el momento de entrar en concurso de acreedores. Este abaratamiento pretende hacer más atractiva la puja para posibles compradores, en un contexto donde el tiempo juega en contra de la compañía: el proceso de subasta concluirá el próximo 10 de octubre, fecha límite para encontrar un nuevo propietario.
Además de la marca registrada y los activos digitales, el remate incluye únicamente pequeños restos de mobiliario, ya que todo el stock de productos fue liquidado rápidamente tras anunciarse el cierre. Según Gubianas, la fidelidad de su base de clientes permitió agotar las existencias en cuestión de días, lo que evidencia el valor intangible que aún conserva la enseña.
Hemper nació en 2019 impulsada por seis emprendedores —Carlos De Sandoval, Manuel Sierra, Gonzalo Martín, María Álvarez, Álex Pastrana y Gloria Gubianas— con la ambición de demostrar que la moda podía ser rentable y responsable al mismo tiempo. Su propuesta se basaba en bolsos, mochilas y prendas elaboradas a mano con cáñamo natural por comunidades artesanas en Nepal, bajo criterios de comercio justo y producción ética.
El modelo, inicialmente digital, atrajo rápidamente la atención de consumidores jóvenes comprometidos con la sostenibilidad, permitiendo que la empresa alcanzara en sus mejores años una facturación cercana a los dos millones de euros. Sin embargo, el crecimiento se estancó en los últimos ejercicios, cerrando su última campaña completa con apenas medio millón de euros, una cifra insuficiente para cubrir una estructura de costes que se había hecho demasiado pesada para su tamaño real.
Un cambio de estrategia que no logró revertir la caída
Aunque nació como una firma nativa digital, Hemper apostó más tarde por un modelo mayorista (wholesale), creando una red de distribución a través de una veintena de puntos de venta multimarca en España y en países como Grecia, Suiza o Francia. Además, llegó a abrir un showroom propio en la calle Lope de Vega, en Madrid, que servía de escaparate para sus colecciones y como punto de contacto directo con su comunidad de clientes.
Pese a estos esfuerzos, la empresa no consiguió equilibrar los elevados costes logísticos y de producción artesanal con los márgenes reducidos del sector de la moda sostenible, lo que finalmente desembocó en su entrada en concurso de acreedores y posterior liquidación. La falta de un socio estratégico que aportara capital y red comercial resultó decisiva en su caída.
Actualmente, el 50% del capital de Hemper pertenece a Gubianas y el otro 50% a pequeños accionistas minoritarios. La directiva insiste en que su prioridad es encontrar un inversor que no solo compre la marca, sino que preserve sus valores fundacionales: sostenibilidad, producción ética y colaboración con comunidades locales en Nepal.
La empresa confía en que el prestigio de la marca y su comunidad fiel de clientes, junto con la notoriedad adquirida en el ecosistema de moda ética, resulten atractivos para potenciales compradores. Gubianas ha subrayado que ya se han iniciado conversaciones preliminares con varios interesados, aunque ninguno ha formalizado todavía una oferta concreta.
El reto de rescatar una marca con valor social y ambiental
La eventual venta de Hemper supondría dar una segunda vida a una iniciativa que, más allá de sus resultados económicos, ha contribuido a visibilizar la moda sostenible en el mercado español. Su desaparición definitiva dejaría un vacío en el sector y pondría fin a un proyecto que logró conectar la creatividad local con el impacto social en comunidades vulnerables.
Si finalmente surge un comprador, la operación podría convertirse en un caso singular de rescate de una marca de moda ética, algo poco habitual en un sector donde las crisis suelen terminar en desaparición. De no concretarse ninguna oferta antes del 10 de octubre, el proceso de liquidación se cerrará de forma definitiva y la marca quedará extinguida.