Iberdrola crece con 10.000 millones en compras y fusiones tras el fracaso con la estadounidense PNM
La eléctrica española busca hacerse con el control de Neoenergía tras la opa de Avangrid y la compra de ENW
El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán
Iberdrola continúa sacando músculo financiero para crecer en aquellos mercados donde opera y ve más potencial. La eléctrica que preside Ignacio Sánchez Galán va camino de hacerse con el control total de su filial brasileña Neoenergía, a penas un año después de cerrar la misma operación con Avangrid, su filial estadounidense. Ambas operaciones, junto con la compra de la británica Electricity North West (ENW), suman más de 10.000 millones de euros en operaciones corporativas tras el fracaso de la compra de PNM Resources.
A la multinacional española no le faltan recursos financieros ni caja para compras y fusiones. La compañía quiere afianzar sus operaciones en Brasil haciéndose con el control total de Neoenergía, filial sobre la que posee cerca del 84% de sus acciones.
La operación para hacerse con el 16% restante tendrá un coste de 1.030 millones de euros, según ha comunicado Iberdrola. No obstante, la energética ya acordó a finales del pasado octubre la compra por 1.920 millones del 30,29% en manos de la Caixa de Previdência dos Funcionários do Banco do Brasil (Previ).
De culminar con éxito la oferta pública de adquisición (opa) sobre su filial brasileña y excluirla de la bolsa, el desembolso total de la compañía supondrá 2.950 millones de euros.
Una operación con la que confirma su estrategia internacional para afianzar su dominio en el sector de la distribución eléctrica. Neoenergía suministra electricidad unos 40 millones de brasileños a través de cinco distribuidoras diferentes.
La operación sigue el mismo modo de hacer de Iberdrola en Estados Unidos. La compañía lanzó a finales de 2024 una opa para hacerse con el 18,4% del capital de su filial Avangrid controlado por accionistas minoritarios por un total de 2.280 millones de euros.
La compra tuvo que ser aprobada entonces por la junta de accionistas de Iberdrola, que se saldó con una amplia mayoría de votos a favor, además de por las autorizaciones regulatorias del país. Los mismos pasos que tendrá que seguir para hacerse con el control del 100% de Neoenergía.
En este caso, la absorción de la sociedad tiene una relevancia mayor por la importancia que ha dado Iberdrola al país norteamericano en su plan estratégico.
La hoja de ruta presentada el pasado septiembre prometió inversiones de 58.000 millones para impulsar, principalmente, el desarrollo de redes eléctricas hasta 2028.
Del total, 20.000 millones irán a parar a Estados Unidos, 16.000 millones a Reino Unido, 9.000 millones a España y Portugal, y 7.000 millones a Brasil.
La compra de ENW y el fracaso de PNM
Unos meses antes, en octubre de 2024, Ignacio Galán había anunciado una megatransacción en territorio británico con la que iniciaba su proceso de compras y fusiones tras el fracaso de la que iba a ser la gran operación de su mandato.
Iberdrola adquirió el 88% de ENW en Reino Unido mediante un acuerdo que valoraba el 100% de la empresa, incluida la deuda, en unos 5.000 millones de euros.
La energética española, que opera en el país a través de Scottish Power, se convirtió entonces en el segundo mayor operador de redes de distribución de Reino Unido, suministrando electricidad a alrededor de 12 millones de personas a través de una red que abarca más de 170.000 kilómetros.
No cerraría la compra hasta marzo de este mismo ejercicio, cuando el regulador de la competencia británico dio el visto bueno. Con todo, fue sin duda la gran compra en la era de Galán con la que Iberdrola se desquitó del pinchazo de PNM Resources.
La compañía tenía en el punto de mira la compra de la energética estadounidense con sede en Nuevo México. Una compra que anunció en octubre de 2020 y que, tras cuatro años de negociaciones con las autoridades norteamericanas, finalmente tuvo que desistir.
En diciembre de 2021, un regulador del estado de Nuevo México vetó la operación aludiendo a algunas prácticas de la compañía española relacionadas con el caso Villarejo.
Finalmente, en enero del año pasado la compañía anunció al mercado que se había acogido a una cláusula suspensiva del acuerdo con PNM para renunciar a la gran operación que convertiría a Iberdrola en una de las diez mayores eléctricas de Estados Unidos.
Lejos del inmovilismo, la compañía ha continuado aprovechando oportunidades para crecer en mercados con gran potencial y el foco en las redes eléctricas.