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Juan Villalonga (exTelefónica) rompe su perfil bajo para advertir: «Para un país, es más importante estar en Nvidia que tener un embajador en Austria»
El que fuera presidente de la operadora móvil española entre 1996 y 2000, vaticina que en la próxima década unas pocas compañías tecnológicas tendrán un poder "descomunal"
El expresidente de Telefónica, Juan Villalonga, ha roto el perfil bajo que le ha caracterizado en los últimos años para hacer un alegato de la inteligencia artificial en el Círculo Ecuestre de Barcelona. Más allá de las palabras que ha pronunciado durante sus intervenciones, su vestimenta era toda una declaración de intenciones, que contrastaba con las americanas que llevaban la mayor parte de los asistentes: una camiseta con el mensaje ‘pregunté a la IA qué ponerme’.
El empresario, que presidió la operadora móvil española entre 1996 y 2000, no ha hecho ninguna referencia a la compañía ni tampoco al recién anunciado ERE para cerca de 6.000 empleados y ha centrado todo su discurso en abordar las ventajas, pero también las implicaciones del avance de la inteligencia artificial.
Las advertencias de Juan Villalonga
Juan Villalonga ha vaticinado que en la próxima década unas pocas compañías tecnológicas tendrán un poder «descomunal» a nivel económico y político. Más allá de tener un gran valor, estas compañías cuentan con la capacidad de generar elevados ingresos y contar con la caja suficiente para invertir, ha señalado.
Por ello, se ha mostrado convencido de que los países deberían luchar por tener presencia dentro de estas empresas. «Es más importante tener presencia en compañías como Nvidia o Microsoft, que un embajador en Austria«, ha afirmado el empresario, que actualmente es asesor e inversor en distintas firmas.

«Si van a ser los amos del mundo, tenemos que intentar tener vías de acceso a estas empresas, de la misma manera que los gobiernos lucharon para que Seat instalara en Cataluña una fábrica y Mercedes hiciera lo mismo en Vitoria, ahora deberían estar trabajando para traer aquí fábricas de robots que generen empleo y riqueza», ha profundizado.
Estados Unidos y China, a la cabeza
Después de hacer hincapié en que en estos momentos los países que se sitúan a la cabeza en la carrera por desarrollar la inteligencia artificial son Estados Unidos y China, ha puesto el acento sobre la diferencia que existe entre ambos: «Las empresas americanas son independientes, pero las chinas son una extensión del gobierno».
En este contexto, se ha producido un cambio de paradigma. Mientras que hace algunos años el objetivo era crear valor para los accionistas, el actual escenario demanda que las empresas cuiden de sus empleados y de las sociedades en las que operan, traten bien a los proveedores y cuiden el medioambiente, ha desgranado.
A sus ojos, las siete magníficas – Apple, Microsoft, Alphabet (Google), Amazon, Meta (Facebook, Instagram y Whatsapp), Nvidia y Tesla – cuentan con la tecnología y los medios para ello. «Los gobiernos no tienen capacidad por la elevada deuda, donde está el dinero ahora mismo es en las empresas», ha destacado.
Infraestructura energética
También ha dedicado unas palabras a la importancia de disponer de la infraestructura energética necesaria para desarrollar la inteligencia artificial. «No existe la electricidad suficiente para abastecer la demanda que se avecina», ha dejado bien claro para acabar poniendo el acento sobre el reto que supone la construcción de los centros de datos necesarios para la operación de la inteligencia artificial.
Tras ser preguntado acerca de si sería necesario repensar el modelo energético para dar una respuesta a la «brutal demanda», ha explicado que China ha resuelto el problema con la energía hidroeléctrica. «Ojalá pudiéramos desarrollar la inteligencia artificial solo con la energía eólica y solar, pero no da», ha lamentado.
Con todo, ha zanjado equiparando el descubrimiento del fuego a la inteligencia artificial: «Es una herramienta que se puede utilizar para hacer el bien o para hacer el mal, está en nuestra mano».