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El gobierno vasco sella con Kutxabank la compra de Talgo pese a la imputación del dueño de Sidenor
País Vasco se hace con el control de Talgo a través de un consorcio del que forman parte Kutxabank, el dueño de Sidenor y una sociedad pública
El Lehendakari, Imanol Pradales, y el presidente de Talgo, Carlos de Palacio Oriol
País Vasco se hace con Talgo. Un consorcio liderado por sociedades vinculadas a Kutxabank, al Gobierno vasco, y al dueño del grupo Sidenor han suscrito un contrato con accionistas de la multinacional ferroviaria española para hacerse con el 29,7% del capital, «no más tarde del 31 de enero de 2026», por 157 millones de euros.
La compañía ha informado a la CNMV que Pegaso (los accionistas vendedores) y otros accionistas minoritarios suscribieron el jueves «un contrato de compraventa de acciones de Talgo» en virtud del cual los miembros del consorcio vasco tomarán el 29,7% del capital del grupo ferroviario.
De acuerdo a la comunicación enviada al regulador del mercado, la sociedad Clerbil, perteneciente al dueño del grupo industrial Sidenor, José Antonio Jainaga, tendrá el 8,5% de Talgo.
El presidente de Sidenor está citado a declarar como investigado en la Audiencia Nacional la próxima semana
El mismo porcentaje alcanzarán Finkatze Kapitala Finkatuz (fondo público dependiente del Instituto Vasco de Finanzas) y Fundación Bancaria BBK (accionista de Kutxabank).
Y otro 4,2% poseerá Fundación Bancaria Vital, accionista también de Kutxabank.
El acuerdo supone un respaldo a la compra analizada desde principios de año por el consorcio vasco, después de que hace un par de semanas el dueño de Sidenor fuera imputado en la Audiencia Nacional por presuntos delitos relacionados a la venta de acero a una empresa de armamento israelí.
De acuerdo a fuentes conocedoras de la operación consultadas por este diario, la toma de control de Talgo por parte del consorcio vasco supondrá el traslado de la sede del grupo y un impulso industrial a la región.
El precio acordado de la operación es de 4,25 euros por acción, 156,6 millones, más un precio variable contingente «en virtud del cual si durante los 24 meses siguientes a la fecha en que se consume la compraventa cualquiera de los miembros del Consorcio transmite o se compromete a transmitir acciones de Talgo a un tercero por un precio unitario superior a 4,25 euros», dicho miembro del Consorcio deberá abonar un importe determinado que contempla los cinco euros por acción.
Talgo, sacudidas
Los principales accionistas de Talgo llevan más de dos años tratando de desprenderse de sus títulos, pero la operación ha recibido varias sacudidas, con vetos del Gobierno a potenciales compradores y noticias judiciales de impacto.
Hace un par de semanas el juez de la Audiencia Nacional (AN) Francisco de Jorge acordó investigar al presidente de Sidenor «por presuntos delitos de contrabando y participación por complicidad en un delito de lesa humanidad o de genocidio por la venta, sin autorización, de partidas de acero a la compañía Israel Military Industries (IMSI)».
La venta de acero de Sidenor a Israel se habría llevado a cabo «sin haber solicitado autorización del Gobierno ni inscribirse en el registro correspondiente, tal y como consta en un oficio de la Comisaría General de Información del pasado 10 de septiembre».
Además del presidente de Sidenor, otros dos directivos de la compañía están citados a declarar el próximo 12 de noviembre en la Audiencia Nacional.
El juez considera que los hechos son imputables también a la sociedad mercantil Clerbill, la sociedad del presidente de Sidenor.
El Gobierno de Pedro Sánchez impidió el pasado año que un grupo húngaro con aparentes vínculos a Víktor Orban se hiciera con Talgo.
En aquella ocasión los empresarios húngaros ofrecieron cinco euros por acción; en la actualidad, Talgo cotiza en el entorno de los 2,5 euros por título.
También se ha rumoreado la posibilidad de que la Sepi entrara en el capital de Talgo. O con la posible participación en la oferta del consorcio vasco por Talgo de otra compañía ferroviara de la región, el grupo CAF.