El consumo y las exportaciones frenan el optimismo económico

Las entidades privadas corrigen a la baja sus previsiones de la evolución económica, después de meses de fuerte crecimiento

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El optimismo está a la baja. Las entidades privadas que comenzaron el año eufóricas respecto a la evolución de la economía española ahora empiezan a deshinchar la ilusión y a alinearse con las previsiones gubernamentales del crecimiento del PIB hasta el 2,7% en 2018. La contención del consumo privado y de las exportaciones se llevan la culpa.

El Banco de España comenzó el año con pesimismo, previendo un crecimiento del 2,4% que ya en mayo creció hasta el 2,7% del Gobierno. La entidad actualizará los datos este martes, pero ya son muchos los analistas privados que debilitan sus previsiones de crecimiento gracias a un enfriamiento derivado en gran parte por la subida de la luz en el apartado del consumo.

Las firmas descartan un cambio de ciclo económico, pero hablan de una ligera ralentización después de meses de fuerte crecimiento. «Si bien se aprecian señales de suave desaceleración, la economía seguirá creciendo por encima de sus países vecinos superando el avance esperado para el área en los próximos dos años», dijo a Efe Diana Posada, de Analistas Financieros Internacionales (AFI).

Las nuevas previsiones de crecimiento económico

AFI calcula que la economía española cerrará 2018 con un avance del 2,6%. Así lo determinó tras su revisión de la semana pasada; antes preveía un crecimiento del 2,9%. Ahora, con previsiones por debajo de la gubernamental, la firma llama a prestar atención al precio del petróleo, la debilidad de la demanda externa y la baja tasa de ahorro de los hogares españoles.

La patronal CEOE acusa una transformación similar: comenzó el año pronosticando un crecimiento del 3,1%, que ahora ha revisado hasta el 2,7%. Como causas, cita la pérdida de impulso de elementos que ayudaron a reactivar la economía (el bajo precio del petróleo, la inflación contenida, la fortaleza de los socios comerciales y el dinamismo turístico) y la incertidumbre política en Cataluña.

Por su parte, Funcas rebajó su cálculo del 2,8% hasta el 2,6% la semana pasada. «Se trata de pequeños ajustes que nada tienen que ver con un final de la fase de crecimiento», defendió la economista senior de la firma, María Jesús Fernández. El consmo moderó su crecimiento en gran parte debido a la factura de la luz y la ralentización de las exportaciones es un «bache temporal», agregó Fernández.

Otras entidades que rebajaron sus previsiones de crecimiento en las últimas semanas son Axesor (del 2,9% al 2,6%); Caixabank, Equipo Económico e Intermoney (del 2,8% al 2,7%); y Bankia y Santander (del 2,9% al 2,7%). La Cámara de Comercio de España prevé un 2,7% desde que comenzó el año.

En el grupo de los optimistas quedan BBVA, con una previsión del 2,9% superior a la del Gobierno, y el Instituto de Estudios Económicos, que prevé un avance del 2,8%. Además, entidades internacionales como la Comisión Europea, la OCDE y el FMI también proyectan un crecimiento del 2,8% o del 2,9%.

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