Las TIC: vinieron para quedarse
Las nuevas tecnologías han entrado ya de manera irreversible en todos los ámbitos de la economía y de nuestra vida. Desde la educación hasta la cultura, pasando por la gestión empresarial y la sanidad, cientos de aplicaciones permiten llevar a cabo proyectos hasta hace unos años impensables y agilizan y modifican los procesos de producción e, incluso, el modo de enseñanza a los más pequeños.
Pero estas mismas aplicaciones, en algunos casos, también conllevan también la destrucción de miles de puestos de trabajo en sectores que aún no han encontrado su lugar en el nuevo modelo.
Para entender qué consecuencias ha tenido y puede tener la utilización de las nuevas tecnologías, la empresa Bdigital ha presentado doce casos concretos, todos ellos de sectores muy distintos, en un debate organizado este martes en el CaixaFòrum de Barcelona.
Por ejemplo, según el profesor César Caballero, la introducción de las TIC en las escuelas favorecerá un cambio en el modelo educativo, en el que se valorará no sólo la capacidad de trabajo, individual y cooperativo, sino también la creatividad. Es más, es posible que “no todos los alumnos tengan que estudiar exactamente lo mismo” o que “no se agrupen por edades sino por competencias o habilidades. Parece lejano, pero ya se está planteando”, afirma Caballero. Se acabó la clase unidireccional donde los alumnos miraban a la pizarra.
Y, de entre los centenares de oportunidades que ofrecen ya las nuevas tecnologías, destaca la formación a distancia. El Institut Català de Oncología (ICO) ha participado en la puesta en marcha de dos cursos a distancia, uno sobre el cáncer infantil y otro sobre el cáncer de cuello de útero, que permitió a varios médicos de atención primaria de zonas rurales de países como Perú acceder a la información básica para detectar un posible caso entre sus pacientes. A partir de ahí, con suficientes datos en la mano, pueden decidir de manera más rigurosa cómo tratarlos, explicó Assumpta Company, coordinadora de e-Learning del ICO.
Más ventajas de las TIC: la agilización de los procesos administrativos y judiciales, que ya se está produciendo aunque de forma pausada. De momento, ya se admiten ciertas comunicaciones digitales como válidas, explicó el abogado José Ramon Gil. El constante aumento de la capacidad para almacenar datos e información y la aparición de los ilimitados servidores externos. O la posibilidad de llevar música a todas partes, aunque con los graves de una canción desaparecidos en combate y los agudos y brillos a todo trapo a raíz de la peor calidad de los actuales formatos, como se queja el compositor Pau Guillamet, Guillamino.
Respecto a los inconvenientes que genera la aplicación de las nuevas tecnologías, aparecen especialmente en aquellos sectores cuya estructura fue, hasta hace dos días, muy grande y quizá, desmedida. El cine y la prensa son dos ejemplos claros.
En el cine, el uso expansivo de las grabaciones digitales en detrimento del celuloide costaron el despido de 15.000 personas sólo en la multinacional Kodak entre 2000 y 2006. Y es que la cinta de toda la vida no admite comparación de costes con el disco duro: una película de cuatro horas cuesta 1,8 millones en celuloide y sólo 16.000 en el formato digital, según los datos ofrecidos por el director de fotografía Pau Mirabet.
Y, qué decir de la prensa, representado en la mesa de debate por el exdirector de Soitu, Gumersindo Lafuente, a pesar de que fue presentado aún con su antiguo cargo. “A la crisis estructural se sumó la coyuntural y, por otra parte, los desarrolladores de marcas como Twitter y Facebook dejaron al sector al pie de los caballos, dijo. Ahora los periodistas tienen que adaptarse a la “desintermediación”, es decir, al hecho de que ellos ya no controlan ahora el flujo de la información entre los actores de la actualidad (políticos en particular) y los lectores. Ahora, ya todo fluye y las empresas periodísticas, según él, hablan de “pagar por contenidos en vez de cómo encajar en el nuevo modelo”.
Sea como sea, las nuevas tecnologías y la economía digital han venido para quedarse. Y el debate en CaixaForum ha mostrado los primeros metros de un camino que parece que será largo.