Altri mantiene más de dos años en el limbo el mayor proyecto gallego a los fondos europeos

La Xunta desveló en octubre de 2021 que la pastera lusa construiría una fábrica de fibras textiles en Galicia con una inversión próxima a los 800 millones, pero dos años y cuatro meses después, el proyecto sigue en el aire por las dificultades para obtener ayudas

José Soares de Pina, consejero delegado de Altri, durante la presentación del proyecto para construir una fábrica de fibra textil en Palas de Rei (Lugo) / EFE

José Soares de Pina, consejero delegado de Altri, durante la presentación del proyecto para construir una fábrica de fibra textil en Palas de Rei (Lugo) / EFE

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La visita de Pedro Sánchez este sábado para arropar a José Ramón Gómez Besteiro en su carrera a la presidencia de la Xunta coge a Lugo con la mirada puesta en Alcoa, la planta de aluminio de A Mariña sobre la que pende de nuevo una amenaza de cierre, y las esperanzas depositada en Altri, la pastera lusa que pretende levantar en Palas de Rei una fábrica de fibras textiles. Este proyecto se anunció por primera vez en 2021, con Alberto Núñez Feijóo al frente del Gobierno gallego y como una iniciativa clave para captar fondos europeos Next Generation, formando parte de los llamados proyectos tractores que gestiona la sociedad público-privada Impulsa. Un año después, en octubre de 2022, esta sociedad hizo público que había elegido a Altri para liderarlo y que implicaría una inversión próxima a los 800 millones.

La compañía que dirige José Soares de Pina vio en la fábrica de fibras textiles una oportunidad de oro para apuntalar su estrategia de circularidad y, al mismo tiempo, acelerar su crecimiento con su primer proyecto internacional. Con tres fábricas de pasta en Portugal –Caima, Celbi y Biotek–, planeó una planta gallega que, en realidad, son dos, pues contaría con un centro de producción de pasta soluble (DWP), que es la materia prima para diversas fibras textiles, de hasta 200.000 toneladas anuales; y otra de lyocell, el tejido sostenible, que podría alcanzar las 100.000 toneladas anuales. Tan relevante inversión tiene hasta nombre propio, Proyecto Gama, y la fábrica sería la punta de lanza de una iniciativa más amplia de la que formaría parte un centro de producción de pasta para fibras textiles en su planta de Constancia, la alianza con dos centros tecnológicos y la creación de un laboratorio para desarrollar esta área de negocio.

Sobre el papel no había fisuras en el plan, pero al intentar plasmarlo sobre los terrenos de Palas de Rei que ya adquirió la pastera han surgido muchas. Las suficientes para que, dos años y medio después de ponerse al frente del proyecto, Altri todavía no haya confirmado que lo va a realizar.

Alberto Núñez Feijóo presenta en 2021 el plan para seleccionar un puñado de grandes proyectos y presentarlos a los Next Generation, entre ellos, la fábrica de fibras textiles

Altri retrasa su decisión

El grupo de José Soares de Pinta, que ya tenía una filial en Galicia y que conoce la industria forestal por las compras de eucalipto para sus plantas en Portugal, preveía confirmar la inversión antes de que finalizase 2022. Que la decisión no estuviera tomada, información que avanzó este medio, ya fue una sorpresa. Y la preocupación creció porque Altri la fue retrasando. De 2022 pasó al primer semestre de 2023. Con ese plazo también vencido, la compañía dijo que esperaba tomar una decisión definitiva antes de que acabara el año pasado. Ya inmersos en 2024, la pastera sigue sin confirmar el proyecto, para el que ahora se estima necesaria una inversión de 900 millones, engordada por el efecto de la inflación.

La diferencia es que a estas alturas ya es notoria la razón de tanto aplazamiento, pues Xunta y Ejecutivo central llevan tiempo en un tira y afloja sobre el encaje de la fábrica de fibras textiles en los fondos europeos. No tanto por la capacidad de la iniciativa para acceder a ayudas, pues está claro que comulga con los criterios de sostenibilidad que inspiran los Next Generation, sino por su difícil encaje en los PERTE, que son los programas a través de los que el Gobierno central moviliza los fondos hacia administraciones y empresas.

El diputado del PP Francisco Conde, el conselleiro de Economía del Gobierno gallego cuando se anunció el proyecto, dijo este mismo viernes que «exigirá en el Congreso, a través de una proposición no de ley, que el Gobierno del Estado garantice la viabilidad del proyecto de Altri, su inclusión en el PERTE de descarbonización y el acceso a fondos europeos». «Sería imperdonable que deje pasar una oportunidad significativa para el desarrollo económico y la innovación industrial en Galicia que contribuiría a la creación de 2.500 empleos», aseveró en un comunicado, que llegó un día antes de la visita de Pedro Sánchez a Lugo.  

De trocear el proyecto al PERTE de descarbonización

El lío con los fondos europeos pareció enderezarse el pasado octubre. Entonces, Alfonso Rueda, reconoció por primera vez ver con optimismo la llegada de ayudas para la planta de Altri después de una reunión que mantuvo con el ministro de Industria en funciones, Héctor Gómez. El presidente de la Xunta, heredero de Feijóo tras su traslado a Génova, dijo que «había una voluntad real de articular soluciones para que el proyecto sea viable». Esta buena voluntad pasa por el PERTE de descarbonización, concretamente, por la línea cuatro, que está destinada a nuevas instalaciones manufactureras altamente eficientes y descarbonizadas y dotada con 150 millones en subvenciones y 100 millones en préstamos blandos. Eso podría cubrir las necesidades que planteaba la pastera lusa de obtener entre un 20% y un 25% de la financiación necesaria a través de fondos públicos. Sin embargo, estas ayudas aún no se han concretado.

Antes del PERTE de descarbonización, el acceso a los Next Generation era todo un laberinto. El Ejecutivo central llegó a plantear una fragmentación del proyecto para que concurriese a la convocatoria de varios PERTE, pero se dio a entender desde la Xunta que esa solución no aportaría fondos suficientes o, cuando menos, no los que esperaba la compañía. Altri trabajó directamente con técnicos del Gobierno para alumbrar el encaje en las ayudas que desbloqueara la fábrica. Del mensaje optimista de Rueda se pasó de nuevo al nerviosismo que expresaba Francisco Conde este viernes.

El camino andado

Altri no ha sido un actor pasivo en el culebrón de su fábrica gallega. Al contrario, ha ido dando los pasos necesarios para confirmar su desembarco. Primero encargó un estudio para sondear las posibles ubicaciones, hasta que eligió Palas de Rei, para disgusto de A Mariña, que esperaba tener en la pastera lusa un revulsivo frente a las repetidas crisis de Alcoa. Después concluyó el estudio de impacto ambiental, según trasladó la conselleira de Economía María Jesús Lorenzana. E incluso tuvo tiempo para encontrar socios para el proyecto, como Smarttia, la sociedad con la que Manuel García controla Greenalia, otra compañía que es buena conocedora del sector forestal gallego.

Los dos pasos decisivos, sin embargo, siguen pendientes: confirmar que acometerá la inversión y que tendrá fondos europeos. Para poder llegar a esta meta, Altri ha lidiado hasta ahora con dos presidentes de la Xunta (Alberto Núñez Feijóo y Alfonso Rueda), dos conselleiros de Economía (Francisco Conde y María Jesús Lorenzana) y tres ministros de Industria (Reyes Maroto, Héctor Gómez y Jordi Hereu).

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