¿Heredará Antonio Filosa el sueldo millonario de Tavares en Stellantis, de 112 millones en cinco años?
El comité de retribuciones del grupo indica en su último informe que es consciente de que se trata de “un tema complejo y delicado para los accionistas y partes interesadas”

John Elkann, a la izquierda, presidente ejecutivo de Stellantis, al lado de Antonio Filosa, que será nombrado CEO del grupo el próximo mes de junio, en una foto de archivo. Foto: Stellantis
Stellantis ya tiene relevo para Carlos Tavares, un hombre de la casa, especializado en el mercado americano, con una crisis propia y, además, amenazado por las políticas de Trump. Se trata de Antonio Filosa, hasta ahora, director de operaciones de la compañía en las Américas y que asumirá el cargo de primer ejecutivo el 23 de junio. Queda por saber si el alto directivo mantendrá el suelo galáctico de su predecesor, que en los últimos cinco ejercicios sumó más de 112 millones de euros de retribución.
De casi 52 años de edad y procedente de Napolés, Filosa hizo carrera en el grupo en el continente americano. Primero en Brasil, con Fiat, luego siendo CEO mundial en Jeep y, finalmente, poco antes de la salida de Tavares, asumiendo el reto de ser el máximo responsable de los negocios del grupo en todo el continente americano. Una de las primeras operaciones que llevó a cabo fue la reducción del exceso de inventario en los concesionarios americanos, una apuesta en principio contraria a las políticas del portugués, ejecutivo mucho más obsesionado por el margen, que no era partidario de los descuentos en vehículos para facilitar su salida.
De los descuentos a la guerra arancelaria
Así a principios de año, cuando Filosa pasaba desapercibido en las quinielas como posible recambio de Tavares, la filial americana del grupo puso en marcha una agresiva campaña de descuentos con el fin de reducir el inventario en los concesionarios de EE UU en más de 100.000 vehículos.
No fue un arranque de ejercicio sencillo para el ejecutivo. Al margen de su batalla para liberar inventario, en abril, ante los furibundos anuncios impositivos de Trump, Filosa firmó una carta enviada a los trabajadores de Estados Unidos, México y Canadá anunciando ajustes laborales. Despidos temporales de hasta 900 trabajadores en cinco plantas de Estados Unidos así como pausas de producción en plantas de ensamblaje de México y de Canadá si los planes del presidente iban adelante.
Como CEO, Filosa no solo tendrá que enfrentarse a la situación particular del mercado americano –Stellantis vendió casi un 15% menos de vehículos en pasado 2024 en Estados Unidos, Canadá y México según la información consultada por Economía Digital Galicia— sino también con su contracción a nivel global. El grupo tuvo un beneficio neto atribuido de 5.473 millones de euros el pasado ejercicio, más de un 70% por debajo de las cifras de 2023. La fuerte competencia asiática y los mayores costes de los vehículos eléctricos, además de una ralentización del consumo, están tras el retroceso.
Alta dirección
Una vez se nombre consejero delegado al ejecutivo napolitano, John Elkann continuará en su cargo de presidente. Este último conoce bien al nuevo primer ejecutivo de la compañía, teniendo en cuenta que, hasta la fecha, formaba parte no solo de la Alta Dirección del grupo, sino también era miembro del denominado Comité Ejecutivo de Inversión y del Consejo general del grupo.
Queda por saber si, en esta nueva etapa –con la necesidad además de recuperar el precio de la acción, que ha caído un casi un 30% desde enero– Filosa mantendrá el controvertido sueldo galáctico de su predecesor, superior al de sus homólogos en el sector del automóvil.
«Tema complejo y delicado»
En el último informe anual de Stellantis, consultado por Economía Digital Galicia, el comité de remuneraciones del grupo ya apuntaba a que sabía que se trata de un tema “complejo y delicado para los accionistas y partes interesadas”.
“Nuestro compromiso sigue siendo aumentar el valor para los accionistas y garantizar que ofrecemos un valor sostenible a largo plazo a todas las partes interesadas. Creemos que nuestra filosofía de remuneración por rendimiento es fundamental para alinear los intereses del talento ejecutivo de alto nivel, centrado en la obtención de resultados, con los de nuestros accionistas. Nuestra responsabilidad de atraer y retener talento ejecutivo de primer nivel en una corporación global y garantizar una estructura de incentivos adecuada, especialmente durante este período de transformación disruptiva significativa en nuestro sector, es fundamental”, argumentaba, pese a que concedía que la tasa de aprobación por parte de la junta de accionistas de las remuneraciones marcadas reflejaba «que existen diversos puntos de vista y oportunidades para mejorar la alineación con las expectativas de los inversores».
El informe de remuneración de la compañía correspondiente al ejercicio 2023 fue aprobado por un 70% de los accionistas en junta, aumentando el porcentaje de votos contrarios sobre la propuesta del año anterior. El número de disconformes volvió a crecer recientemente, cuando se votó la remuneración de 2024, que recibió un apoyo de poco más del 67%. La propuesta incluía el pago de una compensación de 23,1 millones de euros a Tavares, a pesar de su dimisión prácticamente forzada.
Sin bonificación anual en 2024
El pasado 2024 “considerando el rendimiento de la compañía y los principios de pago por rendimiento en nuestro enfoque de remuneración, tanto el CEO como la dirección ejecutiva no recibieron ninguna bonificación anual por rendimiento”, se expone en la última memoria anual del grupo. Sin embargo, aún sin esa compensación, Tavares se anotó una remuneración total de 23,08 millones de euros, frente a los 36,4 millones que facturó en 2023. Su salario base estaba marcado en dos millones de euros, pero lo engordó, principalmente, con unos incentivos a largo plazo de 20,5 millones el pasado ejercicio.
Los emolumentos de Tavares fueron 350 veces superiores al sueldo medio de un empleado del grupo, que en 2024 pasó de 70.404 euros a cerca de 66.000.
En 2023, el ejecutivo portugués tocó techo, con una retribución de 36,4 millones de euros. Explican los administradores de la compañía en su memoria que los sueldos de estos dos últimos años del CEO incluían “la remuneración del Incentivo de Transformación 2021-2025”,lo que los habría inflado. Habrá que ver si el nuevo consejero delegado de Stellantis hereda no solo los problemas sino también la millonaria minuta de su predecesor.