El gran apagón revaloriza los ciclos combinados de Endesa y Naturgy en Galicia, con 20 años de vida por delante

Pasados tres días del gran apagón que golpeó España y Portugal todavía se desconocen las causas del mismo. Desde el Ministerio para la Transición Ecológica tienen claro que los cortafuegos previstos por el sistema eléctrico actuaron, pero la desconexión eléctrica masiva que se produjo en un pequeño intervalo de tiempo, de apenas cinco segundos, fue de tal magnitud que los superó. La brutal caída de gigavatios no pudo ser compensada ni por las energías de respaldo, como los ciclos combinados, claves hacen tan solo unos meses para evitar otro derrumbe. En cualquier caso, el episodio acaecido ha servido para revalorizar centrales de gas como las dos que existen en Galicia, operadas en los municipios de As Pontes y de Arteixo por Endesa y por Naturgy. Activos cuya vida útil, en todo caso, no debería superar los 20 años según las previsiones explicitadas por las propias compañías.

Las centrales de ciclo combinado, que utilizan gas y vapor de agua para funcionar, permiten garantizar el suministro eléctrico en momentos de alta demanda y baja producción de energías renovables. El fin del carbón y las planificaciones de cierre de algunas centrales nucleares derivaron en una mayor atención hacia estas instalaciones, a pesar de que la mayoría de las grandes eléctricas ya ha puesto fecha al final de su vida, dentro de las políticas de reducción de emisiones, y de que en los últimos años su aportación de energía al sistema ha caído debido al empuje de las renovables.

El plan de Transición Ecológica

De que siguen siendo importantes para la planificación energética da cuenta el hecho de que a finales del pasado año, Transición Ecológica retomó una medida que en su momento Teresa Ribera dejó sin llevar a cabo que pasa por impulsar una orden ministerial par la creación de un mercado de capacidad en el sistema, garantizando así el suministro en todo momento. La intención es la de articular un sistema de subastas, organizadas en este caso por Red Eléctrica y supervisadas por Competencia, a la que podrían acudir los productores de energía, los almacenamientos, consumidores y nuevos agregadores, para ofrecer sus disponibilidad en momentos de estrés del sistema a cambio de una retribución. Estas ayudas podrían ser claves para el mantenimiento de los ciclos combinados, teniendo en cuenta que, en la actualidad, muchos de ellos no son rentables. Los beneficiaría por la simple cuestión de que no se paga por la energía, sino por estar disponibles para producir, cosa que pueden garantizar.

Galicia cuenta con dos centrales de ciclo combinado. La operada por Endesa en As Pontes tiene una capacidad de 800 MW mientras que la de Sabón (Arteixo), de Naturgy, ronda los 400. En total, la comunidad cuenta con una potencia instalada de 1.247 MW, siendo Andalucía el territorio con más megavatios de centrales de gas, con casi 6.000, seguida de Cataluña con 3.788. Por comparar, la potencia eólica instalada en la comunidad supera los 3.900 MW. En el conjunto de España, entre el sistema peninsular y no peninsular, hay instalados 26.250 megavatios en ciclos renovables.

Caída en 2024…

Según los datos de Redeia consultados por Economía Digital Galicia, el pasado 2024, la generación de energía eléctrica procedente de ciclos combinados en el sistema peninsular cayó un 27%. En lo que se refiere a la comunidad gallega, la producción energética con renovables se estiró el pasado año un 8% hasta los 19,518 Gwh, suponiendo el 85% del mix eléctrico que genera.

En 2024, el 43,9% de la electricidad producida en Galicia fue hidráulica, seguida por la eólica (38,4%), el ciclo combinado (9,2%) y la cogeneración, responsable del 5,4% del total.

… Pero clave en diciembre

Pese a que la generación eléctrica de los ciclos combinados baja por el crecimiento de las energías renovables, en estos momentos, su mantenimiento es clave debido a su capacidad para garantizar el sistema en momentos críticos. Hay que recordar que, antes del gran apagón de esta semana, el pasado diciembre, y según indica la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en su informe del sistema gasista de 2024, “se produjeron importantes oscilaciones diarias en la demanda para la generación eléctrica, con un máximo de demanda el día 11 de 680 Gwh”. Debido a la ausencia de viento, la baja producción solar y la indisponibilidad de dos centrales nucleares, la demanda eléctrica tuvo que ser aportada por las plantas de regasificación, que evitaron un apagón.

Lo indica también Enagás, el gestor gasista, en su informe anual en el que explica que entre el 8 y el 11 de diciembre se dio un periodo de baja generación eólica y solar “que fue cubierto en más de un 85% por los ciclos combinados”.

Fuentes de Endesa, confirman, que cuando se produjo el apagón, las central de ciclo combinado de As Pontes se encontraba acoplada al sistema.

Vida útil

A la espera de conocer los resultados de la investigación que esclarecerá el origen del apagón –y que, previsiblemente, también será clave para determinar responsabilidades y reclamaciones si las pudiera haber– los ciclos combinados y la energía hidroeléctrica refuerza su imagen como claves, por su disponibilidad, para garantizar el suministro eléctrico.

No obstante, esto no afecta al hecho de que su vida útil está marcada en el calendario. Por ejemplo, en el caso de los ciclos combinados, Enel, la dueña de Endesa, indicó hace ya varios ejercicios que su objetivo es abandonar el negocio del gas en 2040, una década antes de los fijado por la estrategia de la Unión Europea.

En el caso de Naturgy, según se indica en su última memoria anual, consultada por Economía Digital Galicia, podría estirar unos años más la vida de sus activos. “La transición energética y el ritmo al que esta progrese puede adelantar también el desmantelamiento de los ciclos combinados de gas”, exponen sus administradores. “Se espera que la mayoría de los ciclos combinados que Naturgy posee en España comiencen a desmantelarse en el periodo 2042-2046 al llegar al final de su vida útil”, añade.