Guerra civil en el taxi: traiciones, insultos y líderes caídos

El sector del taxi en España está más dividido que nunca. 'Tito' y 'Peseto Loco' se lanzan a una campaña de desprestigio y graves acusaciones

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Son las caras más visibles de la llamada guerra del taxi contra Uber y Cabify. Alberto Álvarez (Tito) y Nacho Castillo (Peseto Loco), líderes del sector en Barcelona y Madrid, respectivamente. Ambos han aparcado su lucha contra las plataformas tecnológicas para embarcarse en una guerra fratricida entre ellos. La ruptura en el sector es total por el papel de Tito, que ha dimitido de su cargo en Élite Taxi y empieza a sufrir a decenas de detractores desde que se alió con el abogado Elpidio Silva para combatir a Uber y Cabify.

El conflicto ha llegado a límites insospechados. Todas las fuentes consultadas señalan que durante los últimos días se ha desatado una campaña de desprestigio en redes sociales a través de perfiles falsos. Las acusaciones y vejaciones han pasado a ser llamadas anónimas e intimidatorias. 

Todo salió a la luz este jueves, cuando se conoció la solicitud de una auditoría para examinar las cuentas de Élite Taxi Barcelona durante el mandato de Tito. Un grupo de taxistas iniciaba una recogida de firmas para fiscalizar la tesorería del mayor sindicato del taxi en Barcelona después del adiós de su icónico presidente y activista. 

El grupo de taxistas que inició esta recogida de firmas solicita «saber quiénes, cómo y de qué manera se han gestionado todos los ingresos, gastos, donaciones y fondos que, hasta la fecha, ha tenido nuestra asociación», tal y como manifestaron en un vídeo anónimo que circulaba por los grupos de Whatsapp

«Tito ha dimitido y me echa a mí la culpa», contestaba Nacho Castillo (Peseto Loco) a este medio el jueves, horas antes de lanzar un comunicado para explicar qué había sucedido entre ambos. Preguntado por los motivos de su distanciamiento, comenta que está desencantado con la trayectoria de Álvarez al frente de Élite Taxi por varios motivos que prefiere no desvelar y trata de desmarcarse de cualquier parecido con él.  

Nacho Castillo y Tito Álvarez.

«El marrón lo tiene él en su ciudad. Lo de dimitir es una estrategia que usa para que salgan los palmeros a llorarle», explica Castillo, que pone como ejemplo otras dimisiones de Álvarez. «Soy portavoz de Caracol (facción del taxi en Madrid) y la gente está muy muy pendiente de mí durante las protestas. Pero en el resto del año yo no voy de mandón, que es en lo que se ha convertido Tito», señala.

Tito comunicó su adiós de la primera línea del taxi la pasada semana. En su mensaje de despedida dejaba entrever qué estaba sucediendo: «Cuatro perros me han vencido, espero que estéis a la altura de lo que significa Élite Taxi BCN cuando haga falta, porque a partir de septiembre, cuando empiecen a entrar las 4.000 VTC (vehículos de Uber y Cabify) a trillar e incumplir la ley como locas, la gente os va a necesitar más que nunca», deslizaba sin saber qué ocurriría después.

Ahora, tras el revuelo, Álvarez intenta mantenerse al margen. En una primera conversación con Economía Digital se limita a transmitir un mensaje: «Una actitud como la que están teniendo da mucho que pensar si los habrán tocado, no se entiende tantos ataques destructivos hacia el mismo sector, no tengo nada más que decir», escribe en un mensaje, aunque más adelante desmentiría algunas de las acusaciones. 

Ante todo, Álvarez insiste en un aspecto: hay mucha más gente que le apoya frente a la que le critica. Uno de ellos es Cesc Roca, una de las personas más cercanas a él: «Los que acusan a Tito deben probar todo lo que dicen. Él no ha hecho nada malo», explicaba el en una breve conversación telefónica con este medio, en la que evitaba extenderse porque, según explicó, lleva cuatro meses apartado de la primera línea. 

Tito ya no quiere ser taxista

Si hay algo que se le critica a Tito es haber incumplido una de sus promesas. Álvarez, una persona que ha pasado en un par de años a la primera línea de la actualidad y ha llegado a ser tentado por algún partido político  — se le ha colocado en la órbita de Unidas Podemos — , siempre ha explicado que su situación económica era delicada porque su dedicación al activismo le impedía tener ingresos fijos. Fue uno de los motivos por los que muchos de sus compañeros recolectaron 35.000 euros a través de donaciones con el objetivo, siempre mantenido por Tito, de invertirlos en una licencia para trabajar como taxista.

No obstante, con el paso del tiempo, el líder de Élite Taxi comunicó que había cambiado de planes. Su nuevo proyecto, Taxi Project, una suerte de lobby del sector en Bruselas, sería el destino del dinero recibido. «Como soy un afectado de la hipoteca y no tenía suficiente dinero para comprar una licencia (el precio medio ronda los 100.000 euros) decidí invertirlos en arrancar el proyecto, con el compromiso de al cabo de un año, con los problemas ya solucionados, devolver el dinero comprar la licencia y devolver el dinero recibido, dice Álvarez.

Taxi Project fue presentado en abril de este año en L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona), donde se congregó medio millar de profesionales del sector. Allí Álvarez avanzó que, a diferencia del resto de integrantes, tendría un sueldo asignado como portavoz y coordinador debido a sus necesidades económicas [minuto 18].

 

Sus palabras no sentaron bien a parte de los taxistas, que ven en este proyecto un «chiringuito» en el cual colocarse para no trabajar y una traición por no destinar el dinero recibido por parte de sus compañeros. Tito es claro ante estas acusaciones: «Ninguna de las personas que me prestó dinero se ha quejado porque no lo destine a una licencia de taxi».

Elpidio Silva, el nombre de la discordia

El segundo motivo de la ruptura gira en torno a un nombre: Elpidio Silva. El juez que metió en prisión a Miguel Blesa se ha convertido en una de las personas más cercanas a Álvarez y despierta muchas críticas por el papel que ha jugado en el taxi. Le acusan de haber visto en el sector una oportunidad para lucrarse económicamente y volver a estar presente en los medios. 

Fernando Casanova, exvicepresidente de Élite Taxi en España, es uno de los críticos con el magistrado y con Álvarez. Del primero señala su mala imagen en el sistema judicial y al segundo lo define como un «muñeco roto» y no estar capacitado para representar al sector. Casanova tampoco duda en desmontar el proyecto Taxi Project. Afirma que ya hay un lobby en Bruselas que representa muchos mejor al taxi y sus intereses y tiene mucha más fuerza que el proyecto de Álvarez.

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El lanzamiento de la Plataforma Integral del Taxi, un proyecto que nació como arma judicial contra Uber y Cabify, también ha generado mucha polémica. Fuentes consultadas reniegan de la capacidad de Silva para poder satisfacer las demandas del sector — la patronal Unauto ya le venció en 2017 cuando trató de defender la licencia extra de Colau en Barcelona— y su mala imagen al estar inhabilitado como juez por prevaricación.

«Empezamos a investigar a Elpidio Silva y vimos que su trayectoria se resume en crear plataformas con el objetivo de defender causas justas, pero ninguna de ellas con éxito», cuenta a este medio un taxista de Élite Taxi que pide no ser identificado. «Vimos que la plataforma RPP contrató hace años a Elpidio y ahora le han denunciado», añade, al mismo tiempo que aporta como prueba que en la página web de la propia plataforma reconocen que tienen un proceso abierto contra el magistrado.    

Algunos taxistas investigaron el pasado de Elpidio Silva y vieron que había sido denunciado por otra plataforma a la que asesoró

Economía Digital intentó contactar con Elpidio Silva sin éxito durante dos días a través de correos electrónicos y llamadas —envió un mensaje el jueves y contactó con su despacho el viernes—, pero al cierre de esta información no obtuvo ninguna respuesta.

Acusaciones en redes

La cara más fea de este conflicto se ha visto a través de las redes sociales. Perfiles oficiales y cuentas anónimas han cruzado ataques inmisericordes. Una facción y otra se acusan de utilizar redes de perfiles falsos para insultar y difamar a todo aquel que piense diferente. Algunas voces cuentan a este medio que las vejaciones llegan hasta tal punto que se implican a familiares en las disputas. 

Los mismos perfiles anónimos hacen circular por redes sociales vídeos que señalan a Tito como una persona que se rodea de malas influencias. En uno de ellos se puede ver cómo una vecina de Barcelona lo acusa de tener como compañeros a taxistas violentos que consumen drogas, amenazan y van con prostitutas. «Controla eso Tito, por favor», explica una vecina [minuto 0:44] durante una reunión de Salvalona, otro proyecto que Álvarez ha iniciado recientemente con motivo de la inseguridad ciudadana de Barcelona.  

Álvarez considera que Castillo es uno de los instigadores de algunos de los vídeos que circulan por los grupos privados de taxistas. El último, disponible también en Youtube, caricaturiza al líder de Barcelona, insinuando que sus días al frente del sector del taxi están contados. Solo el tiempo lo dirá.

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