La doble travesía de Sánchez Galán e Iberdrola: de la eólica marina al banquillo por forrarse con los embalses

De nuevo, en plena polémica por la supuesta alteración de los precios de la luz con sus centrales hidroeléctricas, la energética pisa el acelerador con los parques offshore y proyecta tres en Galicia y Cataluña a menos de 15 kilómetros de la costa

Mientras reaparecen las polémicas por los negocios hidroeléctricos de Iberdrola, la compañía de Sánchez Galán pisa el acelerador con la eólica marina en España, una tecnología que, de momento, tiene al sector pesquero en pie de guerra. Ilustración: Ilona Rey

Mientras reaparecen las polémicas por los negocios hidroeléctricos de Iberdrola, la compañía de Sánchez Galán pisa el acelerador con la eólica marina en España, una tecnología que, de momento, tiene al sector pesquero en pie de guerra. Ilustración: Ilona Rey

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Iberdrola y su presidente, Ignacio Sánchez Galán, se mueven entre la bonanza y la polémica. Amparada en sus buenos resultados económicos, la energética retiene el trono de la bolsa española por capitalización, superando incluso a Inditex. Los inversores le estiman un valor de 69.590 millones de euros, casi 10.000 millones más que el gigante italiano Enel, el dueño de Endesa.

Pero, cara y cruz de la misma moneda, mientras que aumenta su negocio en mercados como Estados Unidos o Brasil con los que compensa el impacto negativo de los precios eléctricos en España, también debe lidiar con escándalos reputacionales directamente relacionados con algunas de sus apuestas energéticas. Si a principios de mayo, el ejecutivo salmantino tuvo que pedir disculpas por llamar “tontos” a los usuarios del mercado regulado, esta semana, el grupo que preside volvió a verse implicado directamente en una polémica por supuesta manipulación de los precios eléctricos a través de sus hidroeléctricas.

Y, en mitad de este proceso, el grupo pisa el acelerador con una nueva energía, aún no implantada en España, la eólica marina. Esta podría reportarle, de nuevo, tantos beneficios como dolores de cabeza. En el país maneja cuatro proyectos entre Galicia, Cataluña y las Canarias que suman más de 1.700 megavatios con una tecnología que, en el litoral, tiene en pie de guerra a colectivos ambientalistas y del sector de la pesca. Los proyectos gallegos y catalán remitidos al Ministerio para Transición Ecológica hablan de torres eólicas que podrían situarse a menos de 15 kilómetros de la costa en sus puntos más cercanos a tierra.

Los escándalos de los embalses

Hace años que el negocio de generación hidráulica reporta jugosos beneficios a las eléctricas y, del mismo modo, también hace años que se encuentra en el centro de la polémica. Esta semana se conoció la noticia de que el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno ha propuesto procesar a la filial Iberdrola Generación en el marco de una investigación de cinco años por supuesto encarecimiento artificial del precio de la luz en un 26,5% durante el invierno de 2013. La presunta operación le habría generado a la compañía unos beneficios de 21,5 millones de euros y a los consumidores un perjuicio de unos 100 millones. La firma habría recortado a finales de 2013 la producción de sus centrales hidráulicas en las cuencas del Duero, el Tajo y el Sil para elevar el precio de la electricidad (por este motivo ya asumió una multa de la CNMC de 25 millones por infracción muy grave).

El anuncio del proceso se produce cuando en la memoria aún perdura el escándalo generado el verano pasado, en plena subida de la tarifa eléctrica, por el secado de distintos embalses, como el de Ricobayo, en Zamora, pero también los de Cenza y As Portas, en Galicia, explotados por Iberdrola. La Xunta propuso una sanción para la compañía de 50.000 euros, indicando que era lo que podía hacer dentro de sus competencias.

El peso de la energía hidráulica

Una cantidad testimonial, en todo caso, y más si se tiene en cuenta que la compañía reconoce en sus últimas cuentas anuales un ingreso de más de 1.100 millones de euros durante el pasado año en concepto de devolución del impuestos del Gobierno. Y es que el Tribunal Supremo dictaminó la devolución del canon hidroeléctrico, una norma aprobada por el Ejecutivo de Mariano Rajoy en 2015 que gravaba el uso de aguas para la producción de energía eléctrica.

El peso que tiene la energía hidráulica en Galicia, donde Iberdrola es el principal actor, no es menor: solo la supera la energía eólica convencional. Según los datos de Red Eléctrica, en 2021, la comunidad generó 7,6 millones de megavatios hora de energía hidráulica, frente a los 9,5 de la del viento. Los últimos datos mensuales disponibles son los del pasado febrero cuando, con 45 centrales de gran hidráulica, generó 326.527 mw/h.

La oportunidad de la eólica marina

Para bien o para mal, siendo un referente en energía hidráulica, ahora, Iberdrola podría hacer lo mismo con la eólica marina. Por lo menos, está tomando posiciones en la carrera de los parques flotantes. A cierre de marzo de este año, los de Sánchez Galán cuentan con 1.258 MW offshore en operación y 7.000 en desarrollo, con 2.600 ya en construcción. Las previsiones de la compañía son que entren en operación en 2027, completando una inversión próxima a los 30.000 millones a lo largo de la última década, en la que podría alcanzar los 12.000 MW de operación.

En España, Iberdrola ha identificado la posibilidad de desarrollar hasta 2.000 MW de eólica marina flotante. Ante el Ministerio para la Transición Ecológica ha presentado cuatro proyectos de forma inicial (hay que tener en cuenta que ni siquiera están aprobados de forma definitiva los POEM, los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo, que definirán aquellas zonas donde podrá desarrollarse esta tecnología).

Uno es el proyecto San Borondón, al sureste de la isla de Gran Canaria, de 238 MW de potencia. Otros dos en Galicia, los parques San Brandán y San Cibrao, de 490 MW de potencia cada uno. El último, presentado recientemente, se ubicaría, de salir adelante, en el golfo de Roses, en Girona. De 500 MW proyectados, recibe el nombre de Gavina.

A menos de 15 kilómetros de la costa

Al menos a la hora de presentar proyectos iniciales (una suerte de declaración de intenciones sujeta a cambios, a la espera de los POEM), Iberdrola toma la delantera en el sector de los macroparques de eólica marina, solo superada de momento por la alianza entre Bluefloat y Sener (que, entre otros proyectos, también quiere sacar adelante un parque offshore en las Rías Altas coruñesas de 500 MW en su primera fase).

Pero tampoco la eólica marina por la que apuesta Sánchez Galán está exenta de polémicas. La patronal industrial ve en ella y su cadena de valor una oportunidad de generación de empleo mientras que ambientalistas y sector pesquero temen la afectación a los ecosistemas marinos. La documentación inicial de los proyectos offshore para Galicia y Cataluña consultados por Economía Digital Galicia indican que las turbinas de sus proyectos podría llegar a situase a menos de 15 kilómetros de la costa.

Proyección del parque eólico marino de San Brandán, en Galicia

En el caso gallego, los proyectos iniciales avanzan la intención de que el parque eólico San Cibrao se ubique “a 13,5 kilómetros de la costa comprendida entre el Cabo Ortegal y Estaca de Bares” mientras que el de San Brandán se situará a “unos 12 kilómetros de la costa comprendida entre el municipio de Cedeira y de Cariño”.

La información recientemente publicada por el departamento de Teresa Ribera indica, por su parte, que el parque eólico marino Gavina “consiste en un proyecto de tecnología flotante ubicado en la costa de Girona, más concretamente frente al Golfo de Roses, de aproximadamente 500 MW con la instalación de generadores de 14 MW con una producción de energía renovable anual de aproximadamente 1.700 GWh”. De este modo, el proyecto contabilizaría unas 35 turbinas, las mismas que se contemplan para cada uno de los parques offshore gallegos.

Zona potencia en la que Iberdrola estudia ubicaciones para su parque eólico marino Gavina
Zona potencia en la que Iberdrola estudia ubicaciones para su parque eólico marino Gavina

Con una superficie de afectación de 212 kilómetros cuadrados, los que se analizan en el estudio de impacto ambiental, los de Sánchez Galán indican que “la distancia mínima del parque a la costa varía entre los 12 y los 17 kilómetros según las alternativas consideradas”.

Península Ibérica

Iberdrola no solo se apresura a situarse en pole position en la eólica marina española, sino a nivel peninsular. La pasada semana, el Gobierno portugués admitió que los de Sánchez Galán han mostrado interés de cara a la subasta eléctrica que el país celebrará el año que viene y en la que se prevé adjuficar entre seis y ocho gigavatios de eólica marina.

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