La otra sucesión del universo Inditex: turno para el hijo de Dolores Ortega y Rodríguez Cebrián

Más allá del ascenso de Marta Ortega a la presidencia no ejecutiva de Inditex y de su madre, Flora Pérez Marcote, que esta semana se hizo con las riendas de la Fundación Amancio Ortega, otros miembros del particular universo que orbita alrededor de la figura del empresario activan sus particulares procesos sucesorios en el terreno mercantil. El último caso conocido es el de Dolores Ortega, sobrina del cofundador de la multinacional textil, y su marido, el empresario coruñés Juan Carlos Rodríguez Cebrián. Uno de los hijos de ambos, Antonio Rodríguez Ortega, es desde finales del pasado año apoderado de su principal sociedad inmobiliaria, Altramud, que a la vez pende de su brazo inversor, Marlolan.

El joven empresario, además, también abordaría negocios propios, ya que trataría de impulsar en el ayuntamiento coruñés de Oleiros, el mismo por cierto en el que se reside Sandra Ortega, un hotel canino con más de 200 plazas. Según los datos del Registro Mercantil, Antonio Rodríguez figuraría como administrador único de Aro and Pets, empresa constituida en A Coruña el pasado febrero y que tiene como objeto “la gestión y explotación de establecimientos donde se alojen animales de compañía y se presten servicios de estancia, cuidado y manutención”.

La otra línea de la familia Ortega

Dolores Ortega es la sobrina de Amancio Ortega, hija del fallido Antonio Ortega Gaona y de Primitiva Renedo. Forbes le estima una fortuna de 450 millones de euros, que eleva a 650 en el caso de su madre. Su marido, el conocido empresario coruñés Juan Carlos Rodríguez Cebrián, llegó a ser director general de Inditex. El reciente cargo de su hijo Antonio en una de las sociedades de la familia marca, de forma efectiva, la entrada de la tercera generación en el negocio familiar.

Altramud, de la que es apoderado solidario, es uno de los grandes vehículos de inversión inmobiliaria de la sobrina de Amancio Ortega. Según los datos del Registro Mercantil consultados por Economía Digital Galicia, a finales de año pasado presentaba unos activos de casi 68 millones de euros. Con un patrimonio neto que se estiró de los 63,2 a los 64,4 millones, la cifra de negocio sobrepasó los cuatro millones de euros mientras que el resultado de explotación se fue a los 1,6 millones de euros. La sociedad arrojó unas ganancias netas de cerca de 1,2 millones de euros, ligeramente por encima de los resultados de 2021.

Con activos tanto en Galicia como en Berlín, esta sociedad inmobiliaria era la dominante hasta hace poco del Hotel Peregrino, en Santiago de Compostela, que la pareja alquiló el pasado año a Hotusa, la cadena del chantadino Amancio López Seijas. En la actualidad, Altramud se encuentra bajo el paraguas de Marlolan, la gran sociedad inversora de Dolores Ortega Renedo, que mueve un patrimonio de 170 millones de euros.

Además de Altramud y de Hotel Peregrino, de esta sociedad penden otras como es el caso de Saite, que explota parte del mercado de la plaza de Lugo, en A Coruña, así como las sicavs Viveiro y Silleiro de Inversión, que el año pasado fueron transformadas en sociedades limitadas dentro de la oleada de cierres de estos vehículos de inversión colectiva tras endurecer el Gobierno los requisitos para que siguieran tributando al 1% en el impuesto de sociedades.

Empresarios sin (apenas) fotos

Si bien el empresario Juan Carlos Rodríguez Cebrián es de sobra conocido por sus inversiones en distintos locales de ocio nocturno en A Coruña –al margen de haber sido director general y haber estado en el consejo de administración de la malograda Martinsa-Fadesa (la pareja entró en la inmobiliaria en cuando Fernando Martín se la compró a Manuel Jove)– apenas existen fotos en la prensa de Dolores Ortega y del propio Antonio Rodríguez Ortega. Las últimas que se conocen tiene una década de antigüedad. Los tres estuvieron presentes, acompañando a Amancio Ortega, en el entierro de la que fue su primera mujer, Rosalía Mera, madre de Sandra Ortega.