La salida de Pablo Isla entierra dos años de guerra interna en Inditex

La competencia entre ejecutivos que tanto ha fomentado Amancio Ortega derivó en algo más: un pulso en toda regla entre el equipo de Pablo Isla y la familia política del fundador, apoyada por José Arnau

Pablo Isla y José Arnau

El presidente saliente de Inditex, Pablo Isla, junto al vicepresidente de Inditex y Pontegadea, José Arnau

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La dimisión de Pablo Isla como presidente de Inditex pone punto final a una guerra nada disimulada en Arteixo, explícita desde hace al menos dos años. Fue en ese momento cuando emergieron las diferencias y la competencia entre equipos que tan buenos resultados había dado siempre a Amancio Ortega derivó en algo más, todo un pulso, que se trasladó de los despachos a los pasillos.

En Arteixo han convivido dos culturas durante años. Por un lado, la que mima el producto y cree firmemente en las colecciones, clave del negocio. De otro, la de los márgenes, determinante en la rentabilidad. Ambas entraron en conflicto. A un lado, las cadenas y sus directores. Al otro, la intendencia corporativa del presidente, siempre mirando a la bolsa. Pero hubo un hecho que lo cambió todo, como este mismo lunes cuando trascendió el relevo del consejero delegado, que precipitó la dimisión de Pablo Isla. Y también tuvo mucho que ver en todo ello la figura de Carlos Crespo, según apuntan diversas fuentes.

Nombramientos y tormentas

Pablo Isla recuperó el puesto de un número dos en el arranque de 2019. Carlos Crespo llevaba un año como director general de Operaciones cuando el presidente decide su ascenso y lo coloca como consejero delegado en una apuesta personal. Entonces, Ignacio Fernández, un hombre de la casa, director general de Finanzas y en Inditex desde 2001, fue a todas luces el principal damnificado, apuntan dichas fuentes.

La red de alianzas comenzaba a tejerse más allá de la familia política de Amancio Ortega, los hermanos de Flora Pérez Marcote, Óscar y Jorge, y Carlos Mato, otro de los históricos, casado con una de las hermanas de la mujer del fundador de Inditex. Ese núcleo duro familiar comenzó entonces a tener más apoyos en ámbitos que iban más allá del producto y las cadenas. José Arnau, al frente de Pontegadea, vicepresidente también de Inditex, tenía en Ignacio Fernández un aliado. Algo les unía también: ambos son inspectores de Hacienda en excedencia.

La soledad de Pablo Isla

En 2019 también comienzan los errores en los nombramientos, según apuntan varias fuentes. Isla decide cambiar de rumbo en todo lo que tiene que ver con sostenibilidad y medio ambiente, con decisiones que han resultado contestadas internamente. Fue el caso del ascenso de Javier Losada Montero, otra apuesta de Pablo Isla, como director de Sostenibilidad.

El departamento de Sostenibilidad, junto al de Comunicación (con Jesús Echevarría, con rango de director general) y al de Sistemas (Gabriel Moneo Marina, también director general) se quedaron en estos dos años como escasos apoyos de Pablo Isla dentro del grupo. Sus fieles. Tanto, que en el nuevo comité de dirección creado para arropar a Marta Ortega en esta etapa tras su nombramiento como presidenta no están presentes ninguno de estos tres ejecutivos.

Otro puente de mando

En este tiempo, el peso de José Arnau no solo se ha proyectado en Inditex y en Pontegadea y las inversiones inmobiliarias del creador de Inditex. El lucense también desempeña un papel determinante en la Fundación Amancio Ortega. Es vicepresidente segundo, por detrás de Flora Pérez.

Ambos, Arnau y la mujer de Ortega, comparten despachos en la flamante sede del Cantón Grande, en el centro de A Coruña. Allí están desde hace nada los cuarteles generales de Pontegadea y de la Fundación Amancio Ortega, a la postre el verdadero puente de mando de Inditex.

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