La subida de peajes en la AP-9 podría disparar la rentabilidad de Audasa a más de 100 millones al año

De mantener el volumen de tráfico y los márgenes, la concesionaria conseguiría un resultado de explotación superior a los 100 millones ya el año que viene

Tramo de la AP-9 a su paso por el Puente de Rande / EFE

Tramo de la AP-9 a su paso por el Puente de Rande / EFE

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El año nuevo traerá una nueva subida de peajes en la AP-9 cuya dimensión está por determinar. La escalada del IPC hace pensar que será de importancia, teniendo en cuenta que las particulares condiciones de la autopista gallega incluyen un 1% adicional de incremento para compensar el coste de la ampliación de Rande y de la circunvalación de Santiago que asumió Audasa. El exministro gallego José Blanco acordó esta subida extraordinaria de tarifas a cambio de que la concesionaria se encargara de las obras, un mecanismo que luego repitió Ana Pastor con la bonificación de los peajes en determinados tramos entre Vigo y Pontevedra, aunque con un impacto inferior debido al menor importe a compensar.

La última palabra sobre la actualización de precios la tendrá el Ministerio de Transportes. En 2022, por ejemplo, los peajes se encarecieron un 2,99%, por debajo de la variación del IPC a mes de noviembre, que superaba el 5%. Aunque en el cálculo entran otros factores como la evolución del tráfico, el efecto de la inflación podría elevar los precios más de un 9% en la peor previsión para el bolsillo de los usuarios.

Resultados récord de Audasa

El otro efecto del encarecimiento de la AP-9 sería el de elevar significativamente los números de Audasa. La empresa del grupo de infraestructuras Itínere, cuya propiedad se disputan Globalvía y el fondo de pensiones APG, ya está marcando resultados récord en el actual ejercicio. Supera el volumen de tráfico y la facturación de 2019, el año previo a que las restricciones de movilidad por el Covid frenaran la afluencia de vehículos a la autopista.

En el primer semestre del año, Audasa elevó un 30,47% la cifra de negocio, hasta los 80 millones. El resultado de explotación creció un 61%, situándose en los 45,9 millones, mientras que el beneficio del periodo ascendió a 21,5 millones, un 73,8% más. En cuanto al tráfico, se incrementó un 26,15% respecto al mismo periodo del año anterior (aumentos del 28,05% en vehículos ligeros y del 9,14% en vehículos pesados) y un 0,87% respecto a 2019.

Este fuerte crecimiento en todas las magnitudes no es habitual en la concesionaria, pero en el primer semestre de 2021 todavía se mantenían vigentes restricciones de movilidad, lo que ensancha significativamente las diferencias. De mantener el 30% de incremento respecto al año pasado, la cifra de negocio se elevaría por encima de los 190 millones, algo que parece difícil aún teniendo en cuenta los mayores ingresos del segundo semestre del año, que incluye el verano. Con un balance similar al del año pasado, en el que ingresó 90 millones en la segunda mitad del año, y sumado el incremento de tarifas del 2,99%, la empresa alcanzaría los 175,1 millones de facturación. Un incremento de tarifas del 9% ya situaría la cifra de negocio de la empresa en los 190 millones el año solo con mantener el tráfico del actual ejercicio.

Los márgenes del negocio

Los márgenes de la concesionaria se situaron en cifras próximas a los de 2019, antes del bajón que provocó la pandemia. Según explica la empresa en su informe de gestión del primer semestre, el margen de ebitda alcanzó el 84,1%. El resultado de explotación, que mide el beneficio de negocio antes del pago de deuda e impuestos o de la dotación de provisiones, representó el 57% de la facturación.

De preservar estos márgenes, Audasa logrará un resultado de explotación de más de 100 millones a partir de los 180 millones de facturación, una cota que podría alcanzar o no este año, pero que rebasará con seguridad en 2023 si se aplica una subida de tarifas de más del 9%. Con 190 millones de ingresos de peaje, por ejemplo, el resultado de explotación alcanzaría los 108,3 millones.

Esta rentabilidad está condicionada por los gastos de personal, que la empresa ha mantenido más o menos estables desde 2020, y por los gastos de explotación en un contexto inflacionista. Del mismo modo, los beneficios finales dependen también de los impuestos y de los vencimientos de deuda. Audasa, precisamente, afrontará el año que viene el vencimiento de una emisión de bonos por valor de 193 millones.

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