Mapa de la crisis industrial: todos los centros de decisión están lejos de Galicia

Alcoa, Vestas, Endesa, Naturgy, Alu Ibérica, Navantia, Ferroatlántica, Ence, Barreras, Celsa Atlantic, Poligal… Todas las grandes industrias en Galicia que están en crisis tienen su sede operativa o su domicilio social a cientos o miles de kilómetros

Alcoa

Varias personas participan en una concentración en conmemoración del año de “lucha” por la planta de aluminio y los puestos de trabajo de Alcoa San Cervo, en la Praza do Concello de Xove / Carlos Castro (Europa Press)

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¿Caprichos de la globalización o restos de una industria de enclave que en su día se proyectó en Galicia y que ha perdido todo el sentido para sus promotores? De todo hay, pero lo cierto es que un común denominador emerge en la crisis industrial en Galicia. Alcoa, Vestas, Endesa, Naturgy, Alu Ibérica, Navantia, Ferroatlántica, Ence, Barreras, Celsa, Poligal… Todas las industrias que actualmente están en crisis, con amenazas de cierre o directamente clausuradas, tienen su sede operativa o su domicilio social a cientos o miles de kilómetros de Galicia. 

El mapa de la crisis industrial es relevador: Alcoa tiene su cuartel general en Pittsburgh (Pensilvania), y no en San Cibrao. Además, tanto Alúmina Española como Aluminio Español, las dos filiales que controlan las dos plantas de Cervo, tienen su domicilio social en Madrid. La sede de Vestas está en Dinamarca, no en Viveiro; y el corazón de Siemens Gamesa se reparte entre Berlín y Múnich, con parada en Zamudio (Vizcaya), lejos de As Somozas, epicentro de otro de los cierres. 

Del aluminio a las eléctricas o la celulosa 

La propiedad real de Alu Ibérica (las antiguas Alcoas de A Coruña y Avilés) es actualmente una de las incógnitas que trata de resolver un juez de la Audiencia Nacional, donde se lleva el proceso de venta fraudulenta de las fábricas.

Pasando al sector eléctrico y a los cierres de las térmicas, el poder de decisión de Endesa no está en As Pontes ni en Madrid, sino en Roma, sede de su propietaria, Enel, controlada por el sector público italiano. Otro tanto sucede con otras dos compañías: los domicilios sociales de Naturgy y Ence no se encuentran en Cerceda y Meirama, donde está la central térmica clausurada, o Pontevedra, con su fábrica de celulosa, sino en Madrid.  

Entre Madrid y Cataluña 

Navantia, con astilleros en Ferrol, Cádiz y Cartagena, tiene su base de operaciones en la capital de España, donde está la sede social de esta empresa pública. También en Madrid está la de su propietaria, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Y el centro de decisión de Barreras, después de la espantada de los mexicanos de Pemex, también se diluye a miles de kilómetros de Galicia.  

Poligal, Celsa y Ferroatlántica también son otros claros ejemplos de empresas en crisis con el poder de decisión lejos de Galicia. Y las plantas gallegas de las tres han atravesado momentos críticos. Polipropileno de Galicia, en su día impulsada por las fortunas de la emigración, ha echado el cierre este mismo año. Tras la clausura de la planta de Narón, la familia Suqué Mateu, que controla el Grupo Peralada, traspasó las plantas de Portugal y Polonia a la peruana Oben Group. Nada queda en Galicia de Poligal. 

En Cataluña también está la sede del Grupo Celsa, propietario de Celsa Atlantic, con fábrica en A Laracha que actualmente encadena varios ERES. Y la propiedad de Ferroatlántica se reparte: la planta Sabón sigue en manos de Ferroglobe, con sede en Londres hasta la activación del Brexit y ahora con base en Madrid. Y las plantas de Cee y Dumbría están en manos del fondo TPG, con sede en San Francisco.  

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