La industria gallega se descuelga del crecimiento económico a la espera de los fondos europeos

El sector industrial pierde productividad, empleo y peso en la estructura económica de la comunidad, que recupera el PIB previo a la pandemia con el tirón de los servicios y la recuperación de la construcción

Patricio Sánchez, Fernando González Laxe, José Francisco Armesto, Lucía Ferreira y Santiago Lago / Foro Económico de Galicia

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Galicia acabó 2022 con un crecimiento del PIB real del 3,8%, lo que le permite recuperar los niveles previos a la pandemia y confirmar una recuperación más rápida que el resto de la economía española, que se encuentra todavía nueve décimas por debajo del PIB de 2019. «En Galicia aguantamos mejor la recesión, pero cuando hay una expansión nos cuesta más», señaló Fernando González Laxe para explicar el menor crecimiento interanual de dos puntos en comparación con la economía española.

Según explicó en la presentación del Informe de Coxuntura del Foro Económico de Galicia, en el segundo semestre del año se produjo «una caída del consumo de las familias que fue muy importante en la primera parte del año», así como un «sobresaliente descenso del gasto público», que había servido como «palanca» en la crisis provocada por la pandemia. Estos elementos ayudan a entender la desacelaración económica, pasando de un crecimiento del 5% en el primer semestre, a un 2% en el segundo. Se desacelera, pero crece.

«Me gustaría incidir en que estamos aprendiendo a vivir en la incertidumbre. Llama la atención que todos los agentes económicos nos acostumbramos a vivir en un entorno incómodo, hostil, de incertidumbre, y las cifras económicas son mejores de lo esperado«, señaló Santiago Lago. El Foro Económico fue una de las instituciones que sostuvo que no habría recesión económica y que Galicia superaría el PIB previo a la pandemia en 2022. Dos aciertos.

El problema industrial

Como es lógico, la evolución de la actividad no es uniforme. El sector primario y el de servicios son los que presentaron un mejor comportamiento, aunque solo el primero está por encima de la media española en el crecimiento interanual. A estos dos sectores se sumó la recuperación de la construcción, que creció un 0,7% tras encadenar dos años a la baja, aumentando significativamente su actividad a partir del segundo trimestre del ejercicio.

En cambio, la industria se sitúa en el lado negativo, con un descenso del 2% y del 0,5% en el caso de la industria manufacturera. «Uno de los principales problemas de la economía de Galicia es la baja productividad de la industria manufacturera. En el último año se situó en el 69,2% de la media española en términos de puestos de trabajo equivalente a tiempo completo y en el 72,7% en términos de horas trabajadas. Por el contrario, tanto la construcción como, en menor medida, los servicios, presentan una productividad superior a la media española», explica el informe.

En un periodo de mejora general de la productividad, la de la industria de Gaicia fue a menos, con un retroceso del 4,3% medido en horas trabajadas y del 3,5% en tiempo completo. Los valores en la industria manufacturera se corresponderían con un descenso del 2,7% y del 2% respectivamente.

También en términos de ocupación pierde peso la industria, con un descenso del 1,9% en la población ocupada en el sector en términos interanuales, frente a los ascensos que registran, por ejemplo, la construcción o los servicios.

La industria y los fondos europeos

El sector industrial de Galicia tiene una larga historia y, a lo largo de ella, sus propias crisis y ajustes. «No tenemos una gran capacidad de innovación industrial. Seguimos pensando en automóviles, aluminio, coches…», apuntó González Laxe. El problema es que «a medida que otros países se incorporan» y se incorporan tecnologías, la industria se queda atrás y se aboca a sucesivas reconversiones.

Necesitamos un incentivo económico para modificar nuestra base industrial. La gran apuesta es incorporar nueva tecnología, mientras otras empresas están en el campo del posicionamiento exterior, yendo a nuevos mercados. Para hacer todo eso, un empresario gallego, a priori con un mercado que no es de gran tamaño, necesita apoyo público e incentivos. Los hemos tenido cuando recibimos fondos estructurales y ahora al recibir los Next Generation«, añade el coordinador del informe.

González Laxe señaló que este proceso ya está realizándose, con el transito del naval hacia la construcción de plataformas de eólica marina y, en un futuro, en barcos para la instalación y mantenimiento de esas infraestructuras. También en el caso de Stellantis, con la transición hacia el coche eléctrico. «Tenemos que ir más rápido. Tenemos que cambiar, adaptar y estimular el sector industrial para que alcance un 20% del PIB, algo que solo consigue por el momento el País Vasco.

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