El compromiso también es nuestro

Estos cinco años del Atlas Gallego de la Empresa Comprometida han servido también para crecer con ediciones en otras latitudes, exportando un análisis inédito hasta ahora en medios de comunicación

Alfonso Rueda junto a los responsables de Economía Digital y del Atlas Gallego de la Empresa Comprometida que intervinieron a continuación / Xurxo Lobato

Cinco ediciones del Atlas Gallego de la Empresa Comprometida permiten alguna licencia que otra y, sobre todo, otorgan cierto crédito a quienes lo promueven y apoyan. Por ello, no exageramos si afirmamos con rotundidad que el compromiso también es de Economía Digital Galicia después de estos cinco años ininterrumpidos de encuentro con la sostenibilidad y las empresas gallegas. Nacía tras la pandemia una iniciativa que se ha consolidado con los años, pero cuyo comienzo se conjugaba a través oraciones condicionales.

Como en cualquier otro proyecto, cuyos inicios se podrían resumir tirando de la metáfora de la servilleta, las dudas de las primeras conversaciones dieron paso a certezas y el convencimiento de las bondades de afrontar una aventura así se fue abriendo paso. Economía Digital Galicia y su equipo de periodistas inició un camino para el que eran necesarios otros compañeros, economistas y también periodistas. En estos cinco años, el compromiso de todos los integrantes de esta iniciativa se ha mantenido, lo que también dice mucho de este proyecto, que ha crecido y ha traspasado las fronteras de Galicia.

El objetivo ha permanecido invariable, enriquecido edición tras edición con aportaciones y nuevos enfoques, sin dejar de lado cuestiones relacionadas con la coyuntura. Con el Atlas Gallego de la Empresa Comprometida, la propuesta de Economía Digital Galicia era doble de arranque. Por un lado, analizamos la responsabilidad e implicación de las empresas gallegas desde cuatro prismas complementarios, y lo hacíamos de forma premeditada: el Buen Gobierno, el Medio Ambiente, el Entorno y las Personas, cuatro categorías que con los años se han consolidado como patas de la ESG. De otro, poníamos en valor esa muestra de compromiso que supone para las empresas el simple hecho de participar en el Atlas y someterse de forma voluntaria a tan singular escrutinio.

Contábamos en la primera entrega del Atlas Gallego de la Empresa Comprometida que se trataba de un análisis que nacía con vocación de continuidad, y vaya si la ha conseguido en estos años. Y también decíamos que representaba un ejercicio de valentía, un proyecto nada convencional, que escapa de los lugares comunes de la RSC. El Atlas es la suma de un esfuerzo colectivo, el del equipo de Economía Digital Galicia y sus analistas y colaboradores. Pero hay más.

También han sido valientes las empresas que se han brindado a participar y aquellas otras que han creído en el proyecto y lo han apoyado a través de su patrocinio, dentro de ese concepto, más amplio, que es Galicia Smart Business. Con el Atlas Gallego de la Empresa Comprometida, Economía Digital Galicia también aspiraba a cubrir un hueco en el análisis de la economía real, la de sus protagonistas: las empresas. Objetivo conseguido con creces, porque estos cinco años han servido también para crecer con ediciones en otras latitudes, exportando un análisis inédito hasta ahora en medios de comunicación.

Con partners locales, y el know how generado desde Galicia, ha nacido primero el Atlas de la Empresa Comprometida de Euskadi, que ya va por su segunda edición, y también el Atlas de la Empresa Comprometida de Andalucía, proyectos gemelos que aportan valor en esas comunidades, una clara demostración del éxito de la fórmula. En este tiempo, desde Economía Digital Galicia también hemos creído en la transversalidad de proyecto. Así llegó el Atlas Urbano de la Sostenibilidad en Galicia, que este año cumplirá sus tres ediciones. Con esta iniciativa, prima hermana, la ESG y las empresas ha dado paso a las siete ciudades, a sus habitantes y a la sostenibilidad en su sentido más amplio.

Los atlas nacieron con la pandemia, en pleno confinamiento, rodeados de incertidumbre, pero transitaron después por una crisis inflacionaria sin precedentes, golpeada por las alteraciones en la cadena de suministro, y llegaron a la madurez en plena ofensiva bélica sobre Ucrania. No se puede pedir más a estos agitados años, que ahora ensombrecen las dudas sobre una globalización sin rumbo y un inevitable proceso de descarbonización de la economía que sufre el acoso de los agnósticos y descreídos, integrantes de una cofradía, la del capital por el capital, que no duda en desandar lo avanzado a golpe de negacionismo. Contra esas amenazas también muestra su compromiso Economía Digital Galicia. Y lo hace de la mejor manera que sabe, con una nueva edición del Atlas Gallego de la Empresa Comprometida. La quinta.

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Julián, Rodríguez Moscoso, director de Economía Digital Galicia

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