“Tacirupeca Jaro”

Miles de empresas, grandes y pequeñas, negocios y atenciones sociales van a verse desatendidas por falta de profesionales; está ocurriendo ya. Seguir fomentando el edadismo se convierte en una miopía que afecta a la supervivencia del mercado laboral

Frase célebre, eso sí, con muchas interpretaciones, es aquella del poeta Rilke que dictamina que la verdadera patria del hombre (Rilke desconocía las actuales dimensiones ya muy restringidas sobre la hombría) es la infancia. Los poetas aciertan siempre, dado lo ambiguo e interpretable que llega a ser su lenguaje; por eso son poetas. Pero cierto es que la infancia es ese territorio donde todo puede ser posible, donde la ilusión manda sobre el presente y el futuro no existe más allá de mañana.

Cuando niños, aquello que luego se considerará inútil, se vuelve sustancial, ocupándose el tiempo en naderías como pensar que los deseos se cumplen si lo anhelas con mucha fuerza, que, si mientes, te crece la nariz o lo capaz que puedes parecer aprendiendo de memoria el cuento de Caperucita Roja, pero al revés: Tacirupeca Jaro. Pues va a resultar que lo pensado en la patria de la ingenuidad, pudiera acabar siendo posible, aún sin desearlo con intensidad; cuando se madura.

Colaboración privada en lo público

En un reciente encuentro del presidente Rueda con directivos, Capacita Directivos, sucedido en Vigo, este defendió “dar entrada a la participación privada en la gestión del día a día”. Loable iniciativa, aunque todavía no materializada en nada específico.

Pero confiemos en esa posibilidad, amparados en el recuerdo de la credulidad de cuando infantes en su primera etapa vital, haciendo gala de la candidez propia de los comienzos. Y confiemos porque creamos que algo solo mencionado, pero con una trascendencia que exige maduración, fuese posible. Y desde esta muy humilde tribuna, al amparo de una iniciativa más albergada en Economía Digital Galicia que sobrados ejemplos ha dado ya de no ser meramente un medio de información sino también de generación de ideas y de debate, aceptamos la mano tendida y proponemos abrir una vía de diálogo y aportación de propuestas, más allá de la mera crítica y el fácil cuestionamiento de todo aquello que proceda del ámbito de lo público. En palabras del propio presidente, sacralizar lo público no implica evitar lo profano y lo mundano, mucho más inmediato, generado desde el ámbito de lo privado. Bienvenidos al nuevo mundo de la colaboración privado-pública. ¿Por qué no?

Iniciativas tengas

He aquí la propuesta concreta: Que los “escribientes” de este apartado del diario digital denominado Opinión localicemos un problema específico resoluble por parte de la Xunta de Galicia acompañado sino de una solución, al menos de un encauce del remedio, y lo ofrezcamos como sincera aportación, pero concreta, con eso llamado “de facer de man”. Y como obras son amores y no buenas razones, ahí va la primera: Presidente, qué hacemos con uno de los efectos más importantes que produce la crisis demográfica en la gobernabilidad de las empresas, la sucesión y la pervivencia de las organizaciones.

Nos encontramos ante una amenaza estructural grave que afecta de manera directa a nuestro modelo de bienestar, máxime en Galicia. Los nacidos en los años sesenta del siglo pasado, a los que se denomina Baby Boomers, pasamos ya a encontrarnos a las puertas de los templos del retiro, sino los habitamos ya.

Los miembros de la Generación X ya pueblan los puestos directivos y la Generación Y o Millenials están pidiendo paso. El problema no es tanto de calidad y ubicación como de cuantía. Son menos y, abundando, su ideal de vida difiere del veinticuatro siete que vieron en sus progenitores. Y, además, tienen razón, la vida solo dedicada al trabajo no es vida, es tan solo trabajo.

Miles de empresas, grandes y pequeñas, negocios y atenciones sociales van a verse desatendidas por falta de profesionales; está ocurriendo ya. Seguir fomentando el edadismo se convierte en una miopía que afecta a la supervivencia del mercado laboral.

Un problema deja de serlo, a pesar de no encontrarse resuelto, cuando se piensa en ello con intensidad, la misma que habrá que poner en resolverlo; la preocupación superada por la ocupación. Instamos al brazo ejecutor de apoyo empresarial de la Xunta de Galicia, el Igape, a que considere la posibilidad de crear un equipo dedicado en exclusiva a la Pervivencia y la Sucesión empresariales, que canalice, con la ayuda de lo privado, la iniciativa pública que ayude a garantizar la continuidad de las numerosas empresas y negocios en trance de desaparición. Y no se trata de dar subvenciones, sino de aportar soluciones organizadas y con base tecnológica, que no es tan complicado, vaya.

Presidente Rueda, glosando lo dicho por usted, se trata de impulsar “medidas valientes”, y “si un proyecto no es riguroso decimos que no, pero a los que hagan bien las cosas, alfombra roja”; dicho de otra manera, brafomal jaro.

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