Una solución para el elevado precio de la luz

No es de recibo que escudándose en la transición energética el Gobierno lastre la competitividad de nuestras empresas y genere un coste adicional a los consumidores en el precio de la luz

Nueva estructura tarifaria en la factura de la luz

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Desde el pasado día 1 de junio, particulares y empresas estamos sometidos a una nueva estructura del recibo de la luz. La combinación de los nuevos cargos del sistema eléctrico y de los pagos por capacidad, así como los precios de los peajes de transporte y distribución estipulados por la Comisión Nacional del Mercado de Valores hace tres meses van a permitir que la factura de la electricidad tenga un mayor componente variable con la introducción de la discriminación horaria. A partir de este mes, pagaremos menos por la potencia contratada y más por la energía consumida.

Pero las nuevas tarifas entran en vigor en un momento en el que el precio de la luz sustenta un valor muy elevado y cuya presentación, como una oportunidad de ahorro y eficiencia energética, no es tal, ya que las empresas no puede elegir mayormente en qué momento consumir más o menos electricidad, resultando penalizadas, puesto que los precios más altos coinciden con los horarios de máxima productividad.

No es el Gobierno el que fija el precio de la luz, pero sí tiene algún margen de maniobra para influir en el mismo

No es de recibo que escudándose en la transición energética el Gobierno lastre la competitividad de nuestras empresas y genere un coste adicional a los consumidores en el precio de la factura eléctrica; máxime en un momento tan delicado como el actual, inmersos en la reconstrucción de nuestra economía.

El Ejecutivo debe tomar medidas a la mayor brevedad para afrontar el elevado precio de la electricidad. No es él quien determina el precio de la luz, pero sí tienen algún margen de maniobra para influir en el mismo. Y es que el sistema de fijación de precios no se puede suprimir sin modificar previamente directivas y reglamentos europeos, pero la realidad es que en España ésta soporta un alto peso en impuestos que incluso ha venido medrando de forma constante en los últimos años.

La Comisión Europea no impide bajar el IVA de la electricidad y nuestro país podría adoptar esta medida si quisiera

Bajar el IVA –estipulado en un 21%-, eliminar el impuesto sobre la electricidad –que supone el 5,1% de la factura- o suprimir el impuesto a la generación eléctrica –de un 7%-, son algunas de las medidas fiscales que se podrían llevar a cabo para intentar paliar en parte el problema del recibo eléctrico. La Comisión Europea no impide bajar el IVA de la electricidad y nuestro país podría adoptar esta medida si quisiera.

No es el momento de cargas impositivas ni de incrementos en los costes de producción, sino de reducciones fiscales y ayudas directas, de adoptar un marco de medidas para que alcancemos una solución real y de relajar las abruptas subidas en los precios de la electricidad de los últimos años. Necesitamos un marco estable que ofrezca seguridad jurídica a nuestras empresas para conseguir viabilidad y competitividad, no solo para las ya instaladas sino también para las que lo pretendan.

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