¿Quién miente sobre el déficit autonómico, Cataluña o el Gobierno?

La Generalitat se queja del modelo de financiación, pero el Ejecutivo y diferentes expertos añaden que el problema es que se incluyen ingresos ficticios

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Las autonomías podrían hacer más para no incumplir sus objetivos de déficit. Ese es el mantra que sostiene el Gobierno en todos los años de la crisis. En 2014 lo incumplieron. Era del 1%, y llegaron al 1,7%. Y en 2015, que es del 0,7%, tampoco alcanzarán el objetivo. Y eso ha comenzado a preocupar seriamente, porque la Comisión Europea vuelve a ejercer su vigilancia.

¿Por qué ocurre? ¿Siguen las comunidades gastando más de lo que deberían, justo en un año electoral, a escasas dos semanas de las elecciones autonómicas?

El Govern de la Generalitat de Cataluña aduce que el modelo de financiación, que se debería haber modificado tras cinco años de vigencia –se puso en marcha en 2009– es muy lento a la hora de adaptarse a un nuevo ciclo económico. Si hay más ingresos fiscales, porque la actividad económica ha mejorado, ¿cómo es posible que las autonomías ingresen menos?

Una «caída técnica» de los ingresos

Y ha encontrado eco en ámbitos financieros. El servicio de estudios del BBVA considera que «la situación es bastante menos preocupante de lo que podría parecer a primera vista porque el repunte del déficit autonómico no se debe a que el gasto se haya vuelto a descontrolar sino a una caída ‘técnica’ de los ingresos que tiene su origen en el diseño del sistema de financiación regional».

Es decir, como las entregas a las autonomías se hace en base a previsiones de ingresos y liquidaciones, que se practican al cabo de dos años, las comunidades no se benefician de una inmediata mejora de los ingresos fiscales, como está ocurriendo desde el último año.

Las comunidades también deben dinero al Gobierno

Eso es cierto, y nadie lo niega. Pero también ocurrió al revés. Las liquidaciones de 2008 y 2009 fueron negativas para las comunidades. Es decir, recibieron más dinero de lo que, finalmente, se ingresó. Fue una cifra de 1.360 millones de euros. El Gobierno, dada la situación financiera de todas las autonomías, ofreció un plazo de 20 años para devolver ese dinero.

Sin embargo, ahora se ha producido otra circunstancia. El think tank Fedea, que dirige el economista Ángel de la Fuente, con un informe que firman Manuel Díaz y Carmen Martín, sostiene que las comunidades han sobrevalorado sus ingresos en los presupuestos.

Fedea afirma que las autonomías cerraron el ejercicio de 2014 con unos ingresos inferiores en 5.205 millones de euros a los presupuestados. «La desviación se concentra en las partidas de ingresos no sujetas a entregas a cuenta y liquidaciones, entre las que destacan la Enajenación de Inversiones Reales, los ingresos patrimoniales y el resto de transferencias corrientes».

Actualizar los ingresos fiscales

La cuestión es que esa práctica se repetirá en 2015. El BBVA recuerda, sin embargo, y a ello se acoge el conseller de Economia, Andreu Mas-Colell, pero también el resto de consejeros de economía autonómicos, que «con un incremento de las transferencias similar al observado en el caso de la recaudación tributaria estatal, el desequilibrio en las cuentas autonómicas se habría reducido en un 0,2% del PIB». Pero también dice que «ese avance hubiese sido insuficiente para cumplir con el objetivo fijado».

Para 2015, las comunidades han presupuestado unos ingresos superiores en 10.763 millones de euros a los ingresos no financieros de cierre de 2014.

Ese incremento tiene algunas explicaciones claras y otras no tanto. Por entregas a cuenta y liquidaciones previstas en los presupuestos generales del Estado se explican 970 millones. Por la extensión a 20 años de la devolución de las liquidaciones de 2008 y 2009, como se detallaba antes, unos 1.360 millones.

Cataluña y Valencia se acogen a un fondo que el Gobierno no reconoce

Otros 2.362 millones están en juego por las discrepancias entre los presupuestos del Estado y los autonómicos sobre las entregas a cuenta y las liquidaciones. Según Fedea, «el grueso de esta cantidad proviene de Cataluña y la Comunidad Valenciana, que han incluido en sus presupuestos un anticipo sobre el Fondo de Competitividad que no está previsto ni en la ley de financiación regional ni en los Presupuestos del Estado de 2015″.

Y los 6.070 millones que restan se explican por el aumento previsto en los presupuestos de las comunidades de los recursos no sujetos a entregas ni liquidaciones. Según Fedea, «esta previsión parece excesivamente optimista». En ese capítulo figuran los ingresos por el impuesto de transmisiones patrimoniales –a la espera de que el sector inmobiliario tire de nuevo del carro– enajenaciones de inversiones reales, y resto de trasferencias corrientes.

Un sesgo al alza en los ingresos

«Parece evidente que las autonomías han sesgado nuevamente al alza el presupuesto de ingresos en 2015. El exceso de ingresos previstos sobre lo que previsiblemente recaudarán asciende a un 0,6% del PIB, lo que implica que sobrepasarán ampliamente el objetivo de estabilidad presupuestaria fijado en un 0,7% del PIB», se sostiene.

El problema, en todo caso, es que el Gobierno central no ha querido hasta ahora, y es poco probable que lo haga antes de las elecciones generales, elaborar un nuevo modelo de financiacion que deje las cosas más claras. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, amaga con recuperar la negociación.

La financiación autonómica «se ha convertido en un caos, con un exceso de arbitrariedad», según los expertos consultados, lo que se une a las decisiones de los gobernantes autonómicos de cuadrar como sea los presupuestos, sabiendo que no lo podrán lograr, con ingresos que sólo están en el papel.

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