Casado da más poder a los barones antes de la investidura en Madrid

Tras sortear el 28-A ahora el líder del Partido Popular, Pablo Casado, se ha permitido renovar la cúpula del partido a su medida

El presidente y el secretario general del PP, Pablo Casado y Teodoro García Egea, en la sede de la calle Génova, en Madrid. / EFE

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Tras sortear el 28-A ahora Pablo Casado, el líder del Partido Popular (PP), se ha permitido hacer una renovación de la cúpula del partido a medida. La última palabra la tiene siempre él, como ha reconocido hasta Alberto Núñez Feijóo, líder moral de la baronía andante y de la familia que se denomina a sí misma centrista o moderada.

Según una información de El Mundo, Casado ha reflejado que se equivocaron de plano quienes pensaron que el PP iba a dejar de ser un partido presidencialista, ante la debilidad de la que adolecía por entonces Casado. Hubo críticos que creyeron, erróneamente, que la sola celebración de algo similar a unas primarias en 2018 los había legitimado para demandar una nueva estructura de poder.

Mantener el poder autonómico en Madrid, la Región de Murcia y Castilla y León le dio al presidente del PP una bola extra para afrontar la legislatura con una tranquilidad relativa, y ya sin cuotas.

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La consagración de Casado

Tras salvar el poder autonómico, Casado ha llenado Génova de fieles y ha consagrado su rumbo liberal y con la fuga de cerebros de Ciudadanos busca volver a recuperar los votantes decentroderecha. 

Para conseguirlo, ha empezado en el Congreso de los Diputados, donde ha situado como portavoz a Cayetana Álvarez de Toledo, que era la favorita de los suyos y no de los barones. Su nombramiento simboliza la apuesta del nuevo PP por la «vuelta a las esencias», con un discurso más enclavado en el debate de las ideas.

Con ella se cumple la promesa que hizo Casado en su primera alocución como presidente del partido: «El PP ha vuelto. Tenemos que volver para enarbolar nuestras señas de identidad de siempre». Sobre todo, opinan en su círculo más cercano, en un momento en el que el PSOE ha logrado la presidencia de Navarra gracias a los votos en blanco de Bildu y en el que Pedro Sánchez se encamina hacia un Gobierno nacional dependiente de Podemos.

Reforzar a los presidentes provinciales

El citado periódico matiza que Génova reforzará el papel de los presidentes provinciales del PP para dotarlos de una mayor voz, más interlocución con la Dirección Nacional y un mayor grado de penetración en la cocina política del partido. Esta decisión, sumada a la ganancia de poder local, le servirá para anclar la oposición a Pedro Sánchez en los hechos y no sólo en las promesas.

La nueva estrategia territorial se comenzará a desplegar en septiembre. Se trata de un paso «fundamental», a ojos de la Dirección Nacional, para la «refundición del centroderecha«, que es el objetivo último de Casado: unificar de nuevo al electorado de centro, centroderecha y derecha en torno a unas siglas únicas.

El PP cuenta con una posición de partida mucho más ventajosa que la de Ciudadanos, que no sólo no ha conseguido superar a los populares en número de diputados nacionales, sino que no preside ninguna autonomía ni ayuntamiento importante y casi siempre colabora con el PP desde una posición secundaria. 

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