El diputado Puigdemont tensa la relación entre Pdecat y ERC

Los partidos independentistas se presionan para sellar un pacto sobre los diputados suspendidos a 15 días de que expire el plazo que se fijaron

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Acostumbrado el independentismo a una sucesión de angustiosas cuentras atrás resueltas siempre in extremis cada vez que ha surgido un desacuerdo entre las fuerzas soberanistas, encara ahora una más. En esta ocasión, a vueltas con el acuerdo entre Junts per Catalunya (Jpc) y ERC sobre la forma de abordar la suspensión de Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y otros cuatro diputados procesados por el Tribunal Supremo.

El plazo límite está fijado el 2 de octubre, que es cuando se prevé el primer pleno del Parlament desde aquel que quedó interrumpido el 18 de julio precisamente a raiz del virulento choque entre las dos formaciones en torno a ese mismo asunto. Y, a falta de solo 15 días para alcanzar esa fecha, sigue sin haber acuerdo y los mensajes cruzados entre los de Puigdemont y los de Junqueras empiezan a arreciar. Este lunes, han sido el presidente del Parlament, Roger Torrent (ERC) y el presidente del Pdecat, David Bonvehí, los encargados de lanzarlos.

Las tres condiciones de Torrent

Así, Torrent ha remarcado su convicción de que se llegará a un acuerdo, pero también ha insistido en las tres condiciones que a su juicio debería cumplir: que nadie tenga que dejar el acta de diputado, que se preserven las mayorías que surgieron de las elecciones del 21-D y que los acuerdos que tome el Parlament sean efectivos, o sea, que no puedan ser impugnados. 

Son las mismas que ya apuntó el viernes en un acto en el que también participaba el presidente de la Generalitat, Quim Torra, miembro de JpC. Cuando le preguntaron entonces si las suscribía, Torra se limitó a decir que él y Torrent siempre están de acuerdo, pero luego insistió que los partidos independentistas no pueden «aceptar» las suspensiones porque eso significaría renunciar a la soberanía del Parlament, un planteamiento alejado del de Esquerra e incluso de la realidad, porque las suspensiones son efectivas desde julio, que es cuando los seis diputados en cuestión dejaron de cobrar su sueldo.

Bonvehí pide «valentía» al Parlament

Por su parte, el jefe de filas del Pdecat, formación integrada en JpC, ha abundado en una línea similar a la de Torra. Para Bonvehí, «ha de quedar claro» que Puigdemont y el resto de suspendidos «mantienen sus derechos políticos intactos». «Lo que pido es que el Parlament sea valiente a la hora de defender esos derechos», ha dicho en una entrevista en Ràdio 4. 

Cuando se le ha preguntado en su comparencencia posterior a la reunión de la ejecutiva del partido a qué se refería, se ha limitado a añadir que se trata de que el Parlament «garantice que siguen siendo diputados y teniendo todos sus derechos políticos, pero no ha aclarado si se refería a la propuesta de JpC de que sea el pleno de la cámara catalana el que acabe decidiendo sobre las suspensiones, algo a lo que hasta ahora ERC se ha opuesto.

En julio, Torrent, con el visto bueno de los servicios jurídicos, planteó que los suspendidos pudieran ser sustituidos a la hora de votar por otros diputados de su mismo grupo parlamentario, lo que a la práctica equivalía a prolongar el sistema de voto delegado que ya se estaba aplicando con ellos, pero JpC planteó que eso valiera para todos salvo para Puigdemont, y los de Junqueras se negaron a hacer excepciones. 

El falso acuerdo anunciado por Torra

Hace dos semanas, Torra anunció un acuerdo con ERC que los republicanos desmintieron ipso facto, y días después, JpC admitió que efectivamente, aún no había pacto. El pasado viernes, Torra y Torrent coincidieron en la presentación del colectivo Ciutadella, la nueva asociación de periodistas parlamentarios de Cataluña, y ambos alertaron sobre la proliferación de las fake news, pero ninguno de los dos aclaró el porqué de la noticia falsa que el presidente de la Generalitat había difundido al anunciar un acuerdo entre JpC y ERC por Puigdemont que ni existía entonces ni se ha concretado todavía.

El asunto de los suspendidos no es el único punto de fricción entre ERC y el Pdecat. Bonvehí, pese a quitar hierro a las tensiones internas que en el seno del propio partido puigdemontista supuso la retirada de la moción sobre el diálogo que previamente había acordado con el PSOE, ha recordado que, en primera instancia, los de Junqueras les habían anunciado que la votaría y que luego anunciaron que la rechazarían «pero no justificaron el porqué» de su cambio de posición.

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