El Gobierno justifica su desvío en el déficit escudándose en el empleo

Las ministras de Economía y Hacienda argumentan que anteponen la creación de empleo y el crecimiento económico al cumplimiento del déficit

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Las ministras de Asuntos Económicos y Hacienda, Nadia Calviño y María Jesús Montero respectivamente, han cerrado filas este martes en la lucha por el déficit ante la Unión Europea (UE). Después de eludir el lunes el asunto en su primer encuentro con titulares de Economía y Finanzas de la eurozona, Calviño –también vicepresidenta tercera del Gobierno de Pedro Sánchez– ha argumentado este martes que antepone la creación de empleo al cumplimiento de la senda del déficit, una estrategia que comparte con la también portavoz del Ejecutivo, Montero.

En la rueda de prensa superior al mismo Consejo de Ministros que aprobó la subida del 2% del salario de los funcionarios –efectivamente colocando el déficit más allá del 1,1% pactado con la Comisión Europea (CE)–, Montero ha afirmado que «no hay ninguna duda de que tiene que haber una pendiente que permita reducir el déficit y la deuda, pero la inclinación puede poner en cuestión la creación de empleo o el crecimiento, un elemento absolutamente prioritario a preservar por el equipo económico».

Por su parte, todavía desde Bruselas, Calviño ha insistido en que lo prioritario es tener «una senda realista que permita avanzar lo más rápido posible en la reducción del déficit y la deuda pública, sin poner en riesgo el crecimiento económico y la creación de empleo». El mismo mensaje, vamos. Y un avance de la estrategia económica del equipo de Sánchez ante la CE, que ha presionado a España exigiendo un ajuste de déficit estructural del 0,65% del PIB (unos 7.800 millones de euros) para 2020.

No obstante, Calviño ha rehusado precisar qué margen de maniobra espera que le autorice el Ejecutivo de la Unión Europea (UE), que permite desviarse del esfuerzo recomendado en un 0,5% del PIB durante dos años. Por otra parte, Montero ha añadido que apelará a la CE para utilizar el margen de las reglas fiscales y elaborar un parámetro fiscal para España «más transitable», criticando que la senda del déficit en vigor –que data de 2018– está «totalmente desacompasada con la realidad».

Calviño ha asegurado que todos estos son «objetivos compartidos» con la CE y que habrá que ver cuáles son los márgenes de flexibilidad posibles y «cómo se concretan esos principios en términos de las cifras» en los Presupuestos Generales del Estado (PGE). A su favor están las declaraciones del comisario económico europeo Paolo Gentiloni, que este lunes avisó que Bruselas vigilará el gasto público del Gobierno, pero también afirmó que desde la CE siempre hay «flexibilidad».

¿Presupuestos en verano?

En su entrevista con TVE este lunes, Pedro Sánchez se aventuró a poner fecha al aval de los PGE en el Congreso de los Diputados: «Antes de que finalice el verano». Y la ministra Montero se ha apegado al guion, remitiéndose a ese mismo lapso, fijándose «en torno al verano» como horizonte para conseguir todos los apoyos que aseguren su tramitación los meses sucesivos. Precisamente, la flexibilización de la senda del déficit será uno de los «hitos» que el Gobierno buscará antes de presentar las cuentas.

Sin embargo, Calviño ha sido más prudente al ser consultada por la línea temporal impuesta por Sánchez. Negándose a que sus declaraciones sean interpretadas en el sentido de que las cuentas estarán aprobadas como muy pronto en verano, la vicepresidenta tercera dijo: «Ese es el objetivo, claro; es decir, que retraso ninguno. De hecho estamos poniendo en marcha a buen ritmo todo el proceso de preparación». Y ha asegurado que ya se dio el «pistoletazo de salida» en aras de aprobar las cuentas «cuanto antes».

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