El Gobierno se ‘carga’ el autogobierno de las autonomías a través del FLA

El Ejecutivo de Artur Mas rechaza esa vía y denuncia un descenso en las transferencias para ofrecer luego ayudas a la tesorería

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¿Los gobiernos autonómicos se excedieron en el mejor momento del ciclo económico? ¿Gastaron lo que no tenían? El conjunto de la administración pública en España se ha visto obligado a un enorme ejercicio de consolidación fiscal, en gran parte porque la Comisión Europea ha advertido a los gobiernos españoles de que había llegado al límite.

Pero han sido los gobiernos autonómicos los grandes penalizados por ese control del déficit. El Gobierno central exhibe ahora el FLA, el Fondo de Liquidez Autonómico, como el gran instrumento que ha permitido sobrevivir a las autonomías, como Cataluña, asegurando la liquidez de la tesorería, pero a cambio de erosionar su autogobierno, reduciendo transferencias que deberían ir directamente a los presupuestos autonómicos.
 

Un problema de Cataluña, y de Madrid o Valencia

Esa es la lucha que pretende reflejar el Gobierno catalán, que se ha aventurado con un proyecto político, el soberanismo, que ahora no sabe cómo acabará. Si el Gobierno central exhibe el FLA, el Ejecutivo de Artur Mas reclama la Hacienda propia, a través de la petición de un estado propio.

Algunos expertos lo han constatado. Alejados del fervor independentista catalán, J.Ignacio Conde-Ruiz, de la Universidad Complutense de Madrid, y Juan Rubio-Ramírez, de la Universidad de Duke, han analizado en sus trabajos ese cambio en la relación entre el Gobierno central y las autonomías.

Tanto la Comunidad Valenciana, como Madrid, o Baleares, han mostrado sus quejas sobre la distribución desigual de los objetivos de déficit. Pero es Cataluña la que alza su voz con más determinación, porque, también, tiene una mayor exigencia sobre su autogobierno.
 

Más ingresos para el Estado, menos para las autonomías

Los dos autores, investigadores en Fedea, han recordado que, según los presupuestos del Estado para 2015, los ingresos tributarios aumentarán, respecto a la liquidación prevista en 2014, en unos 9.000 millones. Sin embargo, para las autonomías sólo lo harán en menos de 1.000 millones, cuando son las que soportan el gasto social.

La reducción del déficit ha sido importante en las comunidades autónomas. Conde-Ruiz y Rubio-Ramírez aseguraban en un artículo en El País, que esa estrategia «está llegando a su final, porque las comunidades no parecen tener capacidad adicional para reducir gastos», tras llegar a un déficit cercano al 1,8%, lejos del objetivo del 1% para 2014.
 

Los millones del FLA

El Gobierno, según el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, no modificará el modelo de financiación autonómico este año. Prefiere ir actuando con el FLA, que, en lo que va de año, ha ofrecido ya 18.078 millones de euros –hasta octubre–. Cataluña es la principal receptora, con 6.752 millones, y la previsión es que reciba un total de 7.258 millones.

El Govern de la Generalitat presentó este martes los presupuestos de 2015, que incluyen la recuperación de la paga extra de los funcionarios y el salario congelado de los interinos, que supone una partida de 581 millones. El 71,2% de todo el presupuesto, sin embargo, lo copa las partidas de gasto social: Educación, Sanidad, y Benestar Social.
 

Por detrás de Madrid

Para cuadrar las cuentas, entre ingresos y gastos, que aumentan un 4,2% por la paga a los funcionarios, faltan 2.500 millones. Es decir, el conseller de Economia, Andreu Mas-Colell, presentó unas cuentas que son, por ahora, ficticias. Pero lo hizo para dejar constancia de que sin otro objetivo de déficit, –el 0,7% en 2015– le será imposible ajustar el presupuesto. ¿Engaña con ellos a los catalanes?

«Los gobiernos autonómicos tienen realidades diferentes, pero Madrid se está moviendo para modificar una situación que es anómala, en relación con el fondo de competitividad», aseguró Mas-Colell, dispuesto, esta vez, a ir por detrás de la Comunidad de Madrid si consigue algún avance.
 

El déficit asimétrico entre Estado y autonomías

Cataluña, pero también otras comunidades como la Valenciana, se quejaron del reparto desigual de los objetivos de déficit. Cuando Bruselas flexibilizó el objetivo para España, del 5,5% al 5,8% para 2014, esas tres décima adicionales se las quedó la Administración central: 3,7% y se dejó el 1% para las autonomías; con el 1,1% para la Seguridad Social, y el 0% para las corporaciones locales.

Al Gobierno el FLA le sirve para todo. Cataluña, como la mayoría de comunidades autónomas, no pueden acudir a los mercados internacionales. Y el Ejecutivo de Mariano Rajoy prefirió ofrecer un fondo que podía haber sido una especie de hispanobonos, una emisión conjunta de las autonomías y el Gobierno del Estado. Pero esa idea se rechazó. En cualquier caso es «el único banco» del que dispone la Generalitat, como admite Mas-Colell.
 

Emisiones de deuda del Reino de España

Las emisiones de deuda del Reino de España entre 2012 y 2014 han sido de 730.596 millones de euros. El Govern lanza el hecho de que Cataluña representa el 19,2% de los ingresos fiscales de España. Por tanto, como recordó Mas-Colell, «el 19,2% de las emisiones, 140.274 millones» estarían respaldadas por las garantías catalanas.

Sin embargo, a través de todos los mecanismos de liquidez, la Generalitat ha recibido en el mismo periodo en forma de créditos 32.599 millones de euros, un 4,5% de esa emisión total.

 

 

El opaco modelo de financiación autonómica

Buena parte del enfrentamiento entre el Gobierno catalán y el Gobierno central se debe a esa diferencia a la hora de reducir el déficit, y el ahogo financiero de la Generalitat.

 

 

 

 

Los dos investigadores de Fedea, uno de los think tanks económicos más importantes de España, constataban el problema. Proponían una profunda reforma fiscal para mejorar la recaudación, pero también una reforma «del ineficiente y opaco sistema de financiación autonómica que ahoga a las Comunidades Autónomas y en última instancia corre el riesgo de desmantelar la sanidad y la educación pública».

Es lo que ha querido reflejar el Govern con un presupuesto para 2015 que sabe que no podrá aprobar.

 

 

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