El PSC acelera el paso y echa en la cuneta al sector crítico

Navarro mantiene la decisión de expulsar del grupo a los diputados díscolos, pese a los apoyos que han recibido

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La historia se repite. Nunca es igual, pero perviven elementos que recuerdan el pasado más reciente del PSC. La votación en el Parlament sobre la consulta soberanista ha roto el grupo parlamentario socialista. De los 20 diputados, sólo 16 votaron en contra de la propuesta soberanista, para llevar al Congreso la petición para poder celebrar un referéndum. Uno, Àngel Ros, alcalde de Lleida, renunció a su escaño y ni tan siquiera llegó a votar. Y tres diputados votaron a favor de la propuesta secundada por CiU, ERC, e ICV.

Esa votación tendrá consecuencias y evoca, de nuevo, las viejas tensiones que estallaron a mediados de los años 90 entre los llamados ‘capitanes’, los dirigentes territoriales socialistas, en su mayoría alcaldes del área metropolitana de Barcelona, y los ‘obiolistas’ el llamado sector catalanista que lideraba Raimon Obiols, que, por tres veces, fue candidato a la Generalitat y en las tres perdió frente a Jordi Pujol.

Obiolistas rejuvenecidos

¿Una historia lejana, que no viene a cuento? No tanto. El socialismo catalán vive momentos convulsos, como entonces, porque el movimiento independentista ha logrado la hegemonía en la política catalana, ha marcado el terreno de juego, como en su día lo hizo el pujolismo. Y la actual dirección del PSC ya no quiere transigir más, ya no quiere seguir la estela que marca CiU y ERC, ni tampoco seguir a aquel sector catalanista rejuvenecido ahora, firmando manifiestos, aunque ya muchos tengan más de 60 años.

Los diputados Marina Geli, Joan Ignasi Elena –fiel representante de aquella línea obiolista– y Núria Ventura, que vive en las Terres de l’Ebre la presión de las comarcas catalanas –con un mayor fervor nacionalista que en el área metropolitana– no quieren abandonar sus escaños, como le pide la dirección. Navarro les ha dado tiempo hasta el domingo. Puede que en ese lapso alguno de esos diputados entregue su acta de diputado. Pero la dirección, con Navarro y Antoni Balmón a la cabeza, no se inquietan. Ya llegará.

Cultura política

Es cierto que en el PSC siempre ha habido diferencias sobre la cultura política de partido, más que ideológica. Y ese rejuvenecido sector obiolista se queja de las formas, de la falta de tacto, de la poca discusión de las cosas, del ordeno y mando en las ejecutivas, dominada por los alcaldes. Pero la dirección esgrime los órganos internos, el consejo nacional del partido, que avaló a Navarro con un 83% de los votos.

¿Qué la dirección controla ese consejo nacional? Hay congresos, hay corrientes internas, hay un trabajo entre la militancia que algunos de aquellos príncipes del obiolismo nunca quisieron hacer. Pero se dividió el trabajo: el aparato para los alcaldes y funcionarios de partido, y los cargos y consellers cuando se pudo gobernar la Generalitat, para los divinos.

Navarro, dispuesto a seguir

Pero, al margen de todos los errores, que han cometido todos, Pere Navarro quiere continuar el trabajo emprendido desde que accedió a la primera secretaría del PSC. Y considera que seguir el proyecto soberanista, –aunque CiU y ERC insisten en que lo que piden es la posibilidad sólo de convocar un referéndum– acabará dejando el partido sin base electoral.

El problema para Navarro, con las tareas ejecutivas en manos de Balmón, es que no tiene mucho tiempo. La votación de este jueves en el Parlament no conducirá a nada. Y el President Artur Mas acabará convocando elecciones anticipadas, aunque las considere como plebiscitarias. Lo podría hacer en el mismo mes de noviembre, semanas después, cuando compruebe que el 9 de noviembre –la fecha acordada– no habrá consulta.

Y en ese tiempo Navarro difícilmente podrá enderezar el partido. Aunque la decisión esté tomada, reforzando los lazos con el PSOE, al entender que sólo con los socialistas del resto de España se podrá influir en una reforma de la Constitución, o en los cambios que sean necesarios para mejorar el encaje de Catalunya en España. Necesita explicar y explicarse. Y un nuevo proyecto requiere constancia y tiempo.

Los apoyos de los díscolos

Geli, Elena y Ventura, en cambio, esperan que se produzca algún cambio interno. En la tarde de este jueves los viejos dirigentes catalanistas, los de toda la vida, difundieron un manifiesto de apoyo a los diputados díscolos, reclamando un referéndum soberanista, y considerando un error enorme la votación del PSC en el Parlament.

¿Y quiénes son? Montserrat Tura, Antoni Castells, Joaquim Nadal, Maria Badia, Joan Majó, Pia Bosch, Martí Carnicer, Antoni Comín, Joan Manuel del Pozo, Daniel Font, Àlex Masllorens, Manuel Nadal o Manuel Royes están entre los firmantes.

Parece como si no hubiera pasado el tiempo.

El PSC quiere ser ya otra cosa. Buscando acuerdos con el PSOE, centrados en el eje izquierda-derecha, catalanistas como siempre, pero no independentistas.

¿Se hundirá? Fuentes de la dirección asumen el riesgo. Pero aceleran el paso tras las decisiones tomadas hace ya algunos meses.

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