La ANC sufre atrofia muscular: de los miles a los cientos

Las manifestaciones de la ANC de esta semana tocan techo de asistencia en las 200 personas, pero la baja convocatoria se arrastra desde hace meses

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Las multitudinarias concentraciones convocadas por la Assemblea Nacional Catalana (ANC) con las que la entidad independentista se coronó como el todopoderoso brazo civil del soberanismo son cosa del pasado. Las dos manifestaciones de esta semana, a las que acudieron unas decenas de personas, son la prueba más reciente de un pinchazo que se arrastra desde hace meses.

Viendo las imágenes y leyendo los recuentos de las movilizaciones de esta semana cuesta creer que fueron convocadas por la misma organización que en alguna Diada superó con creces el millón de personas en Barcelona. Pero es el mismo curso que han seguido las Diadas desde que tocaron techo en 2014, cuando la Guardia Urbana cifró en 1,8 millones la asistencia. Los conteos desde entonces solo han caído.

La próxima semana se cumplirán cinco meses desde la última gran concentración de la entidad presidida por Elisenda Paluzie. Hacía frío, era febrero, y recién iniciaba el juicio al procés en el Tribunal Supremo. En aquella ocasión, el independentismo llenó la Gran Via de Barcelona para protestar contra la causa judicial, sin saber que algunas cosas se enfriarían todavía más pese a los cambios estacionales.

De las 200.000 personas que, según la Guardia Urbana, participaron en la última multitudinaria marcha de la ANC, los soberanistas que salen a la calle se han reducido a entre 100 y 200 personas, a lo sumo, según constató Economía Digital este jueves en la protesta ante la fachada principal de la Diputación de Barcelona, en la Rambla de Cataluña, por el pacto de JxCat con PSC para formar Gobierno en ese órgano.

Es decir, que en cinco meses el músculo social más visible de la ANC se ha reducido en 10.000 veces, con lo que su capacidad de maniobra ante los dirigentes políticos de los partidos independentistas queda tremendamente mermado. No es lo mismo exigir que se cumpla una hoja de ruta con cientos de miles de manifestantes en la calle, que con unos cuantos cientos.

Así han pinchado las últimas manifestaciones de la ANC

Después de la huelga contra el juicio del 1-O, el 16 de febrero, todo ha sido cuesta abajo para la Assemblea. De las siete concentraciones convocadas oficialmente por la entidad de Paluzie, solo dos han superado la asistencia de 5.000 personas. Una fue en Madrid, un mes después de la de febrero en contra del juicio, cuando miles de soberanistas se trasladaron a la capital para nuevamente cuestionar al Supremo.

Aquella, la primera gran protesta del separatismo en Madrid, provocó un choque entre el Gobierno y la ANC, cuyas cifras de asistencia no se correspondieron. Mientras la organización habló de 120.000 manifestantes, la delegación del Gobierno en la ciudad capital rebajó el tiro a apenas 18.000. No es inusual que haya guerra de cifras en estas concentraciones, pero tampoco es común que la diferencia sea tan impresionante.

La única otra manifestación de la ANC en estos meses fue hace un mes, por el mismo motivo. Según la Guardia Urbana de Barcelona, la entidad –convocante junto con Òmnium Cultural y las formaciones soberanistas JxCat, ERC y la CUP– logró que 25.000 personas se manifestaran en la ciudad condal para exigir la anulación de la causa del 1-O, coincidiendo con la semana en la que acabó el juicio oral.

Las otras cinco concentraciones de las siete que se han celebrado desde febrero no han sido lo que llamamos profusas. El 23 de marzo, 3.500 personas acompañaron a la entidad en el Día Internacional contra el Racismo; el 1 de mayo apenas 700 se unieron a su marcha por los trabajadores; y el 3 de mayo, la asistencia subió levemente hasta los 1.500, siempre según la Guardia Urbana.

Las dos restantes fueron las de este miércoles y este jueves, por el pacto de la Diputación de Barcelona. Unas 200 personas asistieron a cada una de estas protestas, cuando faltan dos meses para la Diada, lo que seguramente activa las alarmas en el despacho de Paluzie, que debe estarse preguntando: «Si la Diada no es masiva, ¿cómo serán las protestas contra las sentencias del 1-O?».

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