Moderna prevé que su vacuna de coronavirus llegue en marzo

El consejero delegado de la farmacéutica fija como calendario "razonable" para la vacunación el primer o segundo trimestre de 2021

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Ante las prisas de la clase política para tener en breve una vacuna contra el coronavirus así implique una relajación de los protocolos de seguridad de los ensayos clínicos, Moderna hace un llamamiento a la calma. El consejero delegado de la farmacéutica estadounidense, Stéphane Bancel, ha fijado como calendario «razonable» para la vacunación los últimos días de marzo de 2021 o el inicio del mes de abril, no antes.

«Creo que una aprobación a finales del primer trimestre o inicios del segundo trimestre es un plazo razonable, según lo que sabemos de nuestra vacuna», ha explicado Bancel este pasado miércoles en una conferencia organizada por el Financial Times. Se refería al posible inicio de la campaña de vacunación masiva que se pretende hacer para poner freno a la pandemia, que podría desplegarse antes para la población de alto riesgo.

Sus declaraciones contradicen a Donald Trump, que en el debate presidencial de esta semana insinuó que podría haber una vacuna antes de las elecciones del 3 de noviembre. «Existe la posibilidad de que tengamos la respuesta antes del 1 de noviembre», aseguró el presidente estadounidense dos días antes de dar positivo de Covid-19, como se ha anunciado durante la madrugada de este viernes.

Trump aseguró en ese debate con el candidato demócrata Joe Biden que se había contactado con farmacéuticas como Moderna, Pfizer y Johnson & Johnson y que presuntamente le trasladaron que podría haber una vacuna «mucho antes». «Pueden ir mucho más rápido que eso», dijo el candidato republicano a la reelección, rechazando el calendario mucho más comedido que han trazado los científicos de todo el mundo.

El consejero delegado de Moderna también ha explicado que la compañía está reforzando su capacidad de fabricación de cara a la aprobación de su vacuna. «Estamos tratando de adelantarnos realmente al juego, de modo que si la seguridad es buena y la eficacia es buena, la fabricación no retrasará la disponibilidad de una vacuna en caso de uso de emergencia», ha manifestado Bancel.

Un estudio preliminar publicado recientemente apuntó a que la vacuna de Moderna podría actuar de forma decisiva en pacientes de alto riesgo como las personas mayores, que se prevé que tendrán prioridad en la campaña de vacunación. La autorización para uso de emergencia impulsará esta estrategia, ha asegurado el responsable de Moderna, y la empresa podría conseguirla tan temprano como el 25 de noviembre.

Sin presiones políticas

La politización de la vacuna en Estados Unidos durante la recta final de la campaña electoral ha disparado las dudas sobre si el Gobierno de Trump está ejerciendo presión a las farmacéuticas para que aceleren sus procesos y la tengan lista en breve. El propio mandatario ha sugerido que las pautas de aprobación de vacunas tienen un componente «político» e incluso ha amenazado con tumbarlas si lo considera necesario.

Pero Moderna asegura que no ha recibido ninguna presión política para agilizar el desarrollo de su vacuna. «Nadie, desde que entramos en esta carrera contra el virus a principios de enero, de ninguna rama de gobierno de ningún país, nos ha pedido que vayamos más rápido o más lento», ha afirmado Bancel. El consejero delegado de la farmacéutica también ha ratificado su compromiso con el proceso de aprobación de la vacuna.

Pfizer, otra de las empresas que tiene en etapa muy avanzada su vacuna, sí que podría tenerla lista antes de las elecciones estadounidenses, puesto que la aprobación para su uso de emergencia podría darse a finales de octubre.

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