Sánchez fracasa en la primera votación y abre la puerta a la gran coalición o a elecciones

El líder del PSOE, que se someterá a una segunda vuelta el viernes, sólo consigue el apoyo de Ciudadanos

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La primera votación de la sesión de investidura de Pedro Sánchez se ha saldado con un fracaso. Todo según el guion: sólo Ciudadanos ha apoyado la candidatura del líder socialista a la presidencia del Gobierno. La diputada de Coalición Canaria ha concedido su abstención.

Sánchez ha logrado los 90 votos de su partido y los 40 del de Albert Rivera. Son 130 apoyos que se quedan muy lejos de los 176 que configuran la mayoría absoluta en el Congreso. El viernes, el socialista se someterá a una segunda vuelta en la que le bastará con la mayoría simple.

Segunda votación, el viernes

Pero a juzgar por cómo ha transcurrido la sesión y a la dureza tanto del líder del PP, Mariano Rajoy, como del de Podemos, Pablo Iglesias, con la propuesta de Sánchez, todo apunta a que el candidato tampoco saldrá triunfante de esa nueva votación.

Arrancarán entonces dos meses cruciales para la política española. Dos meses de intensas negociaciones que pueden acabar en tres escenarios diferentes: la gran coalición, un pacto de la izquierda o la convocatoria de nuevas elecciones.

Tres posibles escenarios

El pacto de izquierdas está en este momento muy descartado. Sánchez ha dejado muy claro durante sus intervenciones de estos días que «la izquierda no suma». Para que esa propuesta, una alianza del PSOE, Podemos, IU y Compromís, saliese adelante, sería necesaria la abstención de las fuerzas independentista catalanes y esa es una frontera que el líder socialista no quiere atravesar.   

La constitución de una gran coalición, configurada por PP, PSOE y Ciudadanos, tampoco parece fácil por la reticencia de los socialistas a pactar con el PP. Pero a estas alturas ya se ha dado un paso en esa dirección: el acuerdo entre Sánchez y Rivera.

La decisión de Rajoy

Falta que se sumen los populares y eso podría pasar por la renuncia de Mariano Rajoy. Rivera ha pedido durante su discurso de este miércoles que el presidente en funciones se vaya y deje paso a algún otro líder de su formación que sea partidario de hacer reformas.

Ahora, habrá que ver si a partir de la semana que viene, Sánchez, que durante estos días ha abogado por el «diálogo» y por no establecer líneas rojas, se suma a esa petición y abre así la puerta a esa gran coalición.

Jugada a la catalana

También está por ver si Rajoy se aviene a marcharse a cambio de que su partido pueda permanecer el gobierno. Una jugada que sería muy similar a la que ya realizó Artur Mas en Cataluña hace unos meses al dejar paso a Carles Puigdemont. Y también se verá si el PP pide a cambio de un hipotético paso atrás de Rajoy la cabeza de Sánchez.

Son muchos los interrogantes que penden sobre la política española. La única seguridad es que si las fuerzas políticas no logran materializar ninguno de estos dos pactos, las nuevas elecciones quedarán convocadas por ley y de forma automática a principios de mayo y se celebrarán a mediados de junio.

La valentía de Sánchez

Son unas nuevas elecciones que casi nadie quiere. Pero si llegan a convocarse, Sánchez podrá presumir de su valentía al haberse sometido a una investidura que estaba predestinada al fracaso. De eso es, quizá, de lo único que le habrá servido esta intensa semana de debate parlamentario.

Economía Digital

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