Casado salta sobre Cospedal y aspira a liderar la renovación

Casado podría ser el ganador del Congreso del 20 y 21 de julio gracias a la derrota de Cospedal, que entregaría sus apoyos para frenar a Sáenz de Santamaría

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Que las primarias las carga el diablo y siempre alcanzan a aquellos que pilotan las maquinarias de los partidos, es algo que conoció Joaquín Almunia, cuando era secretario general del PSOE, al igual que Susana Díaz, que tenía el apoyo de todo el aparato del partido.

El PP ha confirmado la maldición. La gran perdedora ha sido la todopoderosa ex secretaria general, María Dolores de Cospedal, que se queda fuera de la disputa en el próximo congreso. Ya es historia. Solo puede conformarse con sumar sus votos a los de Pablo Casado en el Congreso para que Soraya Sáenz de Santamaría no sea la próxima presidenta del partido. 

Independientemente del resultado final y de que la exvicepresidenta gane en la primera vuelta, el joven dirigente popular es el ganador moral de la elección y se disputará el liderazgo en la votación final de los compromisarios en el próximo cónclave.

El último tramo del recuento de votos ha exigido una foto finish por el sprint de Soraya Sáenz de Santamaría para alcanzar a Pablo Casado, que ha figurado al frente del recuento hasta el último momento.

No era fácil establecer pronósticos. Por primera vez, el Partido Popular estrenaba democracia interna. En las anteriores ocasiones ni el fundador, Manuel Fraga Iribarne ni los presidentes que le sucedieron, José María Aznar y Mariano Rajoy, habían pasado el filtro democrático de la elección directa por los militantes.

Expectación en la sala del PP. EFE

Expectación en la sala del PP. EFE

El proceso ha durado poco más de un mes. La precipitada dimisión de Mariano Rajoy y la negativa Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta, de encabezar una candidatura de consenso, hizo obligatorio un experimento con fuego real.

La primera sorpresa fue el conocimiento del censo real del partido que presumía de ser el de más militantes de toda Europa. De 800.000 que presumían, el recuento real no ha alcanzado la décima parte. 

Pablo Casado tiene su victoria pendiente de la investigación sobre su máster bajo sospecha​

Hay quien hoy ha recordado el chiste que se contaba antes de las primeras elecciones democráticas sobre el Partido Socialista Popular del que se decía que sus miembros cabían en un taxi: Enrique Tierno Galván, Raúl Morodo y el que manejaba la multicopista.

Pablo Casado, que tiene pendiente su victoria de la investigación sobre su máster bajo sospecha, se lanzó a recorrer España con su coche, para hablar con los militantes, rememorando lo que hizo Pedro Sánchez con su viejo Peugeot. Ahora está a punto de ser proclamado ganador oficialmente por delante de quien era la todopoderosa vicepresidenta del Gobierno y de la secretaria general, María Dolores de Cospedal.

Que un tercero en discordia dispute el sprint indica claramente el cansancio de los militantes del PP de la era Rajoy y de quienes le han acompañado en primera fila.

¿Hay posibilidades de pacto entre Santamaría y Casado?

Todo está abierto y la incertidumbre durará todavía unas semanas. No parece fácil que quien se ha presentado como la renovación quiera pactar con el aparato que también representa Sáenz de Santamaría.

¿Son suficientes estos resultados para garantizar la renovación que exige la supervivencia del PP como referencia de la derecha española?

Todo indicaría que el que más posibilidades tiene de representar la renovación es Pablo Casado. Pero a buen seguro que las fuerzas ocultas que juegan con la legitimidad de su máster en entredicho, seguirán trabajando para cerrarle el paso.

Lo más sorprendente que tardaremos en digerir es que el futuro del centro derecha lo hayan decidido apenas 50.000  militantes. La radiografía del PP ha demostrado que era un organismo extremadamente delgado. Mucho más de lo que se suponía.

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