La corrupción encuentra espacio en la empresa española

El 94% de los altos cargos cree que su empresa usaría atajos si es necesario y casi un tercio considera que las prácticas ilegales son habituales

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La corrupción es una de las principales preocupaciones de los españoles –según el  informe del Centro de Investigaciones Sociológicas de abril, es la cuarta–. Sin embargo, cada vez campa más a sus anchas, según se desprende de la decimosegunda edición del estudio ‘Global Fraud Survey 2012’ (‘Estudio sobre fraude global’) realizado por Ernst & Young.

El informe indica que el 94% de los encuestados considera que la dirección de su compañía estaría dispuesta a tomar «atajos» para conseguir sus objetivos, cuando la media europea está en el 56%. Sin embargo, el 60% de los directivos opina que las prácticas corruptas en el entorno empresarial no se producen en España. Pese a ello, es cuanto menos inquietante que un 34% sí las reconoce como habituales, frente al 22% de la media en el Viejo Continente.

Aceptación de regalos

Otro dato que da que pensar es el aumento del porcentaje de los que no ponen objeción a los regalos de carácter personal. En un año ha pasado del 2% al 12%. O también que el 26% de los directivos españoles justifica el uso de regalos relacionados con el ocio y el entretenimiento a cambio de poder abrir un negocio, un 10% más que hace un año. Por otro lado, la aprobación del soborno en metálico ha bajado del 18% al 12%.

El socio responsable de Forensic de la firma de auditoría y consultoría, Ricardo Noreña, ha explicado que el actual escenario de la actividad económica «puede generar una relajación en el nivel de compromiso con la ética en los negocios y el consiguiente aumento del fraude, el soborno y la corrupción».

Países emergentes comportan fraude

Por otro lado, el estudio destaca que el 46% de los profesionales consultados reconoce que la expansión de las empresas españolas en los países emergentes puede conllevar un aumento de los riesgos relacionados con el fraude y la corrupción, frente al 61% del resto de Europa.

«A la hora de gestionar la relación con los intermediarios, las empresas españolas optan, principalmente, por la comprobación de los antecedentes de terceros por las bases de datos de proveedores aprobados, así como por la verificación de quiénes son los propietarios de la sociedad que tiene relación con la compañía», señala Ernst & Young, aunque matiza que en un porcentaje menor que la media europea.

Más supervisión

El 90% de los consultados por la consultora afirma que es «necesaria» una mayor supervisión por parte de las autoridades y organismos reguladores con el fin de reducir el riesgo de fraude, soborno y corrupción.

Economía Digital

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