La vacuna rusa del coronavirus es segura, según ‘The Lancet’

Ninguno de los participantes en el ensayo clínico de la vacuna rusa desarrolló reacciones adversas graves y generaron anticuerpos en un periodo de 21 días

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La vacuna rusa podría segura. El prototipo contra la Covid-19 que han desarrollado científicos rusos genera anticuerpos sin provocar efectos adversos. Así lo ha asegurado un estudio difundido por la revista médica británica The Lancet, publicado semanas después de que el gobierno de Putin anunciase que tenía la vacuna Sputnik V sin aportar detalles de pruebas clínicas. 

El grupo de expertos encontró que dos formulaciones –una congelada y otra liofilizada– consta de dos partes que son «seguras». Los investigadores no pudieron apreciar reacciones adversas graves en todos los participantes del ensayo clínico durante más de 42 días y produjeron anticuerpos en un plazo de 21 días. 

Los resultados secundarios de los ensayos –no tan relevantes como los primarios– llevan a pensar que las vacunas producen asimismo respuesta de células T en un plazo máximo de 28 días, que matan patógenos o células infectadas. Según el artículo recogido por Efe, la formulación congelada está diseñada para su uso a gran escala, mientras que la liofilizada se desarrolla para regiones de difícil acceso, ya que se almacena a temperaturas de 2 y 8ºC.

Respuesta de células T

La vacuna incluye dos vectores de adenovirus –el llamado tipo 26 de adenovirus humano recombinante o rAd26-S y el tipo 5 de adenovirus humano recominante o rAd5-S-, modificados para expresar la proteína del pico SARS-CoV-2, herramienta clave que el virus utiliza para invadir las células humanas.

Ese tipo de vectores de adenovirus ya se han empleado en muchos ensayos clínicos de manera segura, según el estudio, que apunta que estas vacunas tienen como objetivo estimular ambos brazos del sistema inmune: los anticuerpos y las repuestas de las células T, de forma que ataquen el virus cuando circule por el organismo y también las células infectadas por el SARS-CoV-2.

El autor principal, Denis Logunov, del Centro Nacional de Investigación para Epidemiología y Microbiología (Rusia) comentó que «cuando las vacunas de adenovirus entran en las células de las personas, generan el código genético de la proteína spike del SARS-CoV-2», que ocasiona que las células produzcan esta proteína.

Vacuna de refuerzo

Logunov defendió que este sistema ayuda a «enseñar al sistema inmunitario a reconocer y atacar el virus del SARS-CoV-2», aunque ha precisado que para «formar una respuesta inmunológica potente contra el virus, es importante proporcionar una vacuna de refuerzo». 

En este sentido, Logunov puntualizó que las vacunas de refuerzo que usan el mismo vector de adenovirus «podrían no producir una respuesta efectiva, pues el sistema inmunológico podría reconocer y atacar el vector» y esto «impediría que la vacuna entrar en las células del cuerpo». 

Los ensayos se llevaron a cabo en dos hospitales rusos con adultos de entre 18 y 60 años, que se aislaron tan pronto se registraron para participar en las pruebas clínicas y permanecieron en los centros médicos durante los primeros 28 días.

«Limitaciones» del estudio

Entre algunos de los hallazgos, vieron que ambas formulaciones resultaron seguras y se toleraron bien y entre los eventos adversos más comunes figuraron dolor en el lugar de la inyección (en un 58% de participantes), hipertermia (en un 50%), dolor de cabeza (un 42%), astenia (un 28%), y dolor muscular y de articulaciones (24%).

Sobre las «limitaciones» del estudio, incluyeron el corto periodo de seguimiento (42 días); que se trate de una investigación «pequeña», que algunas partes de la primera fase de los ensayos incluya solo a voluntarios varones y que no hubiese placebo.

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