Podemos presiona a Sánchez y a Calviño para aprobar los 11.000 millones en ayudas el martes

La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, propone fiscalizar a las empresas y autónomos que reciban estas ayudas y su entorno habla del próximo 16 de marzo para aprobar la medida.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez (izq), conversa con el vicepresidente Segundo, Pablo Iglesias, en el Palacio de la Moncloa / EFE

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez (izq), conversa con el vicepresidente Segundo, Pablo Iglesias, en el Palacio de la Moncloa / EFE

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Unidas Podemos eleva la presión para que el Gobierno asuma la mitad de los 11.000 millones anunciados por Pedro Sánchez para ayudar a los sectores más castigados por la crisis sanitaria y económica, principalmente hostelería, turismo y restauración. El vicepresidente segundo Pablo Iglesias busca que sean ayudas directas y que el plan sea aprobado el próximo martes en Consejo de Ministros. Mientras que el entorno de la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, habla ya del próximo 16 de marzo, dentro de dos Consejos de Ministros.

«No podemos esperar más», añadió el líder de Podemos en el seno del Consejo de Ministros celebrado este pasado martes. Los partidos, sindicatos, patronal e incluso el Banco de España apremian al Gobierno para que apruebe cuanto antes el paquete anunciado por Sánchez que consta de 11.000 millones para salvar a las empresas, pymes y autónomos, ahogados por las medidas restrictivas para frenar el coronavirus.

«La presión entre ministerios es insoportable respecto a este asunto», detallan fuentes conocedoras a Economía Digital. La aprobación de estas ayudas genera cada vez más divergencias conforme avanza el tiempo. Varios ministros están rivalizando desde sus respectivos negociados con Calviño, la responsable, al fin y al cabo, de elaborar el plan.

Los morados piden que el Gobierno asume la mitad de estas transferencias directas y las comunidades autónomas la otra mitad con el dinero de los fondos europeos. Uno de los que ejerce más presión es Nacho Álvarez. El secretario de Estado de Derechos Sociales ya señaló que «lo que el Estado no gaste ahora en ayudas directas a empresas para evitar aumentos de la deuda pública, se lo podría terminar gastando en subsidios por desempleo si quiebran las empresas en situación de fragilidad».

«No se trata de dar más créditos, ya lo hicimos en noviembre ampliando el programa, ahora analizamos ayudas directas«, respondió este miércoles Calviño. «Cuando gestionamos dinero de todos los contribuyentes tenemos que tener muchísimo cuidado para que las ayudas lleguen a quien tiene que llegar», advirtió poniendo en foco en la posible condicionalidad.

Fuentes gubernamentales consultadas por ED explican que Calviño «no se opone a que sean ayudas directas», pero exige un sistema de condicionalidad que debe trabajarse. Es decir, que las empresas y autónomos que deseen solicitar estas ayudas no haya accedido a la línea de financiación del ICO y, además, demuestren que sus problemas de liquidez son temporales y achacables, por tanto, a las limitaciones de movilidad de la población decididas por el Gobierno. Asimismo, también se plantea que las ayudas sean devueltas si no se destinan a los colectivos especificados por el Gobierno.

El Banco de España reclama ayudas directas y no quitas de sus deudas

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, reclamó nuevamente este miércoles ayudas directas para las empresas y no quitas a sus deudas.

Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España. Fuente: EFE

En un discurso pronunciado en la Universidad Autónoma de Madrid, Hernández de Cos explicó que si los problemas de liquidez de las empresas acaban convirtiéndose en problemas de solvencia podrían salpicar a los bancos y su morosidad acabaría subiendo. Algo que siempre sugiere Calviño en privado, evitando volver al germen de la crisis de 2008.

Hernández de Cos considera que esas ayudas directas a las empresas «evitarían un deterioro, potencialmente relevante, de la posición patrimonial del sector bancario, lo que resulta crucial para impedir que esta crisis incorpore un elemento financiero adicional que podría hacerla mucho más persistente, como demostró la anterior crisis internacional».

Con este tipo de ayudas, sostiene el gobernador, «el sector bancario podría, a través de la concesión de créditos a familias y empresas, contribuir  a la reactivación de la economía una vez que se supere la pandemia, que, a buen seguro, precisará del correcto funcionamiento del canal crediticio, tan relevante en las economías europeas».

El gobernador del Banco de España dio un aviso: la banca podría endurecer las condiciones para dar los créditos los próximos trimestres y si esto sucede «dañaría seriamente la recuperación económica», como ya sucedió en algunos momentos en la anterior crisis.

Díaz se enfrenta a Calviño en público

El malestar en el seno del Gobierno por este plan se ha vuelto a trasladar a la opinión pública. Yolanda Díaz y Nadia Calviño han discrepado públicamente sobre las ayudas directas a las empresas.

Según la ministra de Trabajo y Economía Social, el Gobierno debería dar «ya» estas ayudas porque con los ERTE «no es suficiente». Sin embargo, la vicepresidenta tercera del Gobierno, Nadia Calviño, ha defendido que el Ejecutivo lleva desde el principio de la pandemia dando ayudas directas.

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en una intervención en el Congreso de los Diputados. Foto: E.P.

Díaz ha defendido en una entrevista en TVE dar «ya» ayudas directas a las empresas porque con los ERTE «no es suficiente» para «mantener la estructura productiva» y se ha mostrado confiada en que el Gobierno «lo va a trabajar» y «va a avanzar» con medidas en ese sentido. «Hay que tomar ya medidas que ayuden directamente a las empresas. Hablo de los costes fijos. Tenemos que contener el riesgo del sistema productivo que tenemos en muy malas condiciones: el sector de la hostelería, servicios, cultura, agencias de viaje… Necesitan algo más que ERTE. O hacemos esto o van a caer», advirtió la ministra.

Pese a que Díaz asumiera que «hay diferencias» en el seno del Ejecutivo. Calviño, quizás más elegante, las negó señalando que el Ejecutivo lleva desde el principio de pandemia dando ayudas directas. «No hay ningún tipo de desacuerdo en el Gobierno; al revés, el conjunto del gobierno sabe muy bien en lo que estamos trabajando», recalcó la vicepresidenta económica. «Niego la mayor», enfatizó Calviño, recalcando que en términos de PIB, España es el país que «más ayudas directas está dando».

Un aspecto que despistó este martes a Unidas Podemos fue el mensaje de la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, señalando que «podría caber la posibilidad de algún tipo de medida fiscal» dentro del nuevo paquete de ayudas que el Gobierno prepara en apoyo de las empresas, sin realizar más concreciones. Fuentes de Podemos insisten en que no saben a lo que se refiere Montero y a veces tienen «dudas» de si están en las mismas reuniones, señalan a ED.

En estos momentos, el debate existente en el seno del Gobierno consiste en buscar la fórmula idónea que armonice la no exclusión de estas ayudas de las pymes que no solicitaron, en su día una inyección de liquidez mediante la línea de avales del ICO con edificar unos cimientos que eviten convertir la crisis económica en una financiera.

Las fuentes consultadas aseguran que la solución que busca Calviño pasa por hacer converger estas dos líneas de actuación. Es decir, dedicar una parte de los 11.000 millones a ayudas directas a fondo perdido, sobre el 25-30% (unos 3.000 millones) para ayudas directas a pymes y a autónomos, a fondo perdido y cumpliendo con la condicionalidad, ya explicada. Un porcentaje que no convence a Unidas Podemos. De ahí la tensión en las negociaciones y las prisas por que se apruebe de inmediato.

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