Sánchez anticipa una «nueva etapa» en Cataluña tras la aprobación de la ley de amnistía

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, reconoce que el adelanto electoral ha sacudido el "tablero político"

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a la vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. EFE/Chema Moya

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha vaticinado que la aprobación de la ley de amnistía en el Congreso de los Diputados, pero también la convocatoria de elecciones anticipadas en la comunidad autónoma, permitirán abrir «una nueva etapa» en Cataluña. Después de celebrar el «paso» dado, ha remarcado que nadie puede dudar de la «estabilidad» del Gobierno.

A pesar de que ha reconocido que la convocatoria de elecciones en Cataluña antes de lo previsto ha sacudido «el tablero político», ha celebrado que la legislatura avance «paso a paso» con el respaldo parlamentario que evidencia la amnistía. En cuanto a la renuncia a presentar las cuentas para este año, se ha escudado en el «realismo político».

El avance electoral impulsado por el líder del Ejecutivo catalán propició la decisión de Sánchez, que se decantó por «leer el momento» a pesar de que estaban manteniendo reuniones para aprobar los presupuestos e incluso habían cerrado algunos preacuerdos con partidos políticos bajo el propósito de presentar las cuentas públicas para este año.

Renuncia a presentar los Presupuestos

«No es tema de deslealtad», ha subrayado en relación con los reproches de la plataforma encabezada por Yolanda Díaz, que lo ha acusado de tomar una decisión de forma «unilateral». En contraposición, Sánchez ha asegurado que se trata de una «decisión política» y han evitado ahondar en las «responsabilidades» de la formación teniendo en cuenta que han sido los Comunes quienes han rechazado apoyar al Govern.

En este punto, ha aprovechado para asegurar que manejan «muy bien» los vigentes presupuestos prorrogados, dado que ya incluyeron políticas como la subida del salario de los empleados públicos. Sin embargo, sí ha admitido que sin las cuentas públicas algunas inversiones no se podrán acometer, por lo que las trasladarán a los partidos políticos para la negociación del próximo ejercicio que comenzará en mayo.

Desde Moncloa, han asegurado que el adelanto electoral no les ha pillado por sorpresa ni tampoco «descolocados», puesto que habían vislumbrado el riesgo de que Aragonès no consiguiese los apoyos necesarios para que las cuentas públicas catalanes prosperasen. También han descartado que el el hecho que el acuerdo no haya prosperado por los Comunes les perjudique, puesto que han asegurado que el candidato socialista, Salvador Illa, dispone de un proyecto «muy sólido».

En este contexto, vislumbran un horizonte desde el que dar comienzo a una «nueva etapa» en Cataluña, puesto que las elecciones catalanas les pillan con «muchas ganas» y llegan en un buen momento porque «hay que jugar con las cartas que hay» sobre la mesa. En ese escenario juega su papel la ley de amnistía que, tras el visto bueno en el Congreso, pasa a iniciar su trámite en el Senado. Pero, descontando su paso por la Cámara Alta y los posibles cambios que allí pueda realizar la mayoría absoluta del PP, el texto volvería al Congreso para su aprobación definitiva en los términos aprobados.

Una texto cuya aprobación, como destacó el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, supone «un paso definitivo para la normalización política y la convivencia en Cataluña». «Pronto, quienes han votado en contra reconocerán su aportación a la reconciliación» y «se arrepentirán de las barbaridades que hoy nos dicen», sentenció.

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