Quién está detrás de Decathlon: la familia que convierte el deporte en miles de millones

La familia Mulliez, fundadora del grupo Auchan, destaca por el contraste entre los más de 100 millones de dólares generados al año y la discreción de casi todos sus miembros

decathlon tienda

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La familia Mulliez es, a día de hoy, una de las más ricas y enigmáticas del mundo, propietaria de un entramado empresarial que supera las 130 compañías y que genera más de 120.000 millones de dólares anuales, lo que, con el paso de los años, ha llevado a esta familia francesa a consolidarse como uno de los grandes imperios en el panorama internacional, gracias, principalmente, a la expansión de sus enseñas.

Sin embargo, uno de los aspectos más intrigantes en lo que respecta a esta familia gira entorno al hecho de que, pese a su imponente presencia global, apenas se conocen los nombres o rostros de sus miembros. Una discreción cultivada durante generaciones que contrasta con el tamaño colosal de su imperio.

Los orígenes de una familia prácticamente desconocida que se ha convertido en una de las más ricas del mundo

Entre sus enseñas destacan gigantes del consumo reconocidos en varios continentes: Alcampo, Jules, Pimkie, Naterial, Kiabi, Norauto, Leroy Merlin, Flunch, y, por supuesto, Decathlon, el minorista deportivo que ha transformado la forma de consumir material deportivo en todo el mundo, que han sido las grandes protagonistas del crecimiento de la marca con el paso de los años.

Sin embargo, para conocer el origen del imperio de los Mulliez, hemos de remontarnos hasta principios del siglo XX, cuando Louis Mulliez y Marguerite Lestienne, asentados en Roubaix, al norte de Francia, abrieron un modesto negocio de lana. La pareja tuvo once hijos, y fue precisamente uno de ellos, Gérard Mulliez, quien empezó a moldear lo que más tarde sería una de las dinastías empresariales más influyentes del planeta.

En la década de 1950, Gérard comenzó a involucrarse en la firma familiar, hasta convertirse en director comercial. Desde ese puesto impulsó una profunda diversificación del negocio que marcaría el futuro del grupo, y que sentaría las bases de un proyecto que, a día de hoy, es uno de los más grandes y ricos del mundo.

El punto de inflexión que lo cambió todo, sin embargo, llegó en 1961, cuando Gérard Mulliez fundó la cadena de supermercados Auchan, un proyecto que rápidamente prosperó y extendió su presencia por la región. Auchan se convirtió en la piedra angular del crecimiento y permitió a la familia Mulliez dar el salto definitivo hacia un conglomerado multisectorial.

No obstante, es una realidad que Gérard no fue el único artífice. El imperio Mulliez es una obra colectiva, levantada durante décadas por los descendientes de Louis y Marguerite. Hoy se calcula que la familia está integrada por unos 1.400 herederos, mientras que el conjunto de sus empresas emplea a alrededor de 700.000 personas en todo el mundo.

Este modelo intergeneracional, caracterizado por una participación activa en los distintos negocios y un férreo control familiar, ha permitido que la influencia Mulliez se extienda por sectores tan diversos como la moda, la alimentación, el bricolaje, la automoción o la restauración.

Un imperio cimentado sobre el enorme éxito cosechado por Decathlon durante décadas

Como ya os hemos contado, son muchas las enseñas que han elevado el nombre de esta familia al Olimpo del mundo del retail. Sin embargo, entre todas las marcas que orbitan bajo la órbita Mulliez, Decathlon ocupa un lugar privilegiado, tanto por su impacto global como por su contribución al crecimiento patrimonial de la familia.

Una marca que nació gracias a Michel Leclercq, sobrino de Gérard Mulliez. A mediados de los años 70, en pleno auge de los centros comerciales, Leclercq se dio cuenta de un vacío evidente: no existían tiendas deportivas especializadas. En 1976, junto a seis amigos, llamados Didier Decramer, Stéphane Delesalle, Nicolas Dubrulle, Stanislas Ernoult, Hervé Valentin y Benoit Poizat, fundó la primera tienda en el aparcamiento del centro comercial Auchan en Englos, cerca de Lille.

La idea original era sencilla pero revolucionaria: vender equipamiento de múltiples deportes bajo un mismo techo, democratizando el acceso a la práctica deportiva. La receta funcionó. Décadas después, Decathlon cuenta con más de 1.700 tiendas en 79 países, cifra que sigue aumentando año tras año, y que la ha consolidado como una de las enseñas más grandes del mundo.

El impacto financiero de Decathlon en la familia Mulliez es incuestionable. Según Forbes, Michel Leclercq y su familia poseen aproximadamente el 40% de la empresa, lo que se traduce en un patrimonio estimado de 4.800 millones de dólares. La familia Mulliez controla otro 40%, reforzando así su posición como uno de los clanes empresariales más influyentes del retail global.

El crecimiento acelerado de Decathlon en los últimos años ha impulsado de manera directa el incremento del patrimonio familiar. La compañía ha puesto en marcha ambiciosos planes de inversión internacional que refuerzan su presencia en mercados estratégicos, que abarcan inversiones por encima de los cien millones de euros en países como India, Alemania, y diversos puntos de Latinoamérica.

Estos han sido los factores principales que han propicia que la familia Mulliez haya logrado construir un imperio empresarial único, con una expansión mundial difícil de igualar y una capacidad de adaptación que le ha permitido dominar múltiples sectores durante más de un siglo.

Su discreción, sin embargo, contrasta con su poder: su influencia se siente en supermercados, tiendas deportivas, talleres mecánicos, comercios de moda o grandes superficies de bricolaje repartidas por todos los continentes. Y es una realidad que, aunque sus nombres sean por lo general desconocidos, no lo son sus marcas, que se pueden encontrar en los rincones más recónditos del planeta.

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